Para Teobaldo Pérez González no existe en Pinar del Río una esquina más ruidosa que la de las calles Adela Azcuy y Gerardo Medina. Por años, él y otros vecinos han sufrido las constantes y molestas consecuencias de sonidos contaminantes de diversa índole.
“En mi casa no se puede conversar, mucho menos escuchar la televisión; no solo debido al uso indiscriminado del claxon de los vehículos dentro de la ciudad, sino por la circulación de transporte pesado por arterias que no son las destinadas para ellos o el estridente sonido de los tubos de escape de las motos”.
Este no es un caso aislado, pues en la actualidad son recurrentes las quejas de la población referidas a lo que alguien llamó “violencia acústica”.
¿QUÉ DICE LA LEY?
Aunque al parecer este fenómeno queda en tierra de nadie por la impunidad con que es tratado el tema, lo cierto es que existen normas y leyes que regulan la contaminación sonora.
Tal es el caso de la Ley 81/97 dictada por el Citma que señala en su Artículo 147 que queda prohibido emitir, verter o descargar sustancias, disponer desechos, producir sonidos, ruidos, olores, vibraciones y otros factores físicos que afecten o puedan afectar la salud humana o dañar la calidad de vida de la población.
Igualmente, el Decreto Ley 200/99, para contravenciones en materia de medio ambiente, en su artículo 11 expresa que se consideran violaciones los ruidos, vibraciones y otros factores físicos, y se impondrán las multas que para cada caso se establezcan.
Mientras, el Artículo 170 del Código Civil plantea que “Las relaciones de vecindad generan derechos y obligaciones para los propietarios de inmuebles colindantes. El propietario de un inmueble debe abstenerse de realizar actos que perturben más allá del límite generalmente admitido, el disfrute de los inmuebles vecinos”.
Y la más reciente, la Ley 150/2022 del sistema de recursos naturales y el medio ambiente publicada en la Gaceta Oficial 87 de septiembre de 2023, en su Artículo 83 sobre ruidos, vibraciones y otros factores físicos especifica que compete a Salud Pública, al Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, al Minint, a los consejos de la administración y al Instituto de Ordenamiento Territorial y Urbanístico (Inotu) el enfrentamiento a los impactos negativos de los ruidos, vibraciones y otros factores.
Son estos organismos los que establecen las normas relativas a los niveles sonoros permisibles, a fin de garantizar la protección de las personas y demás seres vivos.
SI DE HIGIENE SE TRATA
Sin embargo, puede ser complejo saber a dónde dirigirse cuando se desea presentar una queja relacionada con el ruido. “Dispersión en el enfrentamiento”, dice una pinareña entrevistada, “en la práctica uno no sabe a qué lugar ir”.
Al respecto, la doctora Belkys González Robaina, funcionaria del departamento de Higiene Comunal de la subdirección de Salud Ambiental del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, explica que siempre que llega una queja ellos la atienden, pero en realidad, a veces no les compete, pues ellos deben intervenir cuando el daño lo provoca una entidad, ya sea estatal o particular, e incide en una o varias viviendas.
Expone la doctora, que cuando hay un conflicto entre viviendas o entre vecinos intervienen Fiscalía y la PNR, y cuando los perjuicios ocurren en un edificio multifamiliar, entonces es la Dirección Provincial de la Vivienda la que debe mediar.
Siempre actúa Higiene como parte de la comisión que atiende esos casos, aclara González Robaina, y lo hace de conjunto con el Citma, la PNR, Comercio, Cultura y el Gobierno.
Andrés Villar Bahamonde, director del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, señaló que es Comercio, por ejemplo, el que regula los horarios de los centros nocturnos y se aprueban en los consejos de la administración.
“Debemos señalar que en todo el país hay un solo equipo para medir los decibeles, aunque el Ministerio de Salud Pública tiene en sus proyecciones poder adquirir otros, pues la fuerza calificada para operarlos la tenemos.
“De forma general, se permiten hasta 65 decibeles, eso significa, para que la población nos entienda, que a un metro de distancia dos personas puedan conversar y se escuchen bien sin tener que gritarse teniendo el ruido de fondo”.
MONTA QUE TE QUEDAS
Caridad García tiene 80 años, vive en la carretera a San Juan y Martínez. Hace mucho tiempo que no descansa una noche completa, pues el estrepitoso ruido de las motos circulando a gran velocidad en horas de la madrugada, la desvelan con frecuencia.
“A veces parece que tengo las motos metidas en el portal. Los fines de semana, sobre todo, te das cuenta de que lo que hacen es competir, y eso no solo te mantiene en vela y en un constante sobresalto, sino que pueden ocurrir lamentables accidentes. ¿Quién controla eso?”, comenta.
No solo los molestos tubos de escape de motos y berjovina se han incrementado causando incomodidad en la población, también el aumento de negocios privados (bares, discotecas), en las arterias principales de la ciudad, provocan malestares en las personas que habitan en las cercanías de estos establecimientos, debido al uso indiscriminado de la música, principalmente.
Sin embargo, los especialistas coinciden que no son mayoría las quejas que se reciben de los bares y discotecas. En 2023, por ejemplo, tramitaron una de Tu Casa Bar, han ocurrido otras de centros en San Luis y Los Palacios. De igual modo, recuerdan los debates que generó hace varios años el reconocido escenario Pista Rita.
El asunto de las motos es más reciente. Ya no es solo el ruido que generan las llamativas Honda, sino las modificaciones que los dueños hacen a los tubos de escape.
Sobre este particular se refiere el capitán Yoel Alberto Pozo Acosta, jefe de Tránsito Provincial, quien alude que teniendo en cuenta lo establecido en la Ley 109 del Código de Seguridad en su Artículo 182, inciso 21, en el que se establece que se prohíbe la circulación por las vías de los vehículos de motor, remolques y semirremolques que presenten determinadas deficiencias técnicas. Entre ellas, que falte el tubo de escape con su dispositivo silenciador, o ambos, o uno de ellos se encuentre en mal estado.
“En relación con esta indisciplina, las fuerzas de la PNR en la provincia tienen sus prioridades y se acrecienta su enfrentamiento en la vía pública. Desde enero de 2023 y hasta finales de diciembre se impusieron un total de 587 notificaciones por esta violación y se retiraron 15 matrículas, además, se garantiza que en cada centro de registro de vehículo y en las oficinas de trámites de licencia de conducción se inspeccionen estos medios”, precisó.
“SÚBEME LA RADIO”
Así diría Enrique Iglesias y también Juana Velázquez, quien pide a gritos que le suban el noticiero, la novela y hasta Cine Online, pues en su casa, muy cerca de la funeraria, por increíble que parezca, el ruido es insoportable.
La ciencia ha demostrado que la contaminación sonora tiene efectos dañinos en la salud que se reflejan en la psiquis, el sueño, la conducta, la atención, la memoria, incluso en el embarazo, y también de forma particular, en los niños y en los adultos mayores.
La exposición constante a niveles elevados de ruido ha sido asociada con una variedad de efectos psicológicos negativos como el estrés, que es una respuesta común a la contaminación acústica.
Nada como poder hablar sin que la bulla de fondo moleste, dormir, escuchar tu propia música sin que te afecte las preferencias del vecino o las del establecimiento comercial de la esquina.
A pesar de que existe un entramado jurídico que regula que en Cuba se cumpla lo establecido para evitar la contaminación sonora, la realidad apunta a una dispersión en el tratamiento a las quejas que surgen.
Quizás enfrentar el ruido desde esta o aquella comisión creada al efecto no sea jamás la respuesta a una problemática que parece permanecer impune y en tierra de nadie. Mientras no tenga una solución real, tendremos que gritarnos dentro de casa: ¡Más alto, por favor!
También en San Juan y Martínez el ruido que provocan sobretodo las motos, autos y camiones de todo tipo desafía la tranquilidad ciudadana y sencillamente se burlan de medidas y leyes vigentes. Al parecer a los dueños mientras mas ruido tengan sus vehículos más importantes son ante la sociedad. Claro a los encargados de hacer cumplir las leyes al parecer no le importa su cumplimiento.