Emprender una nueva tarea o proyecto siempre genera temor e inquietud y no son menos las veces que ante las zozobras del tal vez muchos sueños quedan atrás, olvidados en algún cajón o en las mentes de sus propios gestores.
Sin embargo, hay quienes perseveran ante las más grandes adversidades y triunfan a golpes y trompicones, y casi sin tiempo de mirar atrás una vez en el ruedo nuevamente, echan a andar con más fuerza que antes.
Ejemplos se sobran si se habla de emprendedores cubanos. No obstante, por estos días la concurrencia al mercado estatal de nuevo tipo en el municipio de Consolación del Sur ha estado mucho más activa, lo cual se debe a “Marioba”.
Este proyecto familiar gestado en la finca La María, ubicado en la CCS Carlos Manuel de Céspedes, es la razón de que los consolareños disfruten de buenas ofertas sobre la base de frutas y otros.
MARIOBA: UNA IDEA PRECONCEBIDA
Según cuenta Mario Ramírez Díaz, gestor principal de esta iniciativa, antes de comenzar, ya la familia tenía una ligera noción de lo que querían hacer y ejecutar en la finca. El proyecto familiar se gestaba sin casi decir palabra alguna.
“Teníamos a medio concebir la idea de un proyecto de desarrollo local, siempre con el fin de comenzar lo que sería una labor de emprendimiento familiar. En un primer momento nos inscribimos y cursamos varias materias en La Habana sobre este tema.
“Gracias al proyecto PIAL (Proyecto de Innovación Agropecuaria Local) nos insertamos en este mundo, y de aquellos cursos nos gustó mucho lo aprendido sobre minindustrias y conservas de frutas y vegetales”, comentó Ramírez Díaz.
Así, con poca o nula experiencia en el campo, nació y se consolidó el proyecto de jugos naturales y conservas para los consolareños.
El propio Mario aseveró que en un principio para su esposa –profesora de Química– y para él, sensei de artes marciales, la tarea de enfrentarse al campo y a las labores propias de la agricultura no fue nada fácil, pero con pasión poco a poco las cosas fueron resultando.
“Fue en el 2011 cuando empezamos a plantar las primeras matas de mango y coco, a raíz de la arrancada del movimiento de siembra de frutales en nuestro país.
“Nosotros tuvimos mucho apoyo por parte de la ACTAF (Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales) y de la Granja Urbana del propio municipio de Consolación del Sur, esta última responsable de que a nuestras manos llegaran todas las semillas y las plantas necesarias para comenzar”, aseguró el gestor.
MATERIAS PRIMAS
Cada pedacito de tierra en “La María” tiene su función y está sembrado de algún árbol frutal. De ahí que este proyecto no necesite de terceros para la elaboración de sus jugos y demás.
“Las materias primas que procesamos para los diferentes productos que ofertamos en el mercado estatal del municipio salen de estos campos, la finca nos provee lo que precisamos.
“Posteriormente se manufacturan en nuestro centro de conservación y de ahí son inmediatamente trasladados para el disfrute de los consolareños. No hemos tenido la necesidad de buscar terceros para garantizar el rendimiento. Contamos con las frutas que requerimos”, comentó Mario.
Hoy tienen surtidos de jugos de mango, acerola, tamarindo, pera, piña, anón, limón, naranja agria, coco, lechada de coco y guayaba, entre otros.
A la par, también producen dulce de coco en almíbar y mermeladas de mango y guayaba. Algo curioso es que esta familia recién se inició además en la fabricación y venta de sazón completo y polvo sazonador multipropósito con picante.
En total “Marioba” aporta al mercado estatal de Consolación del Sur poco más de 31 productos con una calidad, aceptación y demandas envidiables.
RETOS Y NUEVAS IDEAS
Según Mario, dentro de los retos que enfrentan los emprendedores se pudiera contar primero a la familia, pues sin ellos nada sería posible.
Otro de los retos, o miedos diría, es tener el valor de adentrarse en un mundo completamente nuevo y enfrentar cada adversidad con más ánimo y optimismo que cuando decidió probar suerte.
“Estamos satisfechos hasta cierto punto. Pero todavía queremos hacer más, crecer, expandirnos. Tenemos muchas esperanzas en ese sentido.
“La meta a la que aspiramos es la de llegar con nuestras producciones a todo el municipio, que cada consolareño disfrute de nuestros jugos y conservas”, concluyó.