Los años han pasado, y los recuerdos afloran ante cada fecha; por eso en este Día de los padres me vino a la mente aquel rap que hicimos las mujeres del periódico Guerrillero para homenajear a nuestros compañeros en un tercer domingo del mes de junio ya lejano.
Qué tiempos aquellos. Por supuesto no recuerdo la letra, pero sí que cada una de nosotras se aprendió su texto y cantamos –o rapeamos- como las mejores. Salimos al pequeño escenario con un cojín en la mano, no sé por qué, pero algo significaba.
Cuánta nostalgia por tiempos buenos, en que compartíamos, nos divertíamos y regalábamos alegría a quienes estaban junto a nosotros día a día tras una máquina de escribir de las antiguas tratando de hacer los mejores textos para los lectores.
Variadas fueron siempre las ideas e iniciativas para festejar la fecha, en verdad en nuestro colectivo había muchos ejemplos de verdaderos padrazos, de esos que criaron solos a los hijos después de la muerte de la esposa, los que cuidaron cuando la mujer se fue para una misión internacionalista, y también los que de manera natural se entregaron en cuerpo y alma a la educación y crianza de su prole.
Siempre los admiramos mucho, uno de ellos dejó este mundo hace solo unas semanas, Alberto Monduy Cintao: él fue un padre ejemplar, que cuando hablaba de su hija le brillaban los ojos de esperanza y orgullo.
Para todos los padres de este mundo sea un día bueno, en el que predomine la paz y la armonía en el mundo, que puedan ver a sus hijos lograr sus sueños y que los nietos puedan jugar con ellos a los caballitos, o a los escondidos… ¿Qué más?