Un aproximado de 200 mil 335 personas se mueven mensualmente en Pinar del Río a través de los puntos de embarque. La cifra pudiera ser mucho mayor si la conciencia social, esa capacidad que tenemos los seres humanos para percibir, reconocer y comprender los problemas de los demás, fuera condición sine qua non en todos los que están detrás de un timón.
Para nadie es un secreto que el transporte, junto a la alimentación, es de los mayores desafíos que tiene que vencer el cubano en los momentos actuales.
Por eso duele y mortifica tanto estar horas en las paradas y que conductores indiferentes no se detengan ante la señal de PARE del inspector popular, o hagan miles de “maromas” con las manos alegando que se quedan cerca, cuando en realidad llevan el destino de muchos de los pasajeros que languidecen en los puntos de recogida.
Esta situación se vive diariamente, no es exclusiva de un día de la semana. Basta aplicar la técnica de observación para confirmar lo anterior o revisar el modelo de control que llevan los inspectores todos los días.
Cada conductor de vehículo estatal que no se detiene ante la señal de PARE del inspector incurre en el incumplimiento de la Resolución 435 del Ministerio de Transporte, que establece la obligatoriedad de hacerlo. Ellos lo saben, las administraciones también.
Sabrina Ruiz, una señora ya entrada en años y que rehusó la cámara, dijo a este medio de prensa: “Es penoso que esto pase, porque si el Presidente del país y el Canciller de la República dan botella, yo lo he visto en Facebook, ¿por qué el resto de los mortales no?”. Y ella tiene razón…
ALTERNATIVA CRIOLLA
Para ayudar a paliar la situación, desde hace algún tiempo, el Gobierno en la provincia, de conjunto con varios organismos, implementó un sistema para mejorar la transportación en los horarios picos, fundamentalmente de siete a ocho y treinta de la mañana. A este tema se le ofrece especial atención por parte de las autoridades en la provincia.
Está basado, esencialmente, en que los carros estatales –autos ligeros– presten asistencia, de lunes a viernes, en la parada de las rutas 4 y 6; mientras los lunes, miércoles y viernes asistan también la parada de la ruta 15, explicó Edel Conche González, director comercial del Grupo Empresarial de Transporte.
Quedó normado que estos autos deben dar dos o tres viajes con retorno hasta el hospital Abel Santamaría. Lo anterior ayuda sobremanera a que estudiantes, pacientes, profesionales de la Salud y otros puedan estar en tiempo en las instituciones sanitarias, centros de estudio y trabajo.
Este mecanismo funciona como un reloj suizo, cada organismo tiene un responsable en las paradas señaladas y el Grupo Empresarial de Transporte también tiene el suyo. El dúo se toma muy en serio el encargo social que tiene.
Así lo comprobamos en la persona de Vicente Martínez Piñeiro, especialista principal de Transporte del Minagri, quien desde las seis de la mañana del lunes estaba ya en función de agilizar la transportación.
“Nuestra presencia aquí es primordial, es la única vía para ayudar al pueblo a llegar temprano a sus destinos. Los choferes nuestros saben que esto es prioridad y lo chequeamos puntualmente”, nos dijo de manera tajante.
En el caso de los ómnibus que cubren recorrido de trabajadores, expuso Conche González, una vez concluida esa actividad se insertan a hacer las rutas 13 (kilómetro seis de la carretera a La Coloma), la 8 (Mazón), Guanito, Cuba Nueva, entre otras, y refuerzan la 4 y la 6. Para esta actividad están destinados 16 guaguas pertenecientes a nueve organismos.
Por supuesto que no es suficiente, máxime cuando hay un parque automotor muy deteriorado y la imposibilidad de adquirir repuesto en el mercado internacional por la carencia de divisas y las imposiciones de un férreo bloqueo que alcanza al sector del transporte.
Eso obliga -no hay otro verbo que emplear- a entender de una vez y por todas que no se trata de una alternativa, es la única opción de transportación que tienen los pinareños en este momento y por mucho tiempo.
CENSURABLE
Así pudiéramos calificar la actitud de 17 conductores de vehículos estatales que entre las nueve de la mañana y las 12 del día del lunes y martes pasaron, indistintamente, por tres puntos de recogida de la cabecera municipal y no cumplieron con el encargo social que le reclama el pueblo.
Ello consta en el control que llevan los inspectores de los puntos ubicados en Cementerio – ciudad, Cavada y Cementerio – carretera Luis Lazo.
Este equipo comprobó la esquiva de algunos de ellos, y recepcionó la queja de la inspectora popular Niurka Ortega Saya sobre el auto B-203 811. “Este es uno de los choferes más indisciplinados que tenemos, es multireincidente, personalmente he hablado con su director, pero no he logrado nada”, dice con cierta tristeza.
Sobre este actuar también se pronunció su compañero Diarosky Alfonso Hernández, quien asevera que la mayor dificultad la enfrenta con los carros que pertenecen a la “Constructora Militar que van para las lomas”.
“Esta parada (hacia Luis Lazo) requiere la colaboración de todos los factores, porque es un lugar de concentración de gran cantidad de estudiantes de las secundarias y eso obliga a tratar de enviarlos de vuelta lo más temprano posible”, expresa Diarosky, quien además agrega que él percibe cierta impunidad en algunos conductores: “Hasta ahora ninguno de los reportados ha venido a decirme que lo han sancionado, y muchos siguen actuando igual”.
En contraparte, y para ser justos, tenemos que decir que apreciamos conductores que por su libre y espontánea voluntad se detenían en las paradas y pedían pasajeros para su destino. Tal es el caso del jeep de Divep B 139 655. No fue el único, y esa debía ser la generalidad, sobre todo en un país que tiene definida constitucionalmente una propiedad social sobre los medios fundamentales de producción.
A TENOR…
De conformidad con lo que está dispuesto y conscientes de la realidad que vivimos todos, se impone multiplicar los ejemplos positivos, reconocer más a quienes miran a ambos lados del timón y permiten que viajemos cada día más pinareños.
A los que aún permanecen indiferentes y se resisten al cambio, es hora de lograr sensibilizarlos y concienciarlos de que son, en cierto momento del día, servidores públicos. Han de actuar en consecuencia.