Martí y su defensa permanente a la niñez

ninnos leyendo

Foto/ Eleanet Vidal Arteaga

Para in príncipe enano se hace esta fiesta. En agosto de 1925 representantes de 54 países asistieron a la Conferencia Internacional de la Felicidad de la Infancia, celebrada en Ginebra, Suiza, y aprobaron la Declaración de Ginebra sobre la Protección de los Niños. En este documento se decretaba que todos los países estaban obligados a proporcionar a los niños disfrute espiritual, asistencia social, mejores oportunidades de vida y se prohibían los trabajos forzados y peligrosos para ellos. Después de esta conferencia los gobiernos de diversos países acordaron instituir un Día de la Infancia. El primero de junio de 1942, durante la Segunda Guerra Mundial, fascistas alemanes asaltaron la villa checa Lídice, y mataron a más de 140 jóvenes mayores de 16 años y a todos los bebés.
Además, secuestraron a todas las mujeres y a 90 niños, todos llevados hacia los campos de concentración. A fin de conmemorar la tragedia sufrida por los niños de esa villa y otros que murieron durante este conflicto bélico; como denuncia a las muertes de miles de niños en otras guerras, y a fin de garantizar los derechos de los niños, se estipuló en la conferencia de la Asociación Democrática Internacional de la Mujer, celebrada en noviembre de 1949, que el primero de junio fuese el Día Internacional de la Infancia.
A LOS NIÑOS a los niños que lean La Edad de Oro. Este libro fue una revista infantil de José Martí, mediante la que pretendía incitar en los pequeños los valores de la búsqueda del conocimiento, el amor y la justicia, pilares de pensamiento que guiaron toda su vida y obra, y que han sido ejemplo para millones de personas en Latinoamérica y el mundo. “Para eso se publica La Edad de Oro: para que los niños americanos sepan cómo se vivía antes, y se vive hoy, en América, y en las demás tierras; y cómo se hacen tantas cosas de cristal y de hierro, y las máquinas de vapor, y los puentes colgantes, (…). Y queremos que nos quieran, y nos vean como cosa de su corazón”.
REFLEXIÓN DE ÚLTIMA hora. Martí aseguraba que a los niños no se les debe decir todo lo que han de saber para que sean de veras hombres. Y cuando así se expresaba, no solo estaba pensando en la instrucción, ni en hablarles de los adelantos científicos de la época, de la geografía y las culturas o las costumbres de los pueblos.
FRASE DEL DÏA
Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo

José Martí

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