«El neoliberalismo, el monroísmo y la OEA es lo que acaba de defender aquí el presidente (Luis Lacalle (Pou)», señaló el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al pedir la palabra para responder pronunciamientos del Presidente uruguayo en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Contundente, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista sentenció, «la mención a Cuba que hizo el Presidente Lacalle denota su desconocimiento de la realidad».
«El coraje y la libertad del pueblo cubano se han demostrado durante seis décadas frente a la agresión y el bloqueo de Estados Unidos», enfatizó también el Jefe de Estado.
Díaz-Canel está desde el pasado jueves en tierras mexicanas; participó en las celebraciones por el 211 aniversario del inicio de la gesta independista de México, donde fue invitado de honor de su homólogo Andrés Manuel López Obrador en la parada militar por la fecha, y ahora encabeza la delegación a la VI Cumbre de la CELAC, que agrupa a 33 naciones de la región y en la que participan 17 mandatarios, entre otros jefes de delegaciones.
Ante el ataque del Presidente de Uruguay contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, Díaz-Canel aconsejó a este que escuchara a su pueblo, que recogió más de 700 000 firmas contra la Ley Urgente «que usted impuso y que cambió las condiciones para ajustar precios de combustible, desalojo, disminuir el rol de las empresas públicas y modificar el proceso penal».
En realidad, el suyo ha sido —agregó— un paquete o un paquetazo neoliberal. Con el neoliberalismo —recordó el Presidente cubano— lo que se ha multiplicado es la inestabilidad, la especulación, la deuda externa, el intercambio desigual, crisis financieras más frecuentes, pobreza, desigualdad…, y «un abismo entre el norte opulento y el sur desposeído».
Sobre la OEA, Díaz-Canel reiteró sus denuncias de que siempre ha sido una organización al servicio de Estados Unidos; que apoyó los intentos de aislamiento a Cuba; las intervenciones militares en América Latina y el Caribe;los golpes de Estados;las dictaduras militares (incluso en su país, dijo mirando a Lacalle) que Estados Unidos diseñó para contener la resistencia de los pueblos de nuestra América.
La OEA —continuó— guardó silencio mientras se torturaba en nuestra región y su país». La OEA calla hoy cuando se reprime, se asesina y se desaparecen latinoamericanos. Y no es en Cuba donde ocurren estos hechos.
Es la OEA —añadió— la que tiene un impresentable Secretario General, que contribuyó, participó y apoyó el golpe de Estado al gobierno de Bolivia en 2019.
VOCERÍA «AMERICANA»
En su discurso en la VI Cumbre de la CELAC, el Presidente de Uruguay expresó que participar en este foro«no significa ser complaciente. Y con el respeto debido, cuando uno ve que en determinados países no hay una democracia plena, cuando no se respeta la separación de poderes, cuando se utiliza el aparato represor para callar las protestas, cuando se encarcelan opositores, cuando no se respetan los derechos humanos, nosotros, en voz tranquila pero firme, debemos decir con preocupación que vemos gravemente lo que ocurre en Cuba, Nicaragua y Venezuela».Sobre la OEA, sostuvo que se pueden criticar «aspectos» de su manejo, pero no el organismo en sí.
La vocería abierta (¿sería solicitada por Washington?) de Lacalle Pou a favor de los poderes hegemónicos y el neoliberalismo más perverso, y contra Cuba, Nicaragua y Venezuela, también fue enfrentada por Nicolás Maduro, quien pidió «pasar la página del divisionismo que se insertó en América Latina del acoso a la revolución bolivariana y ahora del acoso incesante a la revolución cubana y a la revolución nicaragüense».
Recordando que este año habrá elecciones en Venezuela, el Presidente constitucional de la nación bolivariana le dijo: «Ponga usted, Presidente Lacalle, la fecha y el lugar para un debate. Venezuela está lista para debatir de democracia, de libertades, de resistencia, de revolución y de lo que haya que debatir.
Y —agregó— «claro que hay una contradicción, presidente Lacalle, entre la OEA y la CELAC. América para los americanos, que nos consideran patio trasero, eso sigue intacto, sigue así, más allá de lo que hoy se pueda decir. Y la CELAC —afirmó entonces Maduro— es nuestro camino».