“Solo el amor engendra la maravilla (…) solo el amor convierte en milagro el barro”, diría el poeta y cantautor Silvio Rodríguez en una de sus canciones.
Y es que dedicarle y profesarle tal sentimiento a cualquier tarea u objetivo, hace que las jornadas sean más llevaderas y que todo empeño se vuelva certeza y triunfos.
Este es el caso de Yosbani Portales, residente en el consejo popular de Entronque de Herradura, quien durante más de 20 años se ha dedicado al cultivo y resiembra de plantas ornamentales.
LA MEJOR TERAPIA
“Esto para mí es más que un hobbie, es mucho más que un pasatiempo. Es una forma de vida a la que le dedico la mayor parte de mis días, pues no hay mejor terapia o mayor regocijo que ver a cada una de mis plantas crecer y florecer”.
Yosbani comenta que su pasión comenzó en la localidad de Ramón Gordo, cuando un día empezó a interesarse por este tipo de tareas. Al principio, asegura, cada jornada era un tanto engorrosa, pues no poseía ni los conocimientos ni la experiencia que ahora lo acompañan.
“Poco a poco me adentré en este mundo mágico de las plantas. Fue entonces que me mudé para el Entronque y aquí comencé a crecer exponencialmente.
“Este es un patio pequeño como ves. Para el ojo no entrenado le es difícil creer que aquí coexisten cientos de variedades y más de 5 000 plantas ornamentales”.
Asevera que con gran celo lleva la cuenta de cada una de las especies que embellecen su patio como los cactus, las suculentas, malangas, begonias, violetas, orquídeas…
Sobre la resiembra, comenta que aprovecha cada espacio posible, pues hacer brotar vida de un recipiente vacío es incomparable.
“Resiembro en latas de refrescos que me traen los vecinos o que compro a veces; también lo hago en vasijas viejas en las que pueda aprovechar el espacio. Y esto es importante en estas labores, pues todo espacio es aprovechable.
“Donde quiera que pueda desarrollarse y tomar fuerza una planta, ahí están mis manos. El caso es tener la planta y un lugar donde sembrarla, pero sobre todas las cosas, que cada una de ellas se sienta libre en su propio espacio, en su ambiente. Eso es lo que nos conecta y las hace crecer saludables”.
PERSEVERANCIA
Yosbani refiere además que tal “riqueza” no se consigue de un día para otro, según sus palabras es una labor meticulosa que involucra una planta a la vez, y se debe derrochar mucho amor sobre cada una de ellas.
“Este es un patio maravilloso, pero todo inició por una sola planta. Ellas se sienten atendidas y cuidadas, y creo que cuando florecen y se reproducen me muestran su agradecimiento. Pienso que el amor que les profeso me ha recompensado. Y ese es el verdadero secreto, cuidarlas y brindarles todo el amor posible”.
Este cultivador por excelencia agrega que siempre se toma su tiempo para preparar la tierra que más tarde utilizará. Afirma que entre los componentes de la mezcla emplea tierra con abono orgánico, arena, hojarascas, carbón vegetal y poliespuma desmigada para brindarle oxigenación al suelo y evitar la compactación.
“No uso química, todo aquí es orgánico, pues entiendo que esa es la mejor forma para que mis plantas se desarrollen y tengan la fuerza necesaria para brotar y vivir muchos años”.
Yosbani también realiza injertos. Y como parte de su desarrollo en esta rama de la botánica estudia mucho y busca saberes sobre este arte; tal técnica trae a la vida plantas con un rápido desarrollo y fuerte consistencia.
“El mundo del injerto es muy bonito, pues son técnicas milenarias para obtener especies más fuertes, pero lleva cuidados y desvelos. No siempre los pies de injertos salen como deseas. Precisan seguimiento continuo y meticuloso”.
FUTURO
“Quiero seguir por este camino de resembrar plantas, pero quiero crecer también en cuanto a especies. Es cierto que mi patio es pequeño, pero me gustaría tener un poco más de espacio para ellas. Al final del día es lo que me mueve, lo que me impulsa.
“Me gusta cuando las personas me visitan y se interesan por las distintas variedades. Eso me hace sentir especial. Me hace bien que los visitantes se sientan satisfechos al llevar consigo cualquiera de las variedades que tengo.
“Ver que mi trabajo es querido y apreciado es un orgullo. Exhorto a quienes tienen miedo de empezar sus propias resiembras a que se lancen. No deben tenerle miedo a este mundo tan bonito, exigente, pero al final es hermoso y gratificante.
“Personalmente rejuvenezco en las mañanas al levantarme para regar y contemplar mis plantas. El amor es más fuerte que la muerte y que el miedo a ella, solo con él, solo con el amor, se mantiene y avanza la vida”.