Y tenía un lunar… en la mejilla/ que casi me hace exclamar/ ¡qué maravilla!…
¿Alguna vez te has contado los lunares? ¿Te resultan atractivos en ciertas partes del cuerpo? ¿Es peligroso tener muchos? ¿Cuándo debemos preocuparnos?
Los lunares, también llamados nevus o nevos, son manchas marrones o negruzcas que aparecen en el cuerpo, causadas por la multiplicación de células que producen melanina, la sustancia que da color a la piel y a las mucosas.
Aunque pueden salir en cualquier época de la vida, la mayoría suelen aparecer antes de los 20 años. Hay lunares congénitos, que son los que se manifiestan desde el nacimiento o antes de los dos años, y están los adquiridos que son muy frecuentes y rara vez causan daño al organismo.
Entonces, ¿cuándo debemos preocuparnos? Según el doctor Julio Ernesto Pozo Dubé, especialista de primer grado en Dermatología, hay que preocuparse por aquellos lunares que se inflamen, sangren, duelan o piquen, o sea, que se transforman. En esos casos es necesario removerlos quirúrgicamente pues pueden convertirse en melanomas, un tipo de cáncer de piel.
Los lunares pueden tener diferentes formas, colores y tamaños y por lo general son lesiones benignas. Un cambio brusco en el color o el diámetro puede ser una señal de alarma, sobre todo si tiende a oscurecerse o a crecer de forma asimétrica.
“Las personas de piel muy blanca deben cuidarse más de la exposición solar, ya que eso puede transformar los lunares. Por ejemplo, existen nevos que están localizados en sitios de presión, como la planta del pie, que sí requieren cirugía. Es por eso que es muy importante mantener una vigilancia sobre ellos cada cierto tiempo”.
Contrario a lo que muchas personas puedan pensar, aquellos nevos que tienen pelo, aunque no resulten del todo atractivos, casi nunca tienden a transformarse o a convertirse en tumores malignos.
Según la literatura médica un adulto tiene por lo regular entre 20 y 25 nevos, ya cuando pasan de 50 o 100, es necesario mantenerse alertas ante cualquier cambio que en ellos se pueda producir.
Curiosidad: Según la cultura popular, los lunares pueden mostrar la personalidad de una persona en dependencia de la parte del cuerpo en que se encuentre. Por ejemplo, y a tono con el verso de la canción que inició este artículo, un lunar en la mejilla indica que el sujeto es estudioso, amante de la cultura y de la sabiduría, que es moderado en sus pasiones y en sus críticas, y que no necesita de las cosas materiales para ser dichoso.
Si el lunar está en la mejilla izquierda, y el sujeto es del sexo femenino, vaticina cierta inestabilidad de sentimientos y deseos de ser admirada y envidiada. Si, por el contrario, está en la derecha, la mujer puede experimentar cierta inclinación por la vida mística y religiosa.