En el imaginario social de los pinareños, cualquier asociación libre con mujeres, embarazos, ginecología o neonatos nos remite a la “Maternidad vieja”, un edificio próximo a cumplir un siglo en 2021, y que ha visto nacer a un elevado por ciento de la población actual en Pinar del Río.
Líderes del Fondo de la ONU para la Infancia y la Organización Mundial de la Salud, recuerdan que incrementar las tasas de lactancia materna exclusiva podría salvar la vida de más de 800 000 niños en el planeta cada año y generarían alrededor de 300 mil millones de dólares, además de la garantía de seres humanos más saludables, criados y educados sobre la base de un sistema alimentario sostenible.
INSTITUCIÓN AMIGA DE LA MADRE Y EL NIÑO
Al hogar materno Justo Legón Padilla, por derivación de los policlínicos, llegan las embarazadas con patologías o situaciones riesgosas para su vida o la del bebé, tales como desequilibrios nutricionales, amenazas de aborto o parto y los ingresos a término por ubicación de la vivienda en zonas alejadas.
“La instalación cuenta con seis salas, dos actualmente en reparación, y disponibilidad para 119 pacientes. Acoge cada año a más de mil embarazadas y tiene entre sus prestaciones las consultas de estomatología, genética médica, psicología, nutrición, ginecobstetricia y enfermería. No se realizan partos”, explicó en exclusiva a Guerrillero el doctor Juan Carlos Corbillón Correa, especialista de primer grado en medicina general integral y director de la entidad.
EL HOGAR EN EL AÑO DEL CORONAVIRUS
De la COVID-19, hasta el momento, trabajadores y pacientes se han mantenido a salvo gracias al conjunto de medidas adoptadas en función de las orientaciones del Consejo de Defensa Provincial. Como política, el Hogar propicia el vínculo con la familia durante el ingreso, pero la sentencia de distancia física obligó a ajustar las normas para preservar la salud.
“Tuvimos que interrumpir visitas y prohibir entrada de comida de la calle, por lo cual fue imprescindible que todo el personal se pusiera en función de mitigar los estados afectivos de las pacientes, que no aceptaron con agrado la disposición administrativa”, explica el máximo responsable de la entidad.
De marzo a junio se mantuvo la totalidad de los servicios y se recibieron más de 800 gestantes, con esfuerzos encomiables por superar los escollos derivados de la crisis mundial, agudizada en Cuba por la hostilidad económica y financiera mandatada por el bloqueo imperialista, que se ensaña especialmente con el sistema de salud.
No obstante, a las puertas del “Justo Legón Padilla” también llegó la solidaridad pinareña de manos de Ariel Pita, porcicultor proveniente de las FAR, que donó 120 kilogramos de carne de cerdo, mil mazorcas de maíz y dos quintales de yuca, gesto que el doctor Corbillón resumió en frase escueta y sentida: “Es un ejemplo de cómo el trabajador privado se sensibiliza con la situación del país y apoya a las soluciones con humildad”.
LA EDUCACIÓN COMO GARANTÍA DE LA SALUD
Aun cuando están ampliamente divulgadas las ventajas nutricionales y emocionales del amamantamiento, los mitos, estereotipos de género, prejuicios culturales asociados a la deformación del cuerpo femenino, déficit de información y apoyo psicosocial, por citar algunos, son factores que obstaculizan el derecho del recién nacido a alimentarse de su madre por seis meses exclusivamente, y hasta los dos años de forma complementaria.
Frente a esta realidad, Cuba se esfuerza porque sus hijos se beneficien con el mejor alimento científicamente demostrado, pero la principal batalla se gana en el plano de la cultura y las ideas, razón por la que el director destaca: “Tenemos convenios de trabajo con Cultura, FMC, Deportes y contamos con el apoyo del proyecto comunitario El patio de Ana la cubana, todos en apoyo a las actividades de promoción y educación”.
Como logros al respecto, son innegables las conquistas de la Revolución relacionadas con el empoderamiento femenino, la voluntad política del Estado para abordar los temas de equidad, la legislación vigente de maternidad y paternidad responsables, el Programa Materno Infantil, la calificación del personal médico para el trabajo con las gestantes y la perspectiva integradora de la salud como estado de bienestar.
A pesar de ello, solo el 32 por ciento de las cubanas alimentan exclusivamente a sus hijos hasta los cinco meses y existen embarazadas que sufren la violencia de género, expresada en la subestimación masculina por las transformaciones físicas, según experiencias de la doctora Tamara Cabrera Hernández, especialista en Promoción de Salud del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología.
Perfeccionar las metodologías para que el trabajo educativo llegue a cada rincón pinareño es una tarea pendiente. La concepción de una vida debe planificarse como proyecto que involucre a la figura paterna y a la familia en general.
“Hay un alto índice de madres solteras y de padres que se desentienden del embarazo y el nacimiento, además de que aumentan los embarazos en la adolescencia, en relación con igual periodo del año anterior”, nos comentó la experta.
ANTES Y DESPUÉS DE UNA JORNADA MUNDIAL
Más allá de la semana prevista para promover el inicio y mantenimiento de la lactancia, la víspera del nacimiento de un nuevo cubano es un acontecimiento que en “Maternidad vieja” se atiende desde el enfoque biopsicosocial, el cual combina la atención clínica con el apoyo emocional, orientación y, sobre todo, capacitación en diversos temas.
Así consta en palabras de jóvenes que entrevistamos al azar, las que nos declararon sin titubeos: “Daré leche mientras tenga, mientras mi niña quiera”; “si es bueno para el bebé, puedo superar cualquier obstáculo”; “lactaré por lo menos un año, para que crezca sano”. En sus semblantes hallamos la seguridad y felicidad propias de quienes sienten sus vidas y las de sus hijos en buenas manos.