Mireya Luís Hernández, la gran capitana de las Espectaculares Morenas del Caribe, no lo pensó dos veces y expresó o escribió sobre el Comandante en Jefe de la siguiente forma: Fidel representa el valor, la inteligencia y la maestría.
En agosto de 2020 transmití este trabajo y ahora repito con algunos cambios por el tiempo –breves actualizaciones-, en ocasión de los cinco años de su desaparición física, a la edad de 90 años.
Como bien detallé entonces, para no ser absoluto, la mayoría de las Glorias del Deporte Cubano, entre ellas las del voleibol, no se cansan de afirmar que el eterno líder de la Revolución es el padre del deporte en Cuba, el deportista mayor.
Casi todas, de una forma u otra, estuvieron muy cerca de Fidel, en las buenas y las malas, y Mireya cuenta cada una de sus vivencias con el Comandante como si fuera ahora hoy mismo, a un día –12 agosto 2020- de cumplirse el aniversario 94 de su natalicio, y a poco más de tres meses -25 de noviembre de 2016- de su desaparición física.
Todos se niegan a aceptar su muerte, pues todos lo tienen muy presente en sus corazones, en cada momento de su vida, los entrenamientos y las competencias.
Que la convocaran a escribir unas líneas para un libro –Fidel y el Deporte- que recoge parte del pensamiento de nuestro Comandante en Jefe sobre el deporte, la hizo recordar la jornada en que derrotaron al equipo de Estados Unidos (Juegos Panamericanos de Caracas 1983, Venezuela), el mismo día que la destacada voleibolista, tricampeona olímpica, cumplió 16 años.
La estelar deportista de Camagüey, de Cuba y del mundo relató o escribió: “en aquel momento tenía la sensación que mi pecho era demasiado pequeño para una impresión tan grande, pero al regresar a la patria la emotividad creció cuando conversé por primera vez con el Comandante de la Revolución”.
“Su mirada y sus palabras fueron tan hermosas y profundas que llegué a sentirme en un mundo irreal, con el tiempo pasando muy rápido, al mismo tiempo que latía mi corazón”.
“En lo adelante, siempre que he tenido el privilegio de compartir con ese hombre que ha ganado un lugar en la historia, vivo instantes de similar intensidad, pues siempre dice algo nuevo, te habla de lo que eres y representas e inspiras una tremenda confianza que los atletas hemos convertido en arma de combate para cada una de nuestras contiendas”.
“Fidel representa el valor, la inteligencia y la maestría; es como un atleta olímpico que en medio de un momento tenso emplea con toda su destreza, siempre teniendo en cuenta la capacidad del contrario”.
“Su sentido humano es una de sus virtudes más sobresalientes y lo expresa no solo en las ocasiones de glorias que generan las victorias. Tras la derrota en el Campeonato Mundial de 1990 fuimos recibidos por él y aquel encuentro, lo significó entonces, resultó gran estímulo moral para seguir adelante”.
“Cuando fui intervenida quirúrgicamente en una rodilla, su visita al hospital resultó algo inolvidable, como parte de una práctica habitual en él y de la que han sido testigos miembros de la familia del deporte, sector al que ha dedicado especiales esfuerzos, convertidos en compromisos para nosotros”.
“Ese constante acercamiento, orientaciones, su llamado a multiplicar resultados y, sobre todo, su preocupación infinita por el ser humano, incrementan nuestro orgullo de ser cubanos y la satisfacción por tenerlo como líder indiscutible”.
Por eso y mucho más, este 25 de noviembre de 2021 pregunto: ¿quién niega que Fidel el padre del deporte en Cuba, el deportista mayor?