En estos días vi en el depósito de los deshechos (contenedor) de la cuadra muchas matas de aloe vera y me pregunté: “¿Quién limpió el jardín de su hogar que no sabe los beneficios de esta planta para la salud?”. Si es por desconocimiento, me veo obligado a enumerar sus propiedades y formas de uso para el alivio y saneamiento, pues ayuda a cicatrizar heridas, a aliviar las erupciones cutáneas, quemaduras del sol y picaduras de insectos, también reduce manchas oscuras en la piel, elimina la caspa y actúa como exfoliante al ser utilizada de forma externa.
Si es consumida en zumo ayuda a reducir el colesterol y los triglicéridos gracias a su composición en aminoácidos; rebaja los niveles de azúcar en sangre por su contenido en polisacáridos. A través de ella se regula la presión arterial porque contiene germanio que es un hipotensor natural y además, estimula el sistema inmunológico.
Hay quienes la recomiendan para el mantenimiento de la flora bacteriana, en la cura de úlceras de estómago, para eliminar toxinas y también sirve en el tratamiento del colon.
Para preparar un zumo debes cortar una hoja, retirar las espinas y ponerla en agua 24 horas; así expulsará una sustancia llamada aloína que puede resultar tóxica. Después abre la hoja por los lados y extrae la gelatina, mezcla con el jugo de limón y miel. Bate todo para que quede una crema espesa. Consérvalo en un recipiente cerrado en el congelador.