“Pasé mucho trabajo, porque los viñaleros son excelentes personas, pero un poco cerrados con los que no son de aquí, pero poco a poco me fui abriendo camino, así evoca Ismel Valdés Catá sus inicios como trabajador no estatal en el restaurante, bar, tapas, Valcatá; actualmente una Mipyme, con su mamá como socia única y su hermano como administrador.
Él, ante las oportunidades de diversificación de actividades en ese sector, encontró la manera de dar rienda suelta a su pasión por el diseño y creó en condición de socio único la mediana empresa Arte 3D yeso, que se dedica a la construcción y decorado, utilizan yeso, pladur, mármol, acota que pueden asumir una edificación desde los cimientos hasta el acabado.
Con 41 años, mantuano por nacimiento y viñalero por elección, asegura que las Mipyme “ han sido un cambio abismal, en todos los sentidos, profesionalmente uno ha perfeccionado y mejorado toda la parte económica de la familia; profesionalmente es el tope a donde como empresario se quiere llegar, con personalidad jurídica, más alcance, incluso a nivel internacional; ya puedes exportar, importar, tienes muchas más libertades, caminos para desarrollarte; esto no lo cambio por nada, me siento realizado”.
HACIA AFUERA
Mientras dialogamos en Valcatá, nos muestra fotos de recientes trabajos, entre los que se encuentra el salón para fumadores de la última edición del Festival del Habano. Explica que realiza labores de insonorización y ratifica que su emprendimiento es lo que le permite saciar las ansias que siempre tuvo de dedicarse al diseño.
Licenciado en Economía, es consciente de la responsabilidad social que se asume con estos proyectos personales, en su caso tiene 31 trabajadores, con un amplio espectro de profesiones, que abarca desde juristas, contadores, economistas, hasta oficios como albañilería, plomería, artesanos.
Asegura que el salario promedio está entre los 15 mil y 20 mil pesos, que depende de la producción que tengan por mes, pero a veces llegan a ganar 150 mil, en consonancia con lo que hagan.
Defiende a capa y espada las Mipyme, argumenta que ahora la economía está mucho más organizada, visibilizan un camino más lógico a seguir, algo más grande, porque poseen un sistema empresarial, “tienes oficina, personas a las cuales representar, más alcance en la actividad; aunque se debe organizar un poquito más, corregir errores que todavía existen, pero lo veo perfecto para mi desarrollo como empresario privado”.
Con respecto al pago de los tributos dice sentirse orgulloso, porque con sus impuestos mensuales, y los anuales sobre los ingresos, contribuye a su municipio, en este caso Viñales, que es donde está inscrita la empresa, que ese financiamiento se revierte en desarrollo local, en sectores como Salud y Educación, “y sé que mañana vamos a tener un mundo mejor por los aportes que hacemos nosotros hoy”.
FUTURO
Padre de dos niñas, de 11 y 13 años, reconoce que en la actualidad la juventud pasa por momentos difíciles, algunos pueden concebir expectativas de futuro, otros no. A su juicio, se decepcionan mucho, porque hacen una carrera universitaria y cuando comienzan a laborar, no es lo que esperaban en cuanto a la relación pago – trabajo, y se les hace complejo avanzar.
“Lo digo porque tengo en mi empresa muchachos que son profesionales y decidieron dejar ese camino para trabajar conmigo, porque tienen más ingresos, ayudan mucho más a sus familias, disfrutan más beneficios; somos seres humanos que tenemos que vivir, desarrollarnos, hay familias y casas que mantener. Creo que como país debemos mejorar la atención a los jóvenes”.
Añade que no hay nada mejor que desarrollarse y crecer en el lugar donde naciste, que te den la posibilidad de hacerlo y contar con apoyo.
“Es lo que yo anhelaba; nací, me crie y pienso morir aquí; lucho todos los días porque mi empresa sea mejor, más eficiente, porque muchas cosas que están mal, estén bien y no cambio esto por nada.
“Mi país significa todo para mí y me siento a gusto con lo que hago. Viajo el mundo, voy, conozco, pero quiero estar en mi país, desarrollarme en mi país”.
MÁS ALLÁ DEL ÉXITO
Nadie duda que Ismel es un empresario exitoso, al verlo no queda otra opción que preguntarnos, ¿por qué no se autorizó con anterioridad el ejercicio de actividades económicas en el sector privado cuyo beneficio a la sociedad es notable?
¿Cuándo entenderemos que la liberación de las fuerzas productivas no requiere llave de paso? Que se trata justamente de lo contrario, dejar que el cauce corra y abra sus propios senderos, llevando fertilidad a sitios insospechados.
Por años, un joven con capacidad, talento, posibilidad y voluntad de prestar un servicio altamente especializado estuvo coartado por restricciones; su realización personal trajo prosperidad a otras familias, repercute beneficiosamente sobre la sociedad, pues con los impuestos contribuye al presupuesto del Estado, ¿qué hay de malo en ello? Toda riqueza y bonanza que se respalde con trabajo merece un espacio en esta Cuba tan urgida de soluciones.
En su caso, le queda tiempo por delante, pero cuántos tal vez ya perdieron sus mejores años y ahora le faltan las fuerzas para tales empeños, para ellos lamentablemente, es demasiado tarde.
No hemos de seguir permitiéndonos errores como nación y entre los que apremia eliminar está la implementación morosa de medidas y estrategias que favorezcan el desarrollo de la economía, menos si de ellas se deriva satisfacción de necesidades a partir de la generación de bienes y servicios.