Reinel Rojas Medina empezó a producir tabaco tapado de exportación en una hectárea de La Coloma, Pinar del Río, a sus 23 años.
Una década después, este productor de la cooperativa de créditos y servicios Gervasio Hernández Silva sembró 13 hectáreas en la última campaña, de las que ha recogido cinco, con un aproximado de 18 000 cujes (varas de madera donde se ensartan las hojas verdes de tabaco, colgadas dentro de las casas de cura).
En un encuentro con la prensa este martes, a raíz del Festival del Habano, Reinel explicó que el rendimiento del tabaco tapado –método en el que el cultivo crece bajo una tela– es de entre 1.2 a 1.5 toneladas por hectárea. A pesar de la devastación que provocó el huracán Ian, sus plantaciones (que explota como usufructuario) rinden 1.3
Rojas Medina aseveró que, luego de Ian, la recuperación “ha sido dura”. Perdió las infraestructuras, “los semilleros, las tres casas de tabaco que tengo. Lo que hice en 10 años tuve que rehacerlo en tres meses para sembrar 13 hectáreas de tabaco”.
Sin embargo, consideró que ha sido un año muy bueno, porque no ha habido plagas, el moho azul no ha atacado los cultivos y han gastado menos en insecticidas y fungicidas.
El apoyo de las instituciones luego del paso del huracán ha sido incondicional, reconoció. Garantizaron láminas de zinc, puntillas, madera e insumos para producir, incluidos fertilizantes.
En sus plantaciones, Rojas Medina comenzó a sembrar las variedades de tabaco Criollo 2018 y Corojo 2020. Antes, usaba la Criollo 98, “pero la variedad degeneró y la enfermedad pata prieta la afecta mucho”.
Rojas Medina paga un salario de 300 pesos diarios a alrededor de 95 trabajadores, más una estimulación semanal de 1 000 a los que no faltan y cumplen con sus obligaciones en la plantación. Si hay trabajo corrido o por la tarde, el jornal aumenta 200. Además, les garantiza merienda y almuerzo.
El ingeniero agrónomo que trabaja junto a Reinel, Jorge Domínguez, afirmó que las claves para el éxito de las fincas son los volúmenes recogidos en sus plantaciones (señaló que Rojas Medina es posiblemente el mayor productor de tabaco en la provincia) y la reinversión constante del capital generado en los trabajadores y en su atención.
Domínguez también se refirió a las casas de cura, donde las hojas reposan un periodo de alrededor de 45 días y pasan por un proceso de secado natural. Recordó que “una de las cosas que tiene el tabaco es que casi todo el proceso es manual, excepto algunas labores de campo que son mecanizadas”.
¿Cuál es el estado de la producción tabacalera cubana?
Luis Enrique Blanco Martínez, director agrícola del grupo empresarial Tabacuba, dijo a los periodistas en una de las plantaciones de Reinel Rojas Medina que el plan inicial de siembra de tabaco en el país fue de 15 695 hectáreas.
Sin embargo, luego de considerar las afectaciones por el huracán Ian, fue reajustado a 9 500 hectáreas, 5 780 de las cuales corresponden a Pinar del Río, donde la siembra debe concluir el 20 de marzo. En las otras provincias del país que siembran tabaco, la campaña concluyó en la segunda decena de febrero.
El directivo de Tabacuba informó que, del plan reajustado, se han sembrado alrededor de 8 500 hectáreas.
Más de 10 000 casas de cura y otras infraestructuras de almacenamiento de tabaco fueron afectadas por el huracán Ian en Pinar del Río.
De las casas que sufrieron daños, 2 400 han sido recuperadas y 1 700 están en ese proceso, informó Blanco Martínez.
Recalcó que “no tenemos en este momento déficit de materia prima para cumplir los planes establecidos tanto para la exportación como para los segmentos y surtidos destinados a la población. El plan de cigarrillos y el de torcido nacional cuentan con la materia prima que demandan”.
En el caso del tabaco para exportación, la afectación fue mínima. Según Blanco Martínez, “un 15% se perdió y el resto se procesó y recuperó”.