Con el propósito de vincular la ciencia y la innovación a la producción de alimentos para la soberanía alimentaria y la educación nutricional, sobre la base de la gobernanza de sistemas alimentarios locales, se desarrollaron en Pinar del Río sesiones de capacitación a intendentes, coordinadores de programas y asesores donde se involucra el Gobierno como ente rector y especialistas del Citma, Ministerio de la Agricultura y la Universidad de Pinar del Río, fundamentalmente.
Los encuentros forman parte de la preparación inicial para la implementación de la estrategia y funcionarán de manera estable, junto al chequeo de las acciones por parte del Gobierno en la provincia, atendiendo a las carencias actuales y a la complejidad de un trabajo que involucra el diálogo entre la experiencia productiva y los resultados de la ciencia y la innovación.
El programa Con más ciencia es una iniciativa nacional de la Presidencia de la República que responde al llamado de buscar, en la actividad científica e innovadora, las respuestas a los grandes problemas pendientes de solución, no solo para aportar saberes sino también para enriquecer políticas y evaluar sus impactos, proyectando posibles transformaciones sucesivas.
Como meta se propone fomentar una gestión local de soberanía alimentaria, que transversalice los temas de género y demográfico, en sinergia con los Lineamientos de la Política Económica y Social, Bases del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030 y Objetivos de Desarrollo Sostenible, según explicó la doctora en ciencias Maricela González Pérez, académica titular y profesora de la Universidad de Pinar del Río.
El sistema de trabajo cuenta con 18 programas, encaminados a la producción de arroz, granos, viandas y hortalizas, cítricos y frutales, café y cacao; bioproductos de uso agrícola y medicamentos veterinarios; además del desarrollo de la apicultura, porcino, avícola, ganadería bovina, acuicultura, alimento animal e industria láctea y cárnica.
Para el caso pinareño, los resultados innovadores acumulados en materia de desarrollo territorial, actuales referentes para el país, unido al potencial científico con que cuenta la provincia, constituyen fortalezas reales para que la producción y distribución de alimentos a nivel local puedan sustentarse en modelos teórico metodológicos concretos.
Se sabe que los cambios que hoy necesita el país se deciden a nivel del municipio y, en el tema de la producción de alimentos, la batalla se gana solo cuando se concrete en la calidad y educación alimentarias, asunto que debe constar como prioridad de la gestión de gobierno de los territorios, en acomodo a las estrategias de la provincia y país.
En el orden ideológico, no menos importante, la ciencia está en el deber de estimular que los trabajadores agropecuarios se sensibilicen más con las necesidades de su localidad, así como que las familias ganen en educación nutricional, para lo cual es preciso que algunos patrones culturales sean desaprendidos.
Identificar los problemas en cada localidad, analizar sus causas y consecuencias, priorizar las soluciones con los recursos existentes y establecer las proyecciones, son tareas inmediatas para los 18 equipos de trabajo, los que, a pesar de las dificultades de recursos materiales, cuentan con un potencial especializado, asesorados por investigadores de la Universidad de Pinar del Río en el área de las ciencias agropecuarias, económicas y sociales.
“Es un plan único, integrado, articulado, bajo la dirección del Gobierno en la provincia, y es por ello que le llamamos sistema de trabajo”, explicó González Pérez. Capacitación, implementación y chequeo de las acciones irán de la mano. Los tiempos que corren, marcados por el déficit alimentario, no dan oportunidad para la espera y, al mismo tiempo, se necesita sistematizar modelos de gestión local que sean perfilados en pos de una producción nutritiva, diversa, abundante.
Ante el nuevo reto para la ciencia cubana, los más de 100 miembros e implicados en el grupo coordinador de Pinar del Río dieron su apoyo incondicional, convencidos de que horas de estudio, diálogo técnico profesional y construcción colectiva están por venir, pero Cuba, y la calidad de vida de su gente, es la razón precisa para incorporar esta tarea como prioridad en la agenda, convencidos de que, cumpliéndola, damos otro paso, de gigante, en el camino.