En el taller V-12-46, de la UEB Río Seco, de sus 106 trabajadores 86 son mujeres y 45 están directamente vinculadas al beneficio del tabaco. De su destreza en la clasificación de las hojas por textura, tamaño y color depende la calidad de lo que luego se vende a la industria.
Como en todas las del territorio sanjuanero, en esta escogida, perteneciente a la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco Hermanos Saíz, se beneficia tabaco tapado y de sol de vegas finas de primera, de donde sale la capa, la tripa y el capote utilizados en la industria del torcido de exportación.
Rosaura Benítez Morejón lleva 18 años en el oficio, y es una de las encargadas de revisar el trabajo de las demás. “Es muy sencillo aprender cuando te gusta, además, hay que cuidarle el tabaco al campesino, porque eso significa ganancia para ellos y también para nosotras. Muchas veces el dueño está aquí, y observa el tratamiento que le damos a sus hojas. Es un trabajo de mucha dedicación y esmero”, refiere.
Aunque asegura que la norma es dura, algunas de sus compañeras son “largas”, por eso considera que el sueldo siempre se puede mejorar. El salario medio al cierre de diciembre fue de 8 552.92 pesos, pero algunas mujeres percibieron hasta 12 000.
Según Osmín González Viera, administrador del taller, los ingresos de la escogida dependen del tabaco que se pueda vender, y el salario de la calidad con que se trabaje, del cumplimiento de la norma y de lo que se haga por encima de lo pactado.
«La mujer gana por calidad, tenemos una prueba de rendimiento, y algunas perciben hasta 12 000 pesos, pero esas son las más diestras; además está el estímulo. Contamos con una técnica en calidad y están las revisadoras. No hemos tenido rechazo, o sea, nunca nos han virado un lote de los que se han vendido”, advierte.
INVERSIONES NECESARIAS
Gónzalez Viera prevé un buen año para el acopio en la “V-12-46”, pues contiguo a la escogida se comienza a levantar un almacén de nuevo tipo que favorecerá en muchos aspectos el trabajo que realizan y los ingresos.
“Antes aquí lo que había era una estructura rústica, como una casa de tabaco de madera y poliespuma. Hoy, la mipyme Las Marías de Candelaria acomete un almacén de mampostería y una cubierta sólida.
“Está diseñado para almacenar 100 toneladas de tabaco, y además de que permitirá una mayor protección de las hojas, se controlaría mejor la fosfamina a la hora de la fumigación, nos dará más amplitud en la escogida y nos ahorrará dinero en transportación”, explica el administrador.
Vladimir Ríos Pérez, director del proceso de preindustria de la Empresa, agrega que actualmente se trabaja en cinco almacenes de nuevo tipo en el municipio y la intención es hacer uno por cada escogida, una vez que estén funcionando las 27.
Dijo que hoy se reconstruyen desde cero cinco escogidas y se trabaja en un complejo bajo el sistema de Metuna que incluiría todas las estructuras necesarias para el proceso. “Allí estaría todo, desde cámaras de fermentación y cura controlada hasta almacenes y escogidas, o sea, el campesino llevaría su tabaco y de allí sale listo para la industria”, apuntó.
EL OJO DEL AMO…
Hasta el momento en la provincia se han recuperado 72 escogidas de las 130 azotadas por “Ian” y existe un programa de reconstrucción que permitirá ponerlas todas en funcionamiento.
Así explicó Osvaldo Santana Vera, representante del grupo Tabacuba en Pinar del Río, a la vez que puntualizó que a las que hoy funcionan se les suman otras nueve, en este caso familiares, distribuidas en las cuatro empresas que integran el macizo tabacalero, que comprende los municipios de Pinar del Río, Consolación del Sur, San Luis y San Juan y Martínez.
En San Juan y Martínez ya existen seis escogidas familiares, cuatro en funcionamiento y dos aún en construcción. La experiencia, iniciada el año pasado, ha sido satisfactoria y solo la han implementado, hasta el momento, productores que siembran tabaco tapado.
Tal es el caso de Osmany Capote Pereda, un joven que desde 2002 se dedica al cultivo de la solanácea junto a su padre. Graduado como profesor de Matemáticas de aquel primer contingente de maestros catalogado por Fidel como Los Valientes, y tras impartir clases durante un tiempo, se incorporó de lleno a la actividad tabacalera. En esta campaña lleva 120 000 posturas plantadas y aún no ha concluido la siembra.
Osmany destinó dos de los cinco aposentos que tiene su casa de cura para hacer la escogida. Con un total de 10 mujeres con experiencia en la tradición del beneficio y clasificación de las hojas ha enfrentado ya su segunda campaña bajo esta modalidad.
“Decidí hacerla con el objetivo de tener lo mío más centralizado. Ahora veo el tabaco desde que lo siembro hasta que se vende, todo el proceso lo controlo. En la escogida se hace bien, pero no estoy todo el tiempo allá y aquí lo veo diariamente”.
Aunque su intención es construir un local más amplio, su pequeña escogida le va rindiendo frutos, para ello colocó cielo raso con tela blanca nueva, dispuso un microwave para calentar los almuerzos de las trabajadoras y una nevera para garantizarles agua fría.
“Y me ha dado resultado. El sistema de pago es el mismo que en la escogida de la empresa, pero el salario es un poco más alto. Aquí tengo mujeres que me hacen norma y media, es decir que en ocasiones ganan al día alrededor de 500 pesos”, dice.
Tanto en las escogidas estatales como en las familiares que surgen en el territorio sanjuanero, la mano de la mujer garantiza que el esfuerzo del campesino en el campo le rinda los frutos que espera, que se revierta en beneficios económicos para todos y que a su vez siga siendo fuente de la divisa que necesita el país.