La empresa GYDEMA Cienfuegos, única de su tipo en Cuba, logró extracciones pioneras de más de 200 litros de aceite de germen de maíz, un paso que la conduce a una mayor diversificación de sus producciones y alcanzar un ciclo cerrado alrededor de ese cereal como materia prima matriz.
GYDEMA es la Empresa Productora de Glucosa y Derivados del Maíz, conocida popularmente como la Fábrica de Glucosa, desde su fundación en diciembre de 1979. Rafael Moya Rodríguez, director de esa entidad, declaró en exclusiva a la Agencia Cubana de Noticias que el nuevo renglón fue probado con éxitos para freír huevos y papas, y viene a ser el producto genérico número 16 obtenido en esa industria luego de los tradicionales almidón de maíz, glucosa, vitman, y piensos, entre otros.
Dijo que el incipiente renglón nace con el influjo de la industria nacional cubana, porque fue concebido en un proyecto autóctono de la planta, por jóvenes de la fábrica graduados en las universidades de Villa Clara y Cienfuegos.
Además cuentan con la colaboración de empresas del territorio cienfueguero como Oleohidráulica y Astilleros para la fabricación de las prensas de extracción del lubricante, y con el potencial de los innovadores de Gydema para la construcción de la línea piloto que refinará el líquido oleaginoso.
El ingeniero químico Femando Sarría Quesada, al frente del proyecto de extracción y refinación de aceite de germen, abundó que a partir de las condiciones existentes en la fábrica realizaron un primer acopio del material graso en la prensa del taller de maquinado, y comenzaron a fijar los parámetros.
Luego, en cooperación con la estación experimental de pastos y forrajes Indio Hatuey, de Matanzas, llevamos 160 kilogramos de germen de maíz, e hicimos una extracción que reportó un 33 por ciento de rendimiento, y ahora estamos estableciendo cuantificaciones tecnológicas, añadió.
Sarría Quesada explicó que ya están en el segundo proceso de refinación para lograr un producto comestible, y su utilización en otras líneas como la cosmética, además de destinar el subproducto del proceso a la alimentación animal, porque el germen extruido se puede utilizar directamente en la formulación del pienso.
Adelantó que ese volumen de aceite tendrá sus características organolépticas y sensoriales, y estará listo para su consumo a finales de junio y principio de julio.
Potencialmente, indicó, de acuerdo con el volumen del grano que se muele en GYDEMA, se pueden alcanzar en el año unas 221 toneladas de aceite crudo de germen, que no resuelven un problema mayor, pero constituye una disponibilidad de ese renglón tan necesario, obtenido de un subproducto del proceso principal de la fábrica.
Hasta el momento hay tres de las cinco etapas del sistema que están bien concebidas en los laboratorios y con resultados halagüeños, y quedan dos fases por concluir: la decoloración y la desodorización, que en el transcurso de mayo debemos dejarla a punto para consolidarla, expresó
Con las dos prensas y el equipamiento que van a construir los propios innovadores de la planta, montarán una pequeña línea, casi a nivel de planta piloto para procesar el aceite extraído in situ.
Según el experto el costo de esa planta criolla no pasa de los 50 mil pesos en moneda nacional, y sería una solución autóctona por el momento, porque las líneas industriales más baratas de refinación en el mundo están a un precio de unos 180 mil dólares.
Este es un tema de investigación concebido a finales de la década del 90, pero solo obtuvieron pequeñas cantidades en 2010 fuera de la fábrica para uso cosmético.
A inicio del presente año, a partir de la conformación de un grupo de proyectos dentro de la estrategia de diversificación concéntrica de la fábrica, se retomó el tema con un equipo de jóvenes graduados muy entusiastas, quienes diseñaron equipos, hicieron el recalculo del equipamiento para la línea de refinación y la recuperación de las bombas de vacío.
Por ello no podía dejar de mencionar a los ingenieros mecánicos Reinier Herrera Chávez y Luis Felipe Ménendez Clavijo, a los químicos Franklyn García Álvarez y Adisleydis Suárez Delpino, el automático Javier García Hernández y el eléctrico Pedro Reyes Sánchez.
Tanta juventud no solo ha dado vitalidad a esta idea, sino a la propia planta de Glucosa, cuyos hierros viejos acumulan 40 años de molienda de maíz.