La Santísima y Metropolitana Iglesia Catedral de La Habana, consagrada a la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, es un templo católico, que se encuentra en el corazón de La Habana Vieja, en la zona más antigua de la ciudad, su construcción comenzó en 1748 por la Orden de los Jesuitas. Es la Sede Episcopal de la Arquidiócesis de San Cristóbal de La Habana.
En la nave central estuvo el monumento funerario con los restos de Cristóbal Colón desde 1795 hasta la independencia de España, momento en el que fueron trasladados a la Catedral de Sevilla.
La catedral de estilo barroco, es considerada de la corriente toscana, por sus dos torres campanarios laterales, su templo forma un rectángulo de 34x36m, que posee tres naves y ocho capillas laterales, divididos por gruesos pilares. El piso es de mármol blanco y negro. Las esculturas y los trabajos de orfebrería de los altares así como del altar mayor estuvieron a cargo del italiano Bianchini, las mismas fueron ejecutadas en Roma en 1820 bajo la dirección del afamado escultor español Antonio Solá. Tras este altar se observan tres frescos originales del pintor italiano Perovani. Las pinturas interiores fueron realizadas por el pintor francés Jean-Baptiste Vermay. Entre las varias capillas que alberga se encuentra la de Nuestra Señora de Loreto, consagrada por el obispo Morell de Santa Cruz, en 1755, antes de la transformación en catedral de la antigua parroquia jesuita.
Actualmente, es considerada como una de las edificaciones religiosas más bellas y sobrias del barroco americano, declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en 1982.