Todos los sonidos cuentan, incluso el de la respiración, amplificado por el micrófono, es un recurso eficaz para el actor radial. Novelas, aventuras, policíacos… toda la producción dramatizada de la radio demanda de esa experticia del intérprete en el manejo de cuanto es perceptible a la escucha.
Convertir la voz propia en muchas voces, cada una con una edad, color o registro distinto, es otra habilidad común entre tales profesionales, a quienes caracteriza, además, un poder de imaginación elevado, el suficiente para encarnar lo mismo una piedra que una personalidad histórica distante en el tiempo.
De esos desafíos conocen muy bien Laura Chirino Puentes y Ogilvie Serrano Rodríguez, integrantes del Cuadro Dramático de Radio Guamá, y continuadores de una historia que inició en la provincia hace ya 93 años, cuando ocurrió la primera transmisión radial del territorio el 21 de febrero de 1931.
Ambos, antes que radialistas, fueron oyentes. Laura, por ejemplo, cuenta que de niña, “cuando terminaba de oír un dramatizado, me iba para el cuarto a llorar y a tratar de representar a la actriz que había escuchado. Mi mamá me tomó por loca, me quería llevar al médico, a mi papá tampoco le parecía normal ese comportamiento, y es que eso lo llevaba por dentro desde que nací”.
Ogilvie, por su parte, llegó incluso a participar en algunas emisiones del programa La Escuela del Aire, el más antiguo dedicado a los niños. “Desde chiquitico me atrapó la radio, me impresionó, así que trabajar aquí es un sueño hecho realidad. Qué bonito hacer algo que te gusta y que además te paguen por eso”, confiesa.
En la década de los ‘90 del siglo pasado, cuando Laura y Ogilvie ingresaron al Cuadro Dramático, ya este destacaba entre los de su tipo en el país. Ella habla de aquella como una etapa bella, y él la considera de esplendor al referirse a la pléyade de actores que allí les recibieron en aquel entonces.
Nersys Felipe, Jesús Padrón Palacios, Víctor González, Aurora Martínez, Juan Barrisonte, Isora Llanes, Carlos Carvajal, Humberto Arencibia, entre otros, constituyen ejemplos de maestría y rigor.
“Todo un elenco de estrellas, yo me quedaba lelita viéndolos trabajar, no los veías actuar, los veías vivir delante del micrófono, tuve la suerte de que me ayudaran mucho”, reconoce Laura.
“Antes de entrar a la emisora, había actuado empíricamente en otros espacios, pero aprendí como tal aquí, con ellos”, asegura Ogilvie.
Unas tres décadas de labor en la radio, donde los actores suelen interpretar más de un personaje en una misma jornada, dotan de una amplia experiencia a los profesionales entrevistados; sin embargo, coinciden en que nunca se deja de aprender y que cada interpretación es diferente.
“Hace poco hice un teatro, en el cual interpreté a una vieja gorda española y me quedé pensando: con tantos años que llevo en la radio, nunca había hecho un personaje como este. Y se aprende de tus colegas, de un actor joven que llega y da un matiz diferente, siempre estamos aprendiendo.
“Aquí he tenido muchas oportunidades de hacer personajes increíbles, nunca le temo a nada, y siempre les recomiendo eso a los más jóvenes, que no dejen de intentarlo. Hay que escuchar mucho al director, sobre todo creer en lo que uno hace, lo mismo un personaje negativo que uno positivo, que una lloroncita de novela… tienes que creer. A todos los personajes se les puede sacar el máximo, siempre que te lo propongas”, afirma la actriz.
En tanto, Ogilvie enfatiza en la importancia de apropiarse del personaje y confiar en tu talento para asumirlo. “Cuando tú te lo crees, el mundo entero también. Por eso, cuando estoy en el micrófono, que es mi cajón de bateo, si soy un marinero, me siento la piel húmeda y huelo a salitre, yo me lo creo, ese momento es único y se siente bien”.
El actor asevera que quiere a cada uno de sus personajes por igual, amén del trabajo que le cuesten, principalmente los negativos, que, en su opinión, demandan más preparación y entrega. Laura, igualmente, dice sentir preferencia por los antagónicos, “pues te desdoblas, y todavía puedes sacarles más”.
Preguntarles por interpretaciones que recuerdan de modo especial es obligarlos a hurgar en la memoria entre tantas y tantas historias encarnadas, sin alcanzar a destacar todas las de importancia.
No obstante, en el caso de ella podemos mencionar a Lalita, la hija del terrateniente en La flecha de cobre, las aventuras que conquistaron la mayor audiencia que haya conseguido jamás un programa de radio por estos lares. Y está aquella piedra del espacio infantil, que con solo un parlamento “Quítame esto de encima”, le ganó el aplauso de aprobación de la muy experimentada Aurora Martínez.
Ogilvie también participó en La flecha de cobre, en la que le correspondieron personajes correctos, indios, galanes… Del mismo modo, recuerda a Rigoberta, del caso La Millonaria en el policíaco Operación Secreta, que sin ser la figura principal ganó muchos seguidores, así como el enorme reto de interpretar tres personajes que coincidieron en una misma escena.
Múltiples premios avalan la trayectoria de estos actores. A fuerza de talento y experiencia se han convertido en referentes de su especialidad para quienes se suman al conjunto dramático, un espacio sagrado de creación.
“Un premio es de todos, porque todos trabajamos en equipo, me gusta saber que mi modesto aporte se reconoce, que se reconoce la abnegación de un día tras otro en la radio”, comenta Ogilvie.
“El ‘Dramático’ es mi remanso de paz, mi campo de batallas, mi amante, mi hijo, todo”, destaca Laura emocionada.
El testimonio de amor por la radio de estos profesionales es similar al de muchos otros colegas pinareños que, lo mismo en la actuación que en otras especialidades, continúan la historia de un medio de comunicación al que le han augurado muchas veces la desaparición, pero que sigue conquistando audiencias en tiempos de nuevas tecnologías. Sirvan sus historias, las de Laura y Ogilvie, para enaltecer el quehacer de todos.