Luis Pablo Acosta fue uno de los bateadores que más mejoró durante la 60 Serie Nacional de Béisbol en la alienación de los Vegueros al acumular 13 dobles, 17 impulsadas y un promedio de 307 con corredores en circulación.
La idea de una entrevista lo emocionó y muy puntual accedió a darla a la hora indicada, para que la afición conozca más acerca de la trayectoria de este joven en la pelota vueltabajera, con 27 años.
Cuenta que llegó al béisbol a una corta edad. Fue en segundo grado, cuando estudiaba en la escuela Manuel Ascunce Domenech, del kilómetro uno y medio de la carretera a Viñales. “Recuerdo que mi primer profesor fue Juan Esquivel.
“En la categoría 9-10 participé en mi primer provincial y ese mismo curso fui al campeonato nacional y quedamos en tercer lugar, lo que me ayudó para hacer el equipo Cuba que jugó el mundialito de Venezuela, en 2004, ocasión en que quedamos en segundo lugar y estuve como receptor y jardinero. Allí no jugué mucho, solo tres hits en seis turnos”.
Se refiere a que luego transitó por otras categorías hasta que fue captado para la Eide Ormani Arenado. En séptimo grado y en su segundo año en ese centro fue campeón nacional con un equipo dirigido por el profesor Roberto Medina. Dos medallas más siguieron a su trayectoria: la plata en el 15-16, también con Roberto Medina, y el bronce en el juvenil, con Primitivo Díaz.
“Gracias a ese torneo 15-16 me seleccionaron para un panamericano en México, el mejor torneo que he tenido en mi carrera, porque fui el segundo entre los bateadores. Allí conecté 16 hits en 27 turnos para 592 de average. Nos dirigió Miguel Borroto y obtuvimos el bronce”, afirma orgulloso y nostálgico por un suceso ya lejano en el tiempo”.
¿Cómo fue tu llegada a las series nacionales?
“Fue en la 52, cuando dirigió Giraldo González. Esa temporada fuimos octavo lugar en la tabla de posiciones. Mi primer hit se lo pegué al zurdo Leandro Martínez, en total conecté ocho imparables y fui 40 veces al bate.
“Llegar a la nacional fue todo un reto para mí, porque eran varios los muchachos de mi generación que querían estar, además, se trataba de un cambio muy difícil, por el tema del pitcheo y que era otro ambiente, otro béisbol”.
¿Por qué con un brazo tan potente no elegiste ser lanzador?
“Esa pregunta me la hacen a menudo. Por ejemplo, el profesor José Manuel Cortina me dice siempre que estoy perdiendo la oportunidad de llegar a ser lanzador del equipo Cuba. Pero a mí lo que me gusta es batear y creo que puedo imponerme, mis números han mejorado en las últimas campañas.
“En la 52 Serie me midieron 95 millas, fue una prueba desde los jardines hacia el home y creo que no ha mermado nada, porque no me he lesionado y siento que el brazo sigue muy fuerte.
“Tengo muchas anécdotas con mi brazo de lanzar y te voy a contar una especial: durante la 59 Serie, Guillermo Carmona era el coach de tercera de Industriales y en un juego de la subserie me sacaron a cubrir en el noveno inning.
“El marcador estaba dos a una, pero en ese final los azules tenían corredor en primera y batean un doble para el derecho, entonces puse out al corredor y se evitó la carrera y declaró el propio Carmona que ganamos cuando me pusieron a cubrir.
“Otra buena es que el Nine, el cargabates, me pelea porque boto muchas pelotas en los calentamientos, pues me gusta retar con mi brazo y entonces el público disfruta eso antes del partido, hago muchos tiros largos en el calentamiento y, como se dice popularmente, me llevo los estadios”.
Experimentaste una mejoría en tus números a la ofensiva durante la 60 Serie.
“Creo que se debió a la preparación antes del torneo, porque tuve bastante tiempo de trabajar las habilidades. En esa tarea me ayudaron los entrenadores Joselián Cejas y José Soto, que me inculcaron disciplina a la hora de pararme en el plato y me explicaron la necesidad de conectar hacia la zona del jardín central y el derecho, ellos me dijeron que ahí estaba la clave para mejorar”.
¿Qué significó el cuarto lugar de los Vegueros en esta temporada para ti?
“Prácticamente fue un sueño hecho realidad, porque nuestro objetivo era estar entre los ocho. Realmente no estábamos en los planes de nadie para el play off y logramos el resultado. Ese cuarto lugar es muy grande para mí debido a que tuve más protagonismo que cuando era parte del equipo en la 55 Serie que fue a la final contra los Tigres.
“Mi opinión es que se obtuvo el resultado por el ambiente y la unidad que había en el equipo, allí todos éramos una familia y teníamos ganas de jugar a la pelota, a pesar de que fue muy difícil por el tiempo que estuvimos fuera de Pinar.
“Otro elemento a nuestro favor fue el uso de la sabermetría: nuestro coach de banco, Joselián Cejas, antes de cada partido nos pasaba por el grupo de WhatsApp mucha información acerca del contrario de turno, cada detalle, desde el lanzamiento de determinado pitcher en conteo hasta cómo cubrirle a un bateador a la defensa, eso nos ayudó a clasificar”.
¿Cuáles son tus objetivos de cara al futuro?
“Ya cumplí uno muy importante: graduarme de licenciado en Cultura Física. Otro es algún día integrar un equipo nacional, ese es un sueño que siempre perseguiré en mi carrera deportiva y el otro que no puede faltar es ser campeón con los Vegueros de Pinar del Río en una serie”.