Detalles que nos acercan a José Martí
José Martí cayó el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, Oriente. Al cumplirse dos años de su muerte Paulina Pedroso, la madre negra
Decir José Martí es decir Cuba, libertad, independencia, América. El hombre vestido de negro que vivió siempre de luto por su país, el amigo entrañable, el periodista de la prosa certera y el verbo encendido, el hijo de Leonor y también de su Isla amada, el hermano consejero, el estratega, el visionario, organizador de la Guerra Necesaria. Su legado se siente en cada rincón de esta tierra caribeña, aun cuando haya transcurrido más de un siglo de desaparición física. A propósito del 168 aniversario de su natalicio, Guerrillero rinde homenaje al más cubano de todos los cubanos.
Es sin dudas un referente cuando del mejor oficio del mundo se trata (así lo sentenció el gran Gabriel García Márquez y no puedo estar más de acuerdo con él). Nuestro Apóstol fue y seguirá siendo el tipo de periodista que todos deseamos ser: agudo, veraz, certero, literario, artístico, ético, con el corazón como pluma y la mente brillante y adelantada a su tiempo, como guía.
De Martí y su vínculo con el periodismo lo primero que recuerdo es aquella historia que me contó una de mis profes de la secundaria. Corría el año 1886 cuando Charleston, ciudad de Carolina del Sur en Estados Unidos, fue azotada por un terrible terremoto con una magnitud, de momento, estimada entre 6.9 y 7.3.
“Un terremoto ha destrozado la ciudad de Charleston. Ruina es hoy lo que ayer era flor, y por un lado se miraba en el agua arenosa de sus ríos, surgiendo entre ellos como un cesto de frutas, y por el otro se extendía a lo interior en pueblos lindos, rodeados de bosques de magnolias, y de naranjos y jardines… Se nota en todas las caras, a la súbita luz, que acaban de ver la muerte: la razón flota en jirones en torno a muchos rostros…”
Así narró José Martí lo sucedido sin haberlo presenciado, encontrándose de hecho en Nueva York, a más de mil kilómetros. Fue capaz con su prosa de situar a los lectores en medio del terror de quienes lo perdieron todo, con un lenguaje casi gráfico, visual, sensorial. No necesitó estar allí, frente al acontecimiento, para describirlo como si se tratara de la escena de una película y hasta darle movimiento a las palabras, jugar con los ángulos, la luz, los “movimientos de cámara”.
Recuerdo a mi maestra relatarlo con profunda admiración y mi sensación de querer alcanzar un día al menos una ínfima parte de tal perfección a la hora de escribir. Así era Martí. Nació con el arte de la palabra, de transmitir, de comunicar, sin siquiera tener que esforzarse.
La presencia del Apóstol se percibe a lo largo de toda la nación por la que él luchó y que nos atreveríamos a decir, fue su más grande amor. De acuerdo con investigaciones, visitó Pinar del Río entre finales de marzo y el mes de septiembre de 1879, por motivos de amistad, específicamente los territorios San Cristóbal, Consolación del Norte, Los Palacios y San Diego de los Baños. La geografía vueltabajera impresionó al más universal de los cubanos, quien escribió (…) al bajar del ferrocarril… camino al cerro de Las Pozas ¡Que palmar aquel tan melancólico; que color de sangre el de los pájaros aquellos; que riada tan tupida (…) Buena para pelear; que velo y pena los de la naturaleza! (…) Y de pronto sintió que se le volvía en el pecho el corazón (…).¨
En la más occidental de las provincias cubanas, son varios los centros y espacios públicos que llevan su nombre, a manera de merecido homenaje. El más famoso es el Parque Martí, sobre cómo se erigió y su trascendencia para las distintas generaciones de pinareños, cuenta el historiador de la ciudad de Pinar del Río Juan Carlos Rodríguez.
Los 28 de enero son sin dudas una fecha especial para los niños cubanos. Cada año desfilan junto a amigos, familia y maestros, dándoles vida a los personajes que el Maestro creó para ellos, porque son la esperanza del mundo. Cada pequeño nos devuelve al Apóstol tan vivo como siempre, en ese tributo sincero de los que saben querer a su eterno amigo. Este año la pandemia impedirá que las calles se llenen de algarabía y celebración, pero en el corazón de cada pionero no faltará el homenaje y en cada busto de Martí, la flor.
En la más occidental de las provincias cubanas, son varios los centros y espacios públicos que llevan el nombre del Apóstol, a manera de merecido homenaje al amigo, el periodista, el defensor de la independencia, el eterno enamorado de Cuba.
El más famoso quizás es el Parque Martí, que muestra al Maestro extendiendo la mano, como mostrando el camino a seguir de todos los que lo visitan. Ubicado en el entorno del sitio fundacional del poblado de Pinar del Río, es sitio preferido por todas las generaciones para sentarse y disfrutar de la brisa que corre entre los árboles que lo rodean.
José Martí ha dejado una huella indeleble en todos los cubanos. Sus ideas son referente y su visión la guía para continuar defendiendo esta inmensa obra. A más de un siglo de su muerte recordamos las sentidas palabras que inspiraron en él, el asesinato de los ocho estudiantes de medicina, y que al leerlas sentimos también como si las hubiera escrito pensando en él mismo:
“(…) Cuando se muere / En brazos de la patria agradecida, / La muerte acaba, la prisión se rompe; / ¡Empieza al fin, con el morir, la vida! (…)”
José Martí cayó el 19 de mayo de 1895 en Dos Ríos, Oriente. Al cumplirse dos años de su muerte Paulina Pedroso, la madre negra
Al Héroe: Todavía me duele, es una herida que no sana; solo me conforta de que no muere, mientras que dure la vida, porque dejó
Martín Herrera, el hermano vueltabajero de José Martí es un estudio biográfico de los historiadores Pedro Luis González y Deogracia Hernández, publicado en la colección
La impronta de José Martí, el más grande pensador político hispanoamericano del siglo XIX no desvanece, por más que pasen los años. Los cubanos mantenemos vivo su legado, lo pensamos y lo sentimos con nosotros. El hombre bueno que murió de cara al sol, el amante de la libertad del hombre y de la América unida. Su vida fue breve pero fecunda y sus ideas y obra inmensas son nuestra guía. Al referirse a su legado, el Comandante en Jefe Fidel Castro, resaltó en la clausura de la Conferencia Internacional por el equilibrio del mundo, celebrada en Cuba en enero del 2003:“Más allá de Cuba, ¿qué recibió de él el mundo? Un ejemplo excepcional de creador y humanista digno de recordarse a lo largo de los siglos”.