El pueblo cubano es y ha sido siempre solidario por naturaleza. Ante cualquier evento o situación, comienzan a verse las muestras inequívocas de altruismo, pues muchos se visten de Patria para ayudar a todo el que lo necesite.
Desde que se decretó la cuarentena en el casco urbano del municipio de Consolación del Sur y más de 20 000 habitantes quedaron aislados en sus viviendas, casi de inmediato algunas personas se ofrecieron como voluntarios para trasladar alimentos, medicamentos y cubrir las necesidades que cada familia pudiese tener.
Por supuesto, la idea se multiplicó en cientos y hoy es gratificante verlos llegar a cada casa, identificados con solapines o brazaletes, llevando amor y solidaridad.
Pudieran ser miles las historias a contar, pero la de Yasser Brunet, Alexis Sánchez, Lázaro Gabriel y Alexis Rodríguez, voluntarios todos de la Cruz Roja, es digna de admirar.
EL DÍA A DÍA
Estos jóvenes consolareños fueron de los primeros que se presentaron como voluntarios para asistir en todas las labores que precisara la cuarentena, y como miembros de la Cruz Roja provincial el trabajo no se hizo esperar.
Ellos, como tantos, desde horas bien tempranas distribuyen los distintos alimentos del Consejo Popular Villa II a las distintas bodegas y carnicerías, para posteriormente atender a más de 100 viviendas solo en el área del Paraíso, ubicada en la zona de Pueblo nuevo.
No obstante, su labor se extiende a casi 2 500 personas, pues son los responsables de que cada desayuno o producto de Comercio arribe a los establecimientos de Villa II.
Alexis Sánchez Acosta, cochero de esta brigada, argumentó que una vez decretada la cuarentena se presentó frente a las autoridades de su CDR para ponerse en función de la mensajería.
“Este es un momento en el que debemos crecernos como seres humanos y no vacilé ni un minuto en aportar mi granito de arena. Até las riendas de mi caballo a mi coche de pasajeros e hice equipo con estos fantásticos amigos que hoy me acompañan.
“Ayudar a los más necesitados es una labor muy hermosa. Puedes sentir el agradecimiento y el cariño de las personas a diario. Ellos nos agradecen mucho, así como también nos aconsejan sobre cómo pudiéramos mejorar nuestro trabajo”.
Por su parte Yasser Brunet Palacios comentó que a las cinco de la madrugada del día posterior a decretarse la cuarentena amaneció con su traje de voluntario de la Cruz Roja.
Explicó que tanto él como sus compañeros se personaron en la sede del Gobierno municipal y allí se decidió que serían útiles en las labores de mensajería y traslado de mercancías y productos para los distintos establecimientos.
“Nuestra tarea va también un poco más allá de la entrega de productos, pues somos portadores de noticias, de informaciones y al llegar a cada establecimiento le explicamos a los demás mensajeros que nos esperan cómo se deben repartir los alimentos, así como las estrategias a seguir para con los ancianos, las personas encamadas y demás casos sociales.
“Pienso que lo que hacemos deja una huella y sirve de ejemplo para los demás. Es en estos momentos donde el hombre debe crecerse y dar todo lo bueno que tiene dentro para los demás”, añadió.
También Alexis Rodríguez Chirino dijo que hay días en que una jornada casi se concatena con la siguiente.
“Comenzamos bien temprano, desde las cinco de la madrugada que vamos a la panadería a buscar el pan y posteriormente repartimos el yogur en los diferentes establecimientos. Así transcurre el día entre bodegas, tiendas y entregas. En ocasiones nos sorprende la medianoche todavía tocando a las puertas de los vecinos. Sin importar la hora siempre nos abren con una sonrisa, pues comprenden nuestra labor y la agradecen.
“Personalmente creo que ese es el mejor reconocimiento que podemos recibir: precisamente una sonrisa”, concluyó.
LA OPINIÓN DEL BARRIO
Marisabel Marrero López, presidenta del CDR número siete, aclaró sin duda alguna la excepcionalidad de estos mensajeros.
“Creo que están brindando un apoyo vital a la comunidad. Un servicio muy altruista. Ellos accedieron sin vacilar y hoy nos regalan sus manos llenas de solidaridad. Son mensajeros del amor.
“Pese a lo que pudiera pensarse, ellos siempre se preparan ante cada jornada con todas las medidas pertinentes para protegerse y proteger a los residentes de las diferentes áreas. Son bastante celosos con eso”, aseguró.
Niodalys Murillo González, coordinadora de este mismo CDR, especificó que gracias a esta iniciativa se evitan las aglomeraciones y el riesgo de infección por el coronavirus es mucho menor.
“Los vecinos se sienten satisfechos con nuestro trabajo y siempre manifiestan su agradecimiento y sus inquietudes de forma respetuosa para con nosotros. Esta labor de mensajería es una forma de organizar y normar un poco mejor los productos, para que así lleguen a todos de forma equitativa”.
También Noraysis Hernández Blanco, residente de la comunidad El Paraíso, manifestó su alegría para con las atenciones de Yasser y su equipo.
“Siempre están pendientes de todas nuestras necesidades y debido al caso social que tenemos aquí con nuestra pequeña con discapacidad, pues nos priorizan siempre con todos los productos que lleguen a la comunidad.
“Son sumamente serios y responsables con su trabajo, y siempre celosos con las medidas de higiene para cuidarnos”, concluyó.
A pesar de que quizás el mecanismo de la mensajería no esté totalmente engrasado con las unidades de Comercio, y que puedan existir inconformidades y criterios negativos en el municipio, la labor de estos jóvenes es digna de admirar y de seguir.