“Tienes que cortártela, porque si se empata la cabeza con la cola te mueres”. Es esa una de las creencias populares, sobre todo en los que peinan canas, en relación con las culebrillas.
Hay incluso personas que tienen la habilidad o el don de llevar a cabo tal procedimiento con ciertos rezos y otros elementos que varían desde hojas de plantas hasta plumas de aves o cucharas calientes.
Según el Diccionario de Mitos y Leyendas, para los gauchos de la Pampa Húmeda en Argentina su contaminación proviene del paso de una víbora o culebra por la ropa que extendían a secar sobre los cultivos. Tenían la certeza de que si la erupción circunda el cuerpo traería consecuencias fatales para quien la padeciera.
Lo cierto es que la culebrilla o herpes zoster provoca una erupción dolorosa en la piel que puede prolongarse de dos a cuatro semanas y la complicación más común se nombra neuralgia posherpética, o sea, que el dolor puede continuar por meses o incluso años después que desaparece, esto es más frecuente en adultos mayores de 60 años.
Pero, ¿qué causa la culebrilla? El virus varicela zóster, el mismo que provoca la varicela, es el responsable de las culebrillas. Luego de que una persona tenga varicela el virus permanece latente en el organismo y puede, por razones que aún la ciencia no ha logrado descifrar del todo, reactivarse años más tarde y causar esta afección tan incómoda.
Eso quiere decir que cualquier persona que haya padecido varicela corre el riesgo de experimentar una culebrilla que puede también causar depresión, ansiedad, dificultad para concentrarse, pérdida del apetito y de peso.
Aunque en el 2016 el New England Journal of Medicine publicó un estudio que revela la efectividad de una vacuna para protegerse de la infección, el tratamiento que se indica es sintomático (analgésicos y antihistamínicos), fundamentalmente para el dolor y el prurito. Su cura es espontánea.
El aciclovir, por ejemplo, es un antiviral que se puede usar para acortar el curso de la enfermedad y debe iniciarse en las primeras 24 horas de la aparición del dolor o la sensación de ardor, preferiblemente antes de que salgan las ampollas.
El herpes zóster es mucho menos contagioso que la varicela, la cual es altamente trasmisible desde 48 horas antes de la erupción hasta la etapa de costra. El herpes zoster solo contagia a personas que hayan padecido varicela, causando esta última la llamada china y no precisamente culebrilla.
Curiosidad: Un estudio publicado en la Revista Médica Electrónica cubana en el año 2002 revela que la acupuntura con agujas dérmicas ayuda a erradicar la culebrilla. Según la investigación, el método fue aplicado en 30 pacientes y al séptimo día de tratamiento el 96.6 por ciento no presentaba dolor y los signos clínicos mejoraron en el 70 por ciento a las 48 horas. En el séptimo día todos estaban curados.