Yasindia tiene 19 años, está casada, aún no es madre, cursó la primaria y secundaria en la Enseñanza Especial; luego, en el instituto politécnico Pedro Téllez se formó en Elaboración de Alimentos, nunca lo ejerció; actualmente recibe un adiestramiento como manicure en la sede del secretariado municipal de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en Pinar del Río.
“En este curso me va bien, me gusta lo que hago, estoy aprendiendo a poner uñas (postizas), tengo que esperar para empezar, porque hay que saber hacerlo bien”.
Hasta el momento sus necesidades económicas las solventa el esposo, a lo que ella espera contribuir cuando comience a practicar el oficio, el cual resulta ideal para permanecer en el hogar y cuidar su salud, ya que esta joven negra padece de anemia de células falciformes, más conocida como sicklemia, término derivado de la definición en inglés (sickle cell anemia).
OTRAS HISTORIAS
Yislién es licenciada en Estomatología, especialista en Peridontología, y aunque no ha abandonado su profesión, tampoco existen las condiciones para el desarrollo pleno de la misma; así que optó por aprender otro oficio que le permita “mejorar la economía en estos tiempos difíciles, el pluriempleo está aprobado y puedo hacerlo cuando llego a mi casa”, también casada y sin hijos, reconoce que el curso es muy útil y sus enseñanzas de gran valía.
Lo mismo piensa Yesenia, quien trabaja como manicure, pero no sabía poner uñas acrílicas, arreglo de gran demanda, y necesita incorporar ese servicio para ampliar su clientela y los beneficios monetarios. Lleva cinco años de matrimonio, no es madre, pero tiene a su cargo el cuidado de una sobrina.
La primera de estas mujeres llegó hasta el curso por sugerencia de funcionarios de la Asociación Cubana de Limitados e Impedidos Físicos y Motores (Aclifim), las otras dos se acercaron por sí mismas a la FMC en busca de orientación, allí encontraron las respuestas, pero no son las únicas que se benefician de esta posibilidad, hay féminas que reciben formación en corte y costura, y un grupo de ambos sexos en peluquería.
Narmina Reynoso Marín, secretaria municipal de la FMC en Pinar del Río, explica que este programa de capacitación es una de las prioridades de la organización, contribuye a la emancipación económica e incorporación al empleo, así como a la transformación del entorno social. La entrega de kit de manicure es una de las alternativas que se ofrece a mujeres en condiciones de vulnerabilidad para que generen sus propios ingresos.
Los cursos están concebidos en tres meses, pero dado que en muchos casos carecen de un conocimiento mínimo de la actividad, no tienen como practicar en casa o sus capacidades intelectuales ralentizan el proceso de aprendizaje, este periodo de tiempo se extiende hasta que obtengan las habilidades necesarias para desempeñarse en el oficio.
PARA LA FAMILIA
Yaquelín Ávila es profesora de Peluquería y Maquillaje, en su propia vivienda ha creado el aula para el adiestramiento de sus estudiantes, desde el 2009 imparte clases, afirma enorgullecerse de los cientos de alumnos que ha formado, trabaja con alrededor de tres grupos cada año.
Destaca que este aprendizaje, incluso cuando no lleguen a ejercer como peluqueros o maquillistas, les sirve para el cuidado y atención de la familia, lo que también repercute sobre la economía, pues son servicios caros y es un gasto que reducen o eliminan.
La mayoría son muy jóvenes, precisa; añade que le complace contribuir a formarlos en una profesión, en la que además incluyen el humanismo y la responsabilidad social, ya que dentro del entrenamiento van a centros como el Hogar de Ancianos y casas de abuelos, y de forma gratuita realizan cortes de cabello, afeitado…
Nathaly estudia en el politécnico Pedro Téllez; no obstante, vio en este curso una manera de adquirir conocimientos que la pueden beneficiar en el plano económico y ser útil, “ha sido muy bueno, es otra enseñanza”.
Y MÁS
Reza un viejo proverbio que el saber no pesa, y si de paso ayuda a incrementar los ingresos monetarios en el plano individual y familiar, pues es una manera de aligerar cargas cotidianas.
El aprendizaje de estos oficios puede ser en muchos casos la puerta de salida hacia la autonomía, y la FMC no solo aboga por ello, sino que lo propicia, creando las oportunidades.