La Navidad en Cuba fue reinstaurada oficialmente como día festivo en 1998. La celebración principal tiene lugar en la Nochebuena, cuando las familias se reúnen para un banquete tradicional que incluye cerdo asado, arroz, frijoles, plátanos y los tradicionales dulces.
La cocina cubana ofrece un tesoro de sabores, especialmente en lo que se refiere a sus postres, pues se dice que el azúcar forma parte de nuestra cultura alimentaria. La preferencia por el dulce, propiciada por la industria azucarera, es una de las constantes del paladar de los pobladores de la Mayor de las Antillas.
En la actualidad, existe una gran tradición de repostería aquí, en parte por herencia española y también por la gran producción de azúcar de caña, miel y frutas tropicales, con los que se prepara una variedad muy grande de confituras y elaboraciones básicas que sirven de relleno o forman parte de los dulces.
En las fiestas de fin de año son populares los buñuelos, frituras a las cuales se adiciona almíbar. Elaborados con viandas como la yuca y el boniato, o con harina de pan, de los buñuelos se conocen más de 10 tipos que se diferencian por la textura de la masa.
Son unos dulces cubanos que se disfrutan en Navidad. Se los puede describir como una mezcla entre un donut y un beignet con un toque cubano.
Por lo general, en nuestro país se le da la forma de ocho, pero también los podemos encontrar con forma de bolas: eso dependerá del gusto de cada consumidor o cocinero.
Los buñuelos cubanos se pueden comer tanto fríos como calientes. Constituyen un verdadero postre casero de la gastronomía cubana, hecho en muchas oportunidades por los mayores.
LA RECETA DE HOY:
Buñuelos cubanos
Ingredientes:
Medio kilo de yuca
Medio kilo de malanga o boniato
2 huevos
1/2 cucharada de anís u otro sabor
1 cucharadita de sal
1/2 de harina
Aceite para freír
Preparación:
Pelamos las viandas. Las cocinamos en agua hirviendo, sin dejarlas que se ablanden demasiado. Formamos un puré; amasamos nuestro puré con el huevo, el anís, la sal y toda la harina hasta formar una masa que no se nos pegue en las manos. Le damos forma de ocho y los freímos en aceite caliente.
Los servimos con almíbar de anís, fríos o calientes.
También existen otras formas de preparar buñuelos, sobre las que hablaremos en otras secciones.