Aunque pueda parecer una locura, según investigaciones recientes, la manera en la que dormimos, así como la calidad del sueño, tienen relación directa con el aumento de peso, e incluso, pueden ayudarnos a perderlo. Y la causa no es más que la falta de un buen descanso, ya que esto provoca que se alteren nuestros niveles hormonales, con lo que se resiente el funcionamiento del metabolismo.
El metabolismo se refiere a todas y cada una de las funciones de nuestro cuerpo que requieren de energía, desde respirar hasta movernos, pasando por la digestión o el funcionamiento del sistema nervioso.
Tener un sueño profundo y reparador ayuda a quemar grasas y, por ende, a bajar de peso. Lo ideal es dormir no menos de siete horas y no más de 10. La cifra ideal que barajan los expertos es de ocho horas de sueño diarias. La alimentación y establecer una rutina son factores que pueden ayudarnos a perder peso mientras dormimos, y que, en general, contribuyen a la buena calidad del descanso.