Quizás lo que más trabajo le ha costado a la doctora Mayte Cabrera Hernández es no haber abandonado nunca la asistencia en medio de tantas responsabilidades directivas. Y es que la vocación de servicio siempre ha sido mayor.
Graduada de Medicina en 1990 y especialista en Radiología en 1993, la actual directora del hospital pediátrico Pepe Portilla y miembro del buró provincial del Partido reconoce: “Siempre he hecho un esfuerzo para mantenerme vinculada. Supe que con la elección de la especialidad no estaba equivocada sino en lo correcto, que me gusta y me apasiona. No me arrepiento ni me concibo dentro de la Medicina siendo una cosa diferente”.
Sobre sus primeros tiempos de graduada nos cuenta: “Ya son 31 años. Tuve excepcional rendimiento y se me otorgó la especialidad por vía directa. Se hacía en el hospital Abel Santamaría. Allí estuve tres años y me fui a hacer el servicio social al hospital Comandante Pinares, de San Cristóbal. Antes estuve unos siete meses en el León Cuervo Rubio entrenándome en el ultrasonido obstétrico.
“En San Cristóbal realicé actividades de Radiología en diferentes esferas, en la rama pediátrica y en la de adultos, porque ese hospital tiene servicios de Pediatría, Neonatología, Obstetricia y Medicina interna.
“Quedé embarazada en 1994, di a luz en el 1995 y entonces empecé a trabajar en el León Cuervo Rubio. Dentro de la especialidad siempre me apasionó el ultrasonido diagnóstico y el hospital en ese momento no tenía equipo para ello. El radiólogo hacía informes de placas, estudios de radiología intervencionista, pero no teníamos ultrasonido y eso siempre era una limitación.
“Un buen día el doctor Rigoberto Labrador, un excelente profesor del pediátrico y a quien le debo mucho en mi formación en la Radiología y en la vida, porque era muy práctico e inteligente, recordó con agrado el tiempo en el que yo roté por aquí como estudiante y me ofertó una plaza que estaba vacante. Yo la acepté. Así llegué al pediátrico, pero coincidió que el hospital estaba liberando a la subdirectora de Medios diagnósticos. Entonces entré como radióloga y también con esa responsabilidad al frente de los departamentos de Medios diagnósticos. En esa plaza estuve 18 años”.
Mayte habla con mucho cariño de su primera estadía en el “Pepe Portilla”: “Era un colectivo muy estable, con mucha calidad humana y vocación de servicio. Siendo subdirectora se hace una renovación del Comité del Partido y quedo dentro de él, incluso llegué a ser su secretaria y fui miembro del Comité Municipal”.
EL TRÁNSITO A CIENCIAS MÉDICAS
“En 2010 fui electa miembro del Comité Provincial del Partido y en 2013 diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular, responsabilidad que mantuve en la 8va Legislatura desde 2013 hasta 2018.
“Con la condición de diputada voy al diplomado de la Administración Pública en 2014 y al retornar se decide mi paso a la Universidad de Ciencias Médicas (UCM) para reforzar el trabajo del Partido allí, por lo importante que resulta la labor política en ese centro y la formación de valores en los estudiantes. Se buscaba que fuera un cuadro político, pero formado por el sector.
“En ese momento fue difícil; nunca pensé abandonar el Pediátrico y tampoco tener que trabajar en la UCM. Siempre vi la Universidad como el lugar en el que me formé y al que no había ido a otra cosa que no fuera a un curso, a buscar alguna documentación o algún trámite. No pensé que ese fuera mi lugar. Yo veía que irme para la UCM me privaba de las cosas que más me gustaban, porque nunca abandoné la tarea asistencial. Siempre me mantuve haciendo guardias de Radiología en el Abel Santamaría e impartía docencia a los alumnos de tercer año y a los de posgrado.
“Pero tenía un compromiso político y tuve que aceptar. Y tengo que decir que hoy no pudiera ser la directora del Hospital Pediátrico si no hubiera estado todos esos años en la UCM.
“Allí estuve desde 2014 hasta 2018 en varias responsabilidades y siempre como secretaria del Comité del Partido. Me desempeñé como metodóloga de la carrera de Medicina, en el Departamento de formación de profesionales, en el Docente metodológico, hasta llegar a ser vicedecana general de la Facultad de Ciencias Médicas. En mi condición de reserva de la decana y del rector tuve que asumir también tareas importantes.
“Es complejo, pero muy apasionante ese trabajo con la juventud. Pude participar en los procesos que se realizan en la Universidad: la selección de estudiantes vanguardias, de los que optan por las diferentes especialidades, por los internados verticales, por los diplomados, los procesos de ubicación.
“Se crea un vínculo con los alumnos que es maravilloso. Los ayudas, transmites tu experiencia, y a la vez te nutres de sus intereses y motivaciones. Fue una etapa que superó mis expectativas. En 2015 llegué a ser miembro no profesional del Buró Provincial del PCC, condición que mantengo hasta la actualidad. Fui delegada al 7mo Congreso de la organización y miembro del Comité Central desde 2016 hasta 2021, cuando se celebró el 8vo Congreso, al que también fui delegada.
“En Ciencias Médicas estuve hasta 2018. Siendo vicedecana de la Facultad y secretaria del Comité del Partido, se decide que la Universidad, por ser un centro de alta concentración de jóvenes, debía tener un cuadro semiprofesional del Partido. En esa etapa ya no me quería ir de la escuela; me sentía bien allí. Llegó la decisión de que ocupara la dirección del Pediátrico, del que me habían nombrado reserva. Existía el mismo compromiso político y acepté la responsabilidad.
DE VUELTA A LA LOMA DE LA QUINTA
“Empiezo en enero de 2019 y en marzo inició la epidemia de dengue, que fue muy fuerte, ahora con la COVID-19 la gente la olvida, pero hubo un incremento de los casos. Había que hospitalizar a todos los niños, aislarlos, convocar personal médico, de enfermería y de servicios. Hubo que habilitar recursos y servicios, incluso, fuera de la institución. No había horarios.
“Comencé a trabajar hasta tarde en la noche en la UCM, pero la etapa del Pediátrico ha sido de mucho esfuerzo y dedicación. Poder dirigir, sin ser pediatra, a un grupo importante de pediatras, aunque hay otras especialidades, quirúrgicas, por ejemplo, es una tarea compleja y a la vez reconfortante.
“Y por otra parte, si compleja es la atención a los procesos estudiantiles, lo es más la atención al binomio paciente-madre que se establece en la pediatría. A veces con los niños todo es fácil, pero la relación con la familia es difícil y hay que establecerla de la mejor manera posible. Hay que hablarles, explicarles, con toda la vocación de servicio”.
No puede faltar en nuestro diálogo las impresiones de la pandemia, cuando el “Pepe Portilla” se convirtió en un “Hospital COVID”: “En la primera etapa no era considerado así, en todo ese tiempo solo hubo 15 niños positivos, todos mayores de dos años, fueron ingresados en el León Cuervo Rubio y recibían la atención de nuestros pediatras. Se había previsto un servicio para atender acá a los menores de dos años, pero no hubo enfermos de esa edad.
“A partir de octubre de 2020 comienza el rebrote en la provincia y empiezan a aparecer niños positivos. Ahí sí se define la institución como un Hospital COVID y abrimos una sala de cinco camas, a los días tuvimos que mudarnos a una sala de 18 capacidades, posteriormente a una de 38 y terminamos con un bloque de 111 camas, más todas las extensiones hospitalarias que tuvimos.
“Este es el único Hospital Pediátrico de la provincia y a la par de recibir a los pacientes con COVID, mantuvimos la atención a los demás pacientes pediátricos con todas las morbilidades clínicas quirúrgicas.
“Lo primero que hubo que hacer fue modificar la estructura del hospital y establecer un cuerpo de guardia de Infecciones Respiratorias Agudas independiente del original, que tuviera una preclasificación adecuada. También se adoptaron un grupo de medidas, entre ellas que los trabajadores permanecieran en su puesto la mayor cantidad de tiempo para minimizar la movilidad; evitar los dobles acompañantes en los servicios; establecer un sistema de mensajería, todo encaminado a lograr el blindaje de la institución.
“Lamentablemente en este periodo fallecieron tres trabajadores nuestros muy valiosos: una psiquiatra infantil, una enfermera del servicio ambulatorio y un joven pediatra, que estuvo mucho tiempo en Zona Roja. Tengo que resaltar que hemos tenido el apoyo y la disposición de todo el personal para entrar a estas zonas. Hemos modificado sistemas de trabajo.
“Los médicos se han apropiado muy rápido de los protocolos, y se han mantenido en constante actualización e interrelación con los expertos nacionales.
“Aquí hemos atendido alrededor de 7000 pacientes enfermos con la COVID-19, sin contar los que han estado en otras extensiones hospitalarias y en los municipios. No hemos tenido niños graves ni críticos ni fallecidos por esta enfermedad, pero el trabajo ha sido arduo.
“Tuvimos que reforzar el número de médicos según las exigencias de cada momento; hemos tenido que crear un lugar de admisión para el ingreso de estos pacientes; ubicar ómnibus 24 horas para el traslado a los centros, que al principio no lo teníamos y creaba muchas quejas en la población. Desde el día anterior se garantizan los egresos y en la entrega de guardia se actualiza la cantidad de pacientes, la disponibilidad de camas. Hemos tenido que estar al tanto de la alimentación, de la existencia de leche para los pequeños que llegaban tarde en la noche, de una merienda, de que hubiese agua fría, de la limpieza. Nos vimos obligados a perfeccionar mecanismos de trabajo con el paso de los días.
“La pandemia nos ha enseñado a ser más previsores; a otorgarle más responsabilidad y protagonismo a la guardia administrativa, a los enfermeros supervisores; a tocarlo todo con la mano antes de irnos a la casa a descansar; a tener respuestas mucho más rápido que al principio de la pandemia. Nadie estaba completamente preparado para una situación como esta y nuestra población es muy exigente. Mi teléfono sonaba a cualquier hora de la madrugada. Eso ya no ocurre”.
LA FAMILIA COMO SOSTÉN
“Tengo dos casas, en la que me formé junto a mis padres y en la que vivo actualmente con mi hija, mi esposo y mi tía materna. Mi mamá, que tiene 85 años, es fundadora de los órganos del Poder Popular y se mantiene muy activa. Vive con mi sobrino y su esposa con los niños. Es ella quien me ayuda mucho con las cosas de la casa, de la bodega, las compras…
“He tenido la dicha de tener una familia buena, que me educó, me formó y me dio mucho cariño. Hablo de mi mamá, mi papá, mis abuelos, mi tía. Está mi niña que me dio una gran sorpresa cuando decidió estudiar Medicina y otra cuando optó por la Radiología como especialidad y de la cual hoy es residente. Y está mi esposo, que, a pesar de tener un contrato de trabajo en México, estuvo con nosotras todo este tiempo de la pandemia y nos ha apoyado muchísimo, noches de tener que salir conmigo para el Pediátrico en plena madrugada.
“Aquí he aprendido. También el tránsito por el Partido y mis compromisos en él me ha facilitado la labor. La estancia en la Universidad me ofreció un grupo de herramientas que me han ayudado bastante, porque he tenido la responsabilidad de dirigir el hospital en momentos complejos y muy difíciles”.
Excelente entrevista, muchas felicidades a la destacada doctora Mayte.
Excelente historial .conocia mucho sobre la doctora pero no hablo nunca sobre sus culidades humanas y casi unicas en el pediatrico.realmente han sido tiempos muy duros sobre todo para ella al frente del hospital.tiempo q no se van a olvidar nunca.
Eres una profesional ejemplo para todo los cubanos y especialmente para el sector de la salud . Muchas felicidades para Mayte y porque no felicitar tambien a Luisita su mama que con tanto esmero y amor la educo y que aun se mantiene en el campo de batalla
Excelente profesional, una de las más distinguidas y elegantes profesionales de salud de Pinar del Río. Mucho talento y talento y devoción. Ha ayudado mucho a mi familia y en lo personal la recuerdo como la radióloga que me diagnosticó mi segundo embarazo y el sexo de ese bebé. Momentos inolvidables. Gracias por tan buen reportaje.
Mate ha tenido con mi hija mas pequeña varias deferencias. Ha tenido atenciones personalizadas con mi hija. Y la ha recomendado a especialistas en ocaciones. Su desinteres y dedicacionsin conocernos previamente la hacen merecer mi reconocimiento y mas profundo respeto.
Necesita comunicar con Doctora Cabrera Hernandez, para el Thema de Posibilidad de Donacion a este Hospital. Yo soy un Residente Permanente y Viven aqui En La Habana.
Mucho Saludos
Stefan Mewes
5 12 89 500