Por estos días, la irrupción y rápida extensión en el mundo del SARS-CoV-2, ha sacado a la luz lo mejor de muchas gentes y sentimientos de amor al prójimo, solidaridad, la lucha de tantos científicos en busca de un medicamento o vacuna que salve a la humanidad y el empeño de médicos en defender vidas a riesgo de la propia, conviven en el escenario actual, en el cual Cuba es un ejemplo.
Lástima que el pánico a la pandemia haya provocado en algunas personas y confines conductas irracionales y hasta deshumanas en relación con quienes hasta hace muy poco fueron mimadas, acariciadas y consideradas parte de la familia: las mascotas.
En defensa de ellas se han unido respetadas instituciones, entre las que sobresalen El Centro Panamericano de Fiebre Aftosa y Salud Pública Veterinaria de la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (PANAFTOSA-OPS/OMS) y Protección Animal Mundial (World Animal Protection) .
La desinformación ha conllevado a creer que las mascotas pueden enfermar y propagar el virus, lo cual ha traído por resultado el abandono y sacrificio despiadado de perros y gatos.
De cara a esta situación la OMS reitera que hasta la fecha, no hay evidencia científica de que los animales de compañía sean una fuente de infección para los humanos, aunque en el caso de los gatos se realizan investigaciones, algo que ha reiterado en Cuba el doctor Francisco Durán, Director Nacional de Epidemiología del Minsap, en la habitual conferencia de prensa televisiva relacionada con la incidencia del nuevo coronavirus en el archipiélago.
En Wuhan, la ciudad china en el centro de la epidemia, cerrada durante más de un mes, muchas mascotas quedaron atrapadas en los apartamentos solas, mientras sus dueños permanecían fuera de la ciudad y de acuerdo con publicaciones digitales, voluntarios de la Asociación de Protección de Pequeños Animales allí , dicen haber salvado a cientos al resultar apresadas.
Expertos han plasmado en espacios digitales, la existencia de mucha evidencia científica acerca de que los perros y gatos mejoran y enriquecen la vida y la salud de las personas, los acompañan, protegen sus casas y animales de producción, y pueden ser de un gran apoyo psicológico para las familias, al reducir niveles de estrés y tendencias suicidas, algo de mucho apoyo en época de distanciamiento social, aseguran.
Sin dudas, el detonante de las injustas acciones es el pánico a la COVID-19, reforzado quizás por recientes informaciones sobre un perro en Hong Kong, el cual dio positivo a la enfermedad y también el de una tigresa malaya de cuatro años de edad del zoológico del Bronx, en Nueva York.
Lo cierto es que en la gran mayoría de los hogares –por suerte- esos grandes amigos del hombre siguen dando su afecto y mostrando felicidad por, ante el encierro, tenerlos a todos en casa. Y esa fidelidad y gratitud, debe ser muy bien correspondida, pues amor con amor se paga.
Y en términos de coronavirus, ese propio distanciamiento social que ha dejado desiertas las urbes, ha sido aprovechado por otros animales y resulta simpático ver fotos en diferentes sitios del ciberespacio de pavos reales, con su hermoso plumaje pasearse por las calles de Madrid, o también observar el regreso de los cisnes a las ahora transparentes aguas de Venecia en cuarentena.
Mientras, en Ventanueva, Asturias, han causado asombro las imágenes grabadas de un oso adentrándose en el pueblo, amparado por la oscuridad de la noche, en tanto en Lopburi, Tailandia, los monos extrañan la comida que les brindaban los turistas y ante su ausencia, decidieron salir en su busca y protagonizan riñas entre ellos por la disputa de los alimentos encontrados.
Algo inquietante resulta la referencia de que algunos leopardos comienzan a sentirse a gusto en las ciudades indias y los zorros se adentran en Londres.
Y en medio del revuelo de la COVID-19 los cables traen una buena noticia: tras 10 años de venir intentándolo infructuosamente, dos pandas de Ocean Park, un zoológico en Hong Kong, se aparearon naturalmente durante la cuarentena, y se dice que la privacidad pudo influir en el comportamiento de los animales.
Ahora todo el personal del parque se encuentra entusiasmado ante la perspectiva de la llegada de un posible panda bebé, indicó una de las autoridades del zoo.
Nada, este simple hecho viene a recordarnos que aún en medio de una pandemia hay que perseverar y luchar por los sueños y por la vida, que incluso en tiempos difíciles puede deparar satisfacciones, alegrías y generar muchas esperanzas. Pero para ello es emergente cumplir con las medidas preventivas establecidas por las autoridades sanitarias. iQuédate en casa..!