Yosbany Pérez Madera tiene 30 años, está casado y es padre de dos hijos. Desde que concluyó el noveno grado empezó a trabajar junto a su padre como campesino, hoy tiene tierras en usufructo, es socio de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Carlos Hidalgo, del municipio de Pinar del Río.
“Cayo vara” es el nombre de su finca, comprende 21 hectáreas, cinco de ellas de tabaco tapado para la actual contienda, otras dos de tapado y el resto las plantará de cultivos varios; en su vega, por estos días, no hay descanso.
LOS PREPARATIVOS
En agosto y septiembre no hubo mucha disponibilidad de combustibles, pero con tracción animal realizó la preparación de suelos para la riega de semilleros de tabaco, echó 140 canteros, “eso alcanza para mí y para apoyar a cualquier otro productor que lo necesite”.
Empleó además una casa de cultivo rústica para la obtención de posturas, esta estructura sufrió daños con una tormenta localmente severa, su recuperación es una prioridad para la obtención de verduras durante todo el año.
“Para esta campaña tabacalera optó por la variedad Criollo 98, de excelentes rendimientos, aporta un porcentaje alto de clases, que es lo que se necesita en el torcido”, señaló Luis Enrique Blanco Martínez, director agrícola del Grupo Empresarial Tabacuba, pero requiere siembra temprana, porque es susceptible al hongo Phytophthora.
La construcción de las casas de cura es una de las acciones que no puede detenerse, menos cuando el tabaco ya está en el campo; la intención de este veguero es contar con cuatro para el crecimiento agrícola que prevé de cara a futuras contiendas.
LAS ESTRATEGIAS
Por las áreas de que dispone logra la adecuada rotación de los cultivos, un elemento de vital importancia para alcanzar los rendimientos estimados de 1,4 tonelada por hectáreas.
La atención a las plantaciones también tributa a este propósito, destaca que ha contado con el acompañamiento de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) Pinar del Río, que le apoyó con la maquinaria para la preparación de tierra en la medida que hubo mayor disponibilidad de combustible.
Él posee los implementos agrícolas, es riguroso con el mantenimiento de los mismos y los motores para el riego “esas son cosas que te pueden echar a perder la campaña si no le pones atención, siempre tienen que estar listos”, máxime si lleva paralelamente la producción de cultivos varios, pues las 14 hectáreas que no están comprometidas con la solanácea las destinará a yuca y maíz.
En la finca también obtienen alimentos para el autoabastecimiento familiar y garantizar la alimentación de los trabajadores, ya se encuentra en fase de secado el arroz cosechado; aunque el robo de algunos sembradíos es uno de los problemas con los que lidia Yosbany, “es imposible pasarte la noche haciendo guardia y el día entero trabajando, la última vez vinieron y sacaron cuatro surcos de boniatos con azadón”.
También presenta problemas con la estabilidad de la fuerza de trabajo, aunque paga 600 pesos diarios, mal que mitiga con el apoyo familiar, pues varios son los allegados que laboran junto a él, imprescindibles el acompañamiento y la asesoría que ofrece el padre.
EL FUTURO
Incrementar sus áreas de cultivo, elevar los rendimientos y convertirse en un referente dentro de la producción tabacalera son aspiraciones para el futuro inmediato de este productor.
Sabe que la fórmula no es sentarse a esperar por un milagro, cada día le pone empeño a materializar sus aspiraciones, pegado al surco, sin dejar que los obstáculos lo amilanen y convencido de que el trabajo rinde frutos.