Hasta el primero de septiembre ascendían a un millón 956 mil 513 la cantidad de módulos de alimentos distribuidos en la red de comercio minorista para su entrega gratuita a la población, a partir de las donaciones hechas a Cuba por naciones amigas con vistas a mitigar los efectos del bloqueo norteamericano y de la epidemia.
Ya las provincias de Ciego de Ávila y de Santiago de Cuba concluyeron esta humanitaria operación, iniciada el 19 de julio de manera gradual, y que también abarcó en un primer momento a La Habana, Matanzas, Holguín, Artemisa y Guantánamo, así como al Municipio Especial Isla de la Juventud, el cual por estos días debe terminarla.
Según informó a la Agencia Cubana de Noticias Marpesa Portal de Villiers, subdirectora general de Ventas de Mercancías del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), en los próximos días, en dependencia del arribo al país de nuevos envíos de donaciones, debe comenzar la distribución de los módulos en las restantes provincias.
En tal sentido mencionó a Pinar del Río, Mayabeque, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Las Tunas y Granma, aunque también subrayó que la operación continuará en las que no la han finalizado aún.
La funcionaria recordó que los paquetes por núcleos familiares incluyen arroz, legumbres, pastas alimenticias y azúcar, aun cuando de manera puntual a un grupo de territorios o municipios se les hicieron llegar otros productos, cuyas cantidades resultaban pequeñas.
Por ejemplo, carne en conserva recibió la población de tres localidades pinareñas, y frijoles la totalidad de los consumidores de toda la provincia vueltabajera y de las de Mayabeque, Villa Clara, Cienfuegos, Sancti Spíritus, Camagüey y Las Tunas, en tanto la leche en polvo se destinó para las personas mayores de 65 años residentes en La Habana, Villa Clara, Holguín y Guantánamo.
Portal de Villiers precisó que las provincias orientales se benefician también con atún en lata, cuya distribución ya se inició por Holguín y Granma, mientras un litro de aceite por núcleo se entrega en Ciego de Ávila, Artemisa y Cienfuegos.
Esta operación tiene una alta prioridad; diariamente hay un seguimiento de los arribos de las cargas, de las disponibilidades de recursos donados por naciones amigas, de cómo marcha la distribución, y si hay alguna incidencia en aras de su pronta solución, manifestó la entrevistada.
Respecto a la galleta dulce (un kilogramo para niños de 0 a 7 años) que se expende en municipios de la capital y de Mayabeque, la subdirectora general de Ventas del Mincin aclaró que su producción por la industria alimentaria ha sido posible gracias a la donación de una limitada cantidad de harina de trigo.
Como contiene materias primas compradas por el país se comercializa pero a un precio muy por debajo de su costo de producción, puntualizó la funcionaria del MINCIN.
Recordó que independientemente del meritorio apoyo que los mensajeros, trabajadores sociales y factores de la comunidad brindan en la entrega de los módulos, muchos de los cuales son llevados hasta la casa de personas vulnerables que vivan solas, la población tiene un mes para recogerlos en la bodega u en otras unidades escogidas.
Sigue siendo muy buena la acogida que en el seno de la población tienen estos productos, sobre todo por ser de alta demanda, y en cuya distribución se ha seguido el principio de favorecer a los niños, ancianos y madres embarazadas, expresó finalmente Portal de Villiers.