Lester Hamlet es un director versátil reconocido como uno de los mejores realizadores audiovisuales en Cuba. En su prolífera carrera ha dirigido teatro, videoclips y muy laureados largometrajes como Tres veces dos, Casa vieja o Fábula. Esta vez, nos ha seducido con la telenovela Tú, su primera entrega televisiva de este tipo, y aprovechamos una de sus visitas a Pinar del Río para entrevistarlo.
Sobre las diferencias entre dirigir largometrajes y la novela, dice: “Para mí no hay diferencias más allá de las normas productivas. No soy un público de televisión. No veo novelas nunca. No sé si hay una manera de hacer telenovelas; yo tengo una manera de contar historias.
“Vengo del cine y tengo una necesidad estética más arrevesada que los que hacen puramente televisión. El tiempo en televisión es muy atropellado. Tener que filmar 15 minutos es algo paranormal. El cine me da la posibilidad de planificarlo más, y cuento con unos minutos un poco más lógicos (la norma es de cuatro a cinco minutos diarios entre edición). La diferencia radica en esas normas productivas y en lo inmediato del eco con el público.
“La película sigue un curso de festivales y de la programación determinada por el Instituto de Cine y los productores; la novela no, quieras o no sale lunes, miércoles y viernes. La gente se engancha o no y más ahora en esta etapa muy distinta en la que vivimos ese show televisivo que son las redes, en el que todos ejercen sus criterios ya sea felicitación o crítica”.
¿Cómo ha sido ese eco de público con Tú?
“Ha sido variado. Supongo que la gente estaba acostumbrada a una única manera de puesta en escena para el espacio y yo tengo que cargar con la responsabilidad de querer hacer algo, no novedoso pero sí a mi manera, a mi estilo, a mi forma de entender y de querer contar las historias. Al principio fue brutal, desde el estreno y como hasta el capítulo 12, la gente se resistía mucho a esto, sobre todo el público estándar.
“Ese público estándar con directores que responden a que la novela no es un hecho artístico sino un fenómeno de masas y un espacio de la televisión que tiene que producirse constantemente, no llegan a la novela como un sueño, como yo.
“Quizá estaban más cómodos con unas puestas donde los personajes mantuvieran una linealidad y les ha costado mucho asimilar códigos nuevos. Fueron agresivos, irrespetuosos.
“En lo adelante, fue variando a favor de la novela, enamorando un poquito más gente que de otra manera no hubiera llegado a sentarse a ver la telenovela. Creo que salió bien la fórmula de la televisión de querer invitar a directores de cine a dirigir esos espacios. Hacen falta que más directores de cine se comprometan con eso”.
Lester encuentra en el trabajo diversión y pone empeño a todo cuanto hace. Lunes, miércoles y viernes mira la novela para poder estar tranquilo de cómo se proyectó al aire. Lo reconforta ese sonido que recibe en su cuarto cuando sus vecinos del edificio están viéndola; y no solo en Cuba, en las páginas de Youtube la novela tiene 100 000 espectadores, y es un número que va creciendo; en tanto, el canal por cable CubamaxTV la proyecta en los mismos horarios para clientes en Estados Unidos.
Pese a la satisfacción, confiesa: “No estoy seguro de que vuelva a hacer un producto tan largo, porque ya no me creo con salud para asumir esa cantidad de trabajo de lunes a sábado, 12 horas, dirigir un staff de hasta 60 personas. He tenido tres veces la COVID-19 y siento quebrantada mi salud por el cansancio de soportar procesos extensos”.
Sobre sus actores, asegura: “He tenido un eco muy especial con todos mis actores, desde una Daisy Granados que aporta todo su magisterio hasta Martha Montalvo (Fredesvinda) que debuta… no he visto ningún capítulo en soledad, siempre tengo un mínimo de cinco o seis actores en el chat”.
Tú es una novela muy musical. Uno de sus momentos más esperados al aire es el cierre de cada capítulo cuando los actores cantan. ¿Cómo logras convencerlos?
“Los que no se sintieron seguros no lo hicieron. Fue una aventura grande. Se me ocurrió por un capítulo que aún no ha salido al aire y no puedo contarte y me dije ‘qué bello si este capítulo terminara con ella cantando esta canción’. Y de ahí pensé hacerlo cada cinco capítulos y después para todos. ¡Fue de madre! No estaba presupuestado y fue contra mi economía personal.
“La televisión te paga un diseño de presentación y uno de despedida; no te paga 56 diseños de despedida y mucho menos la producción y filmación de 54 temas, todo eso es tiempo, dinero, recursos. Todavía cargo con una deuda y tengo esperanzas de poder vender los derechos para un disco y ahí recuperar lo que perdimos Reinaldo Sanler (vocalistas de Sampling) que tuvo a su cargo la producción musical, y yo”.
Las canciones aportan al concepto dramatúrgico. ¿Hubo una investigación detrás de cada tema para hacerlo coincidir con el conflicto de los personajes?
“Partió de mi conocimiento musical. Soy un melómano empedernido, soy muy consumidor de música y ella siempre ha estado presente en mí. Empiezo en este mundo desde la industria musical, trabajando para disqueras y vengo de una casa muy musical.
“Algunos temas se escribieron para determinados personajes: Roberto Logo escribió la canción que acompaña al personaje de Edgar; Javier de Cero Estrés la de Yanco; Franco lo hizo para Manolo; Raúl Torres para el doctor Gonzalo. Revisé las discografías de autores de mi preferencia como Karel García y ahí apareció Todo un carácter, que es el tema que le puse a Marina”.
Casi al final de nuestra conversación, sentencia: “Mi vida toda, todo lo que me ha ocurrido, todo a lo que me he entregado ha sido de utilidad para lograr hacer una novela”.
Y si de nuevos proyectos se trata, ya está a punto de comenzar a filmar el largometraje de ficción Zoe, un guion que escribió para él el joven dramaturgo pinareño Irán Capote, su amigo. Junto a él también esboza algunas ideas para al menos tres series televisivas en formatos de menos capítulos.
A Pinar del Río lo unen vínculos familiares: “Tuve una relación muy bella con un pinareño muchos años, relación que terminó en la parte matrimonial, pero queda una amistad inquebrantable y una familia que es mi familia. También tengo la amistad con Irán que es algo que quiero proteger por lo frágil que pueden ser las relaciones en este mundo de la creación, él es un ser de mucha luz.
“Amo a Pinar como provincia y estoy feliz del cariño que me ha dado la gente. Cuando uno encuentra la felicidad dentro de uno, la respira en todas partes”.