Hay sitios que hacen honor a su nombre; tienen ese hálito, el soplo, la energía y hasta el vigor del mártir que los denomina.
Esa impresión la tuvimos al visitar el círculo infantil Adela Azcuy Labrador, del consejo popular Hermanos Barcón de la capital pinareña. Las mujeres que allí trabajan -educadoras, directivas o trabajadoras de servicios- son dignas herederas del ejemplo de la viñalera que participó en cerca de 50 combates bajo el mando de Antonio Maceo y logró los grados de capitana del Ejército Libertador.
Para Yunia Amat Ávila, con 15 años de experiencia, timonear un colectivo de 45 trabajadores es todo un reto que asumió con valentía hace solo dos abriles.
“De ellos 32 docentes y 13 auxiliares de servicios y juntos logramos desarrollar con calidad el proceso docente educativo. Tenemos una matrícula de 191 niños: en segundo año de vida 22, en tercero 38, en cuarto y quinto 40 en cada uno y 51 en sexto”, explicó.
El “Adela Azcuy” era una creche antes del triunfo de la Revolución, que se dedicaba a ofrecer solo atención asistencial a niños abandonados; y en el año 1961 pasó a ser uno de los tres primeros círculos infantiles creados en Pinar del Río, junto a Alegre infancia, de San Luis, y Hermanos Vena, en San Juan y Martínez.
Desde esa fecha y por 60 años el centro se ha dedicado no solo a cuidar a los pequeños, sino que es una institución educativa en la que se les enseña lo que tienen que aprender para su formación integral y posibilitar así que las madres de la comunidad, puedan trabajar y desarrollarse de forma plena en la sociedad.
PAZ Y AMOR
El día de nuestra visita nos enamoró la belleza de la instalación por su construcción discreta y plácida y también la higiene de todos los locales. En el patio interior jugaban un poco más de una veintena de niños, porque en estos días pandémicos solo asisten los hijos de las trabajadoras indispensables en sus puestos laborales.
Los pequeños Alejandra y Alejandro, ella muy activa y él muy callado, nos alegraron la jornada, los dos jugaban en una de las mesitas dispuestas, pero estuvieron muy atentos siempre a la cámara de Jaliosky, nuestro fotógrafo.
Ella, con una voz casi inaudible detrás de su nasobuco y casi con monosílabos, nos afirmó que le gustaba mucho el círculo y jugar con sus amiguitos.
APRENDEN Y JUEGAN
En la dirección, la máster Ada Concepción López, subdirectora docente con 32 años de experiencia en la primera infancia, nos explicó que todas las actividades están encaminadas al desarrollo integral de los niños, ya sean las programadas que contienen los contenidos que ellos deben dominar como las actividades independientes que apoyan y las de juego, en las que imitan a los adultos.
Nos habló sobre las preparaciones metodológicas y políticas y los colectivos de círculos, que se realizan para elevar el nivel de las educadoras. Además se refirió a la labor científica.
“Primero se determinan las causas que más perturban al proceso, y a partir de ahí se hacen las investigaciones. Por ejemplo, tengo un trabajo sobre el desarrollo de cualidades morales, una estrategia para formarlas y desarrollarlas en las condiciones del hogar; referidas a la historia local y al cuidado de los monumentos. Contiene la formación patriótica e ideológica que los niños deben tener desde la primera infancia”.
LA TITA DORA
En uno de los salones conversamos con Dora Garrido Reinoso, quien es egresada de la primera graduación de la escuela educadora de círculos infantiles Doña Rosario García.
“Comenzamos en La Habana en 1974, y unos años más tardes pasamos aquí a Pinar del Río, terminé en 1979 y comencé a trabajar en el ‘Enrique Echevarría’ hasta que en 1980 me seleccionaron para el ‘Futuros cosmonautas”’.
Después se trasladó para el “Adela Azcuy”, donde había hecho la práctica docente, y en este centro ha ido educadora musical, subdirectora y directora.
Dora, quien se desempeñó también como metodóloga, hoy es la especialista de música.
“Este trabajo es para mí lo más importante, porque siento un gran amor por los niños y la familia, considero fundamental la educación de estos pequeños que son la base de nuestro país.
“A través de las canciones se le enseña al infante el amor por la naturaleza, por la patria, los mártires y la familia; mi tesis de maestría trató sobre un sistema de actividades para orientar a los padres en el desarrollo del canto en los niños de quinto año de vida; la investigación la presenté en Pedagogía 2017”.
Ella ha ejercido como tutora y jurado de las maestrías, nos habló de las investigaciones que realizan, de la labor con papel maché y de algunas experiencias con niños que han tenido necesidades educativas, y el trabajo de concienciación con la familia que realizaron en cada caso.
“Nosotros tenemos que tratar de ser ejemplo en la comunidad y que las personas vean que en el círculo se hacen las cosas bien”.
SABROSOS Y NUTRITIVOS
En la cocina de la instalación hablamos con Yamirka Moreira Montelongo que lleva 25 años en este círculo infantil, una buena parte de su vida.
“Mi labor es importante porque elaboramos los alimentos con todas las medidas higiénicas necesarias para que tengan buena calidad, porque lo más importante son los niños, siempre tratamos de que queden ricos y saludables y de que a ellos les gusten”.
Explicó que la alimentación se realiza por horarios, según el año de vida, y que es balanceada, con las calorías que requieren por la edad.
HISTORIA
Sunilda Delgado Montano es una jubilada que dedicó su vida a la primera infancia y fue directora del “Adela Azcuy” en la década del ‘90. Hoy a sus 71 años esta dulce mujer se siente útil.
“Pasé cuatro años en la dirección de este centro, recuerdo con agrado a todo el personal, las charlas educativas con la familia y las preparaciones metodológicas a las educadoras, siempre estuve al tanto de que el círculo tuviera la limpieza e higiene requerida y de que lográramos buenos resultados”.
Afirmó que fueron tiempos muy bonitos en los que pudo realizar trabajos científicos relacionados con la combinación de las actividades con la literatura.
“Nunca me arrepentiré de mi profesión y todavía aporto, porque cada vez que una educadora del círculo me pide un poema yo se los doy de los que hice, tengo mi folleto de rimas y poesías”.
El pasado y el presente se unen en la historia de este centro que celebra su 60 cumpleaños, pero también el futuro.
Miramos una vez más al patio interior, los niños juegan, uno construye un auto, otro simula a ser enfermero, más allá una pequeña duerme a un bebé en sus brazos. Buscamos a Alejandra, la descubrimos a horcajadas sobre un caballito de juguete, su rostro muestra picardía e inocencia a la vez. Está feliz y confiada.