Concluyó La Vitrina, el encuentro de las artes escénicas con sus públicos.
El evento, auspiciado por el Comité provincial de la Uneac en Pinar del Río, propuso desmontaje de obras, performances, puestas en escena de teatro de títeres y teatro para adultos, conversatorios, espectáculos de narración oral, lecturas dramatizadas, proyección de cápsulas promocionales y otras actividades, que incluyeron la participación de grupos de teatro pinareños, la compañía lírica Ernesto Lecuona y artistas de las artes visuales.
Ese es su rol, su relevancia. Hablamos del único certamen teórico que sobre teatro se realizó en el 2021 en la provincia. Cada producción artística necesita un periodo de búsqueda, de replanteos, de intercambio con teóricos, artistas, críticos, públicos y La vitrina intentó suplir esa carencia de intercambios que viven nuestras artes escénicas, sobre todo luego de casi dos años de confinamiento en que si bien no han estado inactivas, sí el ritmo de puestas en escenas ha disminuido.
“El mérito de La vitrina es que a pesar de haber concluido un año tan difícil para la creación, sobre todo para el teatro, que depende de la presencia de los espectadores, no quiso dejar pasar la oportunidad de generar un espacio de encuentro, de diálogo, de debate; pero además, la posibilidad de que todos los grupos del territorio pudieran exponer parte de su proceso de trabajo y retomar espectáculos de cada uno de sus repertorios, revisados y con ciertos ajustes. En cada una de las agrupaciones la presencia de los jóvenes ha sido fundamental, ellos tuvieron la posibilidad de presentarse en el evento y demostrar lo que han hecho en un periodo de aparente pasividad para que pudiésemos apreciar que hay procesos muy interesantes desarrollándose”, afirma el teatrólogo Aliocha Pérez Vargas.
Según el guionista y crítico de arte Frank Padrón, invitado al evento, “era muy necesario este panorama de las artes escénicas en Pinar del Río porque existe un movimiento teatral sólido y después del terrible aislamiento que los creadores estuvieran presentes prueba que el arte pinareño continúa en un sitio privilegiado dentro del país”.
Yeniset Pupo, directora de la editorial Cauce, asegura que entre las fortalezas del evento estuvo su prolongación en el tiempo (del 13 al 28 de diciembre), lo cual propició que más personas pudiesen disfrutar del programa y la diversidad de propuestas; así como la posibilidad de dialogar sobre algunos temas que en el teatro se han discutido mucho, como puede ser la danza y el estudio del ballet en la provincia, respaldado por la publicación de una revista Cauce.
“La vitrina ha logrado mover el teatro pinareño, mostrarlo, enseñarnos cuánto han crecido los jóvenes de nuestros grupos; cómo existe una intercomunicación entre los actores, si bien no lograda a nivel institucional sí en el plano personal”, añadió.
Sin embargo, entre las debilidades señaló la no contribución del teatro Milanés dentro del programa del evento, como institución insigne de la cultura vueltabajera, a causa de su muy apretada agenda de galas de fin de año; y la falta de participación de las instituciones culturales en las actividades y puestas en escena.
La vitrina significa un acercamiento de las artes escénicas a sus públicos, un intercambio problematizador entre creadores y eso siempre es beneficioso para el arte.
El presidente de la Uneac vueltabajera, Nelson Simón, escribió en su perfil de Facebook: “Así, cerramos, por esta vez, La vitrina. Felices de lo logrado. Como quien protege lo más valioso de su tradición: cristales finos, joyas que nos definen y hablan de lo que somos, de dónde venimos y hacia dónde transitamos. Trabajaremos para que, en 2022, al volver a abrir las puestas de nuestra Vitrina teatral, todo esté más reluciente”.