Después de varios años de empeño, ralentizado por limitaciones de recursos, más la llegada de la Covid-19, en el kilómetro 12 de la carretera a La Coloma un moderno secadero de arroz ya tiene valor de uso para impulsar el programa del cereal en la provincia Pinar del Río.
Aun cuando restan algunos objetos de obra por concluir, la instalación inició la primera etapa de su puesta en marcha y ya procesa cosechas de cooperativas aledañas.
Proyectado por la Empresa de Proyectos e Ingeniería del Minag (Enpa) y ejecutado por la Brigada Dos de Attai, el emplazamiento se vislumbra como un complejo capaz de cerrar ciclos productivos una vez que esté listo todo el equipamiento.
Hasta la fecha, el secadero es un colectivo laboral de 12 trabajadores, subordinado a la UEB Enrique Troncoso de la Empresa Agroindustrial de Granos (Eaig) Los Palacios. Jesús Maurence Díaz, al frente de la estructura, explica que dentro de las perspectivas también está contar con maquinaria para prestarle servicio a los productores.
“Este proyecto surgió a partir del desarrollo que tuvo el arroz hace varios años. Ahora disponemos de 1 070 hectáreas en la zona conocida como la Guapa, que colinda con las áreas del secadero y en las que van a trabajar 39 usufructuarios vinculados directamente a nosotros.
“Ya tenemos casi 200 hectáreas desmontadas que se preparan incluso para la siembra de esta campaña”, enfatiza Maurence Díaz, quien se ha dedicado por más de 40 años a la industria.
Agrega que lo fundamental para el cultivo es el agua. Hace varios años en la zona regaban con aguas subterráneas que provocan un aumento de la salinidad y se vieron obligados a suspender la siembra.
Hoy tienen el riego por aniego garantizado con la presa El Punto, un embalse cercano con una capacidad de 90 millones de metros cúbicos que apenas se explota y que al ser agua dulce disminuye la salinidad.
“Este año se plantaron 174 ha, que es la cosecha que estamos procesando. La distancia media entre el campo y el secadero es de 12 kilómetros. Anteriormente, cuando se cosechaba había que llevarlo a los Palacios.
“Lo que se prevé es que toda la producción de arroz de Pinar del Río, San Luis y San Juan y Martínez que se contrate con nosotros se procese aquí”, apuntó.
TECNOLOGÍA, AHORRO, CALIDAD
El equipamiento, de fabricación china, tiene una capacidad para procesar 37 toneladas de arroz húmedo por día y cuenta con dos silos de 500 t cada uno, que fungen como almacenes de producto terminado.
A través de una moderna pizarra se visualiza y se controla el flujo productivo de la planta. Las diferentes funciones de zarandas, tamices, máquinas limpiadoras y las condiciones de almacenamiento permiten que el proceso de beneficio tenga mayor calidad, evitando el color amarillo del grano, el exceso de humedad y las impurezas.
En el secadero no se utiliza diésel, sino que incluye un quemador capaz de funcionar con la propia cascarilla del arroz, lo que supone un ahorro considerable de combustible.
Maurence Díaz detalla el proceso desde que llega el producto del campo y se pesa en la báscula de la entrada, sube a la tolva de recibo y se descarga en el silo para que a través de los transportadores se someta al proceso de limpieza y secado, hasta alcanzar la temperatura óptima para su almacenamiento que oscila entre un 12,7 y un 13, 5 por ciento.
“El molino está a punto de ponerse en marcha, solo le faltan algunas conexiones. En esta área rescatamos la cascarilla que nos sirve de combustible y también obtenemos polvo industrial, muy demandado por el Porcino.
“Aún nos falta construir el almacén de producción terminada, otro para los subproductos y los talleres para los mecánicos y electricistas, además de un parqueo para la maquinaria”, dijo.
EL IMPACTO QUE NECESITAMOS
Afirma el jefe del colectivo laboral que en la medida que el país pueda entregar un mayor volumen de recursos que ayuden mejorar las condiciones de la campaña, el nuevo emplazamiento tendrá un resultado positivo, no solo para contribuir a la alimentación del pueblo sino para reducir los precios actuales que tiene el grano en el mercado informal.
A decir de Maurence Díaz, la puesta en marcha del secadero tendrá un impacto notable, pues se convierte en fuente de empleo para personas de la localidad, acercará la industria al productor y disminuirá el gasto de combustible que conllevaba la larga transportación.
“Todos los trabajadores residen en la comunidad. Tuvimos eso en cuenta, fundamentalmente para no depender del transporte, pues hemos sufrido la experiencia de la pandemia y de otras situaciones que han dificultado el acceso de la fuerza laboral. Por eso también tenemos previsto formar a mecánicos y electricistas aquí mismo.
“Tendremos un grupo productivo para atender directamente las diferentes actividades de los productores, y van a estar junto con ellos apoyando en el riego y en los temas fitosanitarios”.
Con la expectativa de alcanzar unas 8 000 toneladas de arroz cáscara húmedo, una vez que se logre explotar el complejo a toda capacidad, el programa arrocero de la provincia estaría recibiendo un impulso considerable y un impacto positivo en la mesa del pinareño.