La industria de los cruceros constituye hoy para Cuba una posibilidad a renovar este segmento y las instalaciones, en medio de los esfuerzos por reanimar el turismo y permitir un más rápido conocimiento sobre este país.
Tal criterio lo corroboran tanto los guías como autoridades del Ministerio de Turismo (Mintur) de este país.
Ello se apoya en el empuje de todos los tiempos de esta manera de viajar, de lo que esta nación no escapa, por lo que es necesario tener en cuenta los antecedentes al respecto.
En esa cuerda, Cuba tiene una posición privilegiada, sin embargo, las medidas económicas y comerciales de los Estados Unidos en su contra (bloqueo) desde los años 60 del pasado siglo, pesan sobremanera y en el mapa de los itinerarios se aprecian muchos barcos rondándola, pero sin poder tocarla.
Ello contradice el libre viaje y los esfuerzos cubanos por retomar terminales de cruceros en toda la extensión del archipiélago.
Pese a que cada año las rutas crecen en el área del Caribe, y Cuba está bautizada no por gusto como la «Llave del Golfo» (golfo de México), permanecen las trabas citadas.
La industria de cruceros en la nación tuvo su impulso más reciente a partir de la década de 1990, pues en 1994 comenzó el despegue del turismo como industria en este país, de ahí la remodelación de su principal puerto para esta modalidad en La Habana, y la entrada de diversas compañías.
Algunos de estos barcos que llegaron, luego tuvieron que interrumpir sus operaciones debido a las presiones extraterritoriales de las leyes impuestas por Estados Unidos, como en el caso de naves italianas.
Esas medidas afectaron a las principales líneas de cruceros del mundo como Carnival, Royal Caribbean, Star Cruises, Norwegian Cruise Line (NCL), MSC y Costa, que incluyen capital estadounidense.
Sin embargo, ejemplos recientes constatan un retomar de estos viajes a la isla, pues con mil 600 viajeros a bordo, el crucero británico Marella Discovery2 llegó a La Habana en este 2022 y de esta suerte comenzó la temporada de invierno de este tipo de viajes a territorio nacional.
El director de la sucursal Occidente de Cubatur (receptivo de viajes), Carlos Alberto Rivera, dijo oportunamente que la nave, perteneciente a la compañía británica Tui ok, realiza estancias de 27 horas en muelle, y cada 15 días programa regresos para tocar puerto cubano.
En el mes de marzo había atracado en La Habana el barco Marella Explorer 2 que, junto al recién llegado, se mantiene operando durante la temporada alta del turismo en la isla (noviembre-abril).
Ese interés por estas embarcaciones turísticas los recuerdan los expertos a partir de una larga trayectoria global de sus viajes en todo el planeta.
Los cruceros son desplazamientos en barcos de pasajeros a cualquier parte del mundo con fines de placer, como una modalidad turística diferente y especial para conocer varios lugares, y algunos sitios inexplotables por otros medios de transporte.
En la actualidad esta vía es considerada emergente, de acuerdo con cifras que pueden rondar los 16 millones de cruceristas, de los que unos cuatro millones constituyen personas solas o parejas solteras.
En 1835 apareció el primer anuncio de crucero en el periódico británico Shetland Journal con la finalidad de visitar Escocia, Islandia y las Islas Feroe, para ese entonces nadie auguraba el impetuoso desarrollo de esa modalidad.
Los países que luego se apuntaron a la tendencia fueron Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia que competían por el mercado, y entre los barcos destacables apareció el Queen Mary, construido en 1948, ahora anclado como hotel flotante en Long Beach, Estados Unidos.
Ya para 1960 aparecían registradas 100 compañías de pasajeros. Ese concepto no se transformó mucho, y se destina a un sector de gran poder adquisitivo, cuando en la actualidad existen 280 navieras, tanto marítimas como fluviales, que ofrecen 30 mil cruceros a dos mil destinos.
Por tanto, Cuba puede muy bien aspirar a incrementar su atractivo para los operadores de dichos viajes debido a su posición geográfica, las bondades naturales y la amabilidad de sus ciudadanos.