Con la humildad que le acompaña, y la certeza de ser un hombre capaz de convertir los reveses en aprendizaje, llega Lázaro Álvarez a esta etapa de madurez en su carrera deportiva. Así lo confiesa, ni viejo ni acabado; sino con una maestría deportiva a prueba del más alto nivel, en una disciplina expuesta completamente al enfrentamiento y al desgaste físico.
Lázaro Álvarez Estrada, o simplemente, el Príncipe del boxeo cubano, hace solo unas semanas logró el título de Cuba en un torneo doméstico, archivando su séptima corona. Esta vez, en una división muy poblada y altamente competitiva como la 63.5 kilogramos.
Para el padre de familia que es, el haber llegado hasta aquí es una bendición imposible de alcanzar sin el apoyo de los suyos y de los entrenadores.
¿Cómo recibes esta gran felicidad de volver a colgarte el título de Cuba?
“Agradecido con mi pueblo y con mi país, porque una vez más represento a Pinar en uno de los torneos más importantes de Cuba. Estoy contento por haber conseguido otra medalla de oro aquí y demostrar, una vez más, que el Príncipe es el número uno en la Isla, y seguir luchando para que lleguen más logros”.
¿El hecho de estar peleando en el circuito profesional te ha permitido modificar tus estrategias en cada combate?
“Sí, es una característica mía. Siempre estoy bien preparado, me protege hoy en día una experiencia, una línea de entrenamiento y de estilo táctica que me da el resultado, para así tener estas maneras, ganar siempre mis peleas y salir adelante, esa es mi filosofía, la cual me ha dado muy buenos resultados”.
¿Cuál es el objetivo que tiene Lázaro Álvarez en este 2024?
“Bueno, ya muchos han de saber que no iré a los Juegos Olímpicos. Mi deseo es concentrarme en el circuito profesional, ya que es algo nuevo en el boxeo cubano, para desde aquí seguir dándole alegrías y éxitos a Cuba. Es una decisión personal, lo que no quiere decir que no esté dispuesto siempre para mi país, mi provincia, mi gente”.
¿Recuperará Lázaro Álvarez el primer lugar en la división en eventos internacionales o ya no está entre sus objetivos?
“Los dirigentes del Inder saben, pues personalmente se los dije, que quería concentrarme en el boxeo profesional, pero si el país me necesitaba en Centroamericanos, Panamericanos, Juegos Olímpicos o cualquier evento múltiple, estaba dispuesto, para así seguir demostrando que siempre amaré a mi bandera y la levantaré bien en alto.
“Entonces ya no ha quedado por Lázaro Álvarez, solo diré que aquí está el Príncipe para Cuba y para mi pueblo, para mi familia y para esos seguidores que están pendientes de mí.”
¿Te sientes viejo, acabado o en plena madurez deportiva?
”Ni viejo ni acabado, siento que estoy en plena madurez deportiva, lo que me permite poder vencer en cada uno de los combates con mayor facilidad y, sobre todo, seguir poniendo en alto el nombre del boxeo pinareño y cubano.
“Para nadie es un secreto que en este deporte se reciben muchos golpes. Los atletas están expuestos constantemente a lesiones, en mi caso he sido un boxeador saludable y longevo, así que estoy en total disposición de continuar aportando con mi maestría deportiva a la nación en los próximos eventos profesionales o donde sea tenido en cuenta”.
Lazarito, como es llamado por sus seguidores, exhibe tres medallas de bronce bajo los cinco aros, además de coronarse campeón mundial en tres oportunidades.
No solo es dueño de un estilo propio del arte de danzar en el ring, de golpear y no ser golpeado, sino que presenta la única corona profesional ganada por un cubano bajo la federación antillana en estos circuitos. Lázaro muestra con orgullo ese cinturón y sigue soñando en aportar más, ser útil y mantenerse como ese referente para las nuevas generaciones de boxeadores.