En el año 1992 comenzó a funcionar la Biofábrica de Pinar del Río como parte de un sistema, impulsado por Fidel, perteneciente a la Empresa Nacional Productora y Comercializadora de Semillas.
El Centro Biotecnológico, creado con una capacidad de producción de dos millones de vitroplantas anuales, se especializó, desde sus inicios, en el cultivo del plátano, aunque ha realizado producciones de caña de azúcar, piña, eucalipto, malanga, guayabita del pinar, plantas ornamentales y medicinales, destinadas, fundamentalmente, al mercado nacional, y en especial a satisfacer las necesidades de la provincia.
Desde su fundación y hasta la fecha, no han existido cambios significativos en cuanto a producción ni han dejado de ser rentables; sin embargo, luego del proceso de reordenamiento y la implementación de las nuevas políticas económicas, se decidió que fuera una de las tres primeras biofábricas del país en convertirse en mipyme estatal.
SEMILLAS BIOTECNOLÓGICAS S.U.R.L
De los 32 años que lleva funcionando la biofábrica, Maribel Rodríguez Serrano ha estado 25 como directora. Hoy, con la nueva denominación de la Empresa, funge como presidenta de la junta administrativa de MPM-SEBIOPINAR- Semillas Tecnológicas Pinar del Río S.U.R.L.
“Desde noviembre de 2023 funcionamos como mipyme. No ha sido un cambio que se deba a la escasa producción ni nada parecido, todo lo contrario, pues esta se ha mantenido en aumento de manera gradual. La principal diferencia es que en la actualidad tenemos más autonomía y mejores salarios”, afirma.
Al convertirse en mipyme se trazaron objetivos fundamentales como incrementar los volúmenes y la calidad de las producciones, que están en su mayoría destinadas a productores de las distintas empresas agrícolas.
“Otro objetivo fue mantener la fuerza laboral, lo cual conseguimos con el incremento de los salarios, pues el promedio está por los 12 300 pesos, pero hubo meses que estuvo por los 18 000.
“Hemos mejorado nuestra autonomía para desarrollar mejor los negocios, nos permite poner nuestro propio sistema de pago y tenemos más facilidades a la hora de trabajar y buscar los recursos que necesitamos para no frenar la producción”, explica Rodríguez Serrano.
El objeto social fundamental de la biofábrica es la producción biotecnológica, sobre todo de vitroplantas de diferentes variedades de plátano, malanga y piña.
“En el caso de la biotecnología, son esas nuestras producciones principales, y próximamente introduciremos la papa, como una petición del país, con el objetivo de reducir las importaciones de la semilla del tubérculo”.
Igualmente, explotan la vía tradicional por semilla o esqueje para hacer posturas de frutales como guayaba, frutabomba, chirimoya, guanábana, acerola, tamarindo, aguacate y mango. Además, trabajan en la producción de plantas ornamentales y medicinales como la pasiflora, la sábila y la estevia.
“La estevia es un edulcorante natural que contiene sustancias mucho más dulces que la sacarosa, y es muy recomendable para la obesidad, la hipertensión y la diabetes. Tenemos proyectos con Labiofam para sembrar grandes extensiones de esta planta”, apunta.
ATENDER AL HOMBRE Y A LA CIENCIA
Cuentan con una plantilla de 60 trabajadores, 12 de ellos son operarias que realizan uno de los trabajos más complejos en el centro. En esa labor está la esencia de la biofábrica, y entre todo el equipo logran mantener una producción constante que no entiende de vacaciones o situaciones energéticas.
“La producción aquí no puede detenerse, además, intentamos que la atención al trabajador, sus condiciones de trabajo, su alimentación y su salario sean los más óptimos, de lo contrario, la fuerza laboral fluctuaría bastante y no podemos darnos ese lujo. Tenemos que cuidar a las operarias porque lleva mucho tiempo preparar al personal que realiza su trabajo”, detalla.
Y para quien no comprende lo difícil del proceso, Rodríguez Serrano lo explica con especial simpleza:
“La vitroplanta se siembra en una magenta o pote, se hace un medio de cultivo y se pone en una cámara de crecimiento. Cuando pasan 21 días, ya esas plantas tienen hijos, engrosaron y se llevan a un flujo laminal donde trabajan las operarias.
“Este lugar es como un salón de operaciones, totalmente aséptico. Ellas se visten de verde, no pueden ni hablar para no contaminar la producción. Con una pinza y un bisturí seccionan las plantas hasta multiplicar ese material, generalmente hasta tres veces.
“Su norma es reproducir 2 000 vitroplantas al día, pero cada vez que cambian un pote se necesita un nuevo instrumental. Si necesitan salir al baño, al entrar tienen que volverse a cambiar y lavar las manos. Es un trabajo muy minucioso, que se aprende en la práctica y se prepara aquí, porque no se estudia en ninguna parte. Por eso, ese personal hay que cuidarlo.
“Esas 2 000 vitroplantas son exactamente idénticas al progenitor, por lo que las plantaciones van a tener la misma producción, las mismas características, la misma resistencia y rendimiento. Después se llevan a un medio de enraizamiento para que emita la raíz y tome su tamaño, se traslada a un medio de adaptación y se siembra en una bolsa de tierra hasta que tenga el tamaño óptimo para ser llevada al campo”.
DERRIBAR MUROS, ABRIR PUERTAS
A pesar de que convertirse en mipyme les ha traído muchos beneficios, no están exentos de las complejidades y las trabas para acceder a los recursos.
“Actualmente, todo lo tenemos que comprar en otras mipymes o empresas: los potes, el azúcar, todo. Hay veces que sientes que luchas contra una pared, pero de alguna forma hay que tumbarla, porque la producción no se puede parar.
“Es difícil, pero tratamos de salir adelante, de hacer proyectos e investigaciones que nos hagan mantener la rentabilidad. Además, desde la Dirección Nacional de la Empresa de Semillas, que es nuestro socio, nos exigen hacer planes y estrategias constantemente, y en eso nos enfocamos”, agrega la presidenta.
Rodríguez Serrano resalta las garantías y la calidad de sus producciones: “Cuando un productor adquiere las posturas se va con un certificado que incluye todas las recomendaciones para su manejo adecuado, así como con los teléfonos nuestros para cualquier asesoramiento.
“La biofábrica es una fortaleza en la provincia, toda la semilla que se utiliza está aquí. Nosotros somos los encargados de multiplicar las que el país decida introducir en el sistema de la Agricultura, es la única manera de que sea un proceso rápido, seguro y efectivo, es una ventaja, por eso no nos podemos detener”, remarcó.
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