En el auditorio agramontino Iván Hidalgo Funes, Pinar del Río vendió cara su derrota, que a la postre fue la única y le costó la medalla de oro. En un injusto sistema de clasificación, pero utilizado a nivel mundial, les privó a las nuestras colgarse la corona.
Todo sucedió cuando al mantenerse invictas hasta la penúltima ronda cayeron ante las camagüeyanas. De manera global, las chicas de casa terminaron con récord de nueve ganados y una sola derrota, con 28 set a favor y solo cinco en contra, para un acumulado final de 42 unidades.
Camagüey fue un rival fuerte y combativo. No le bastó la primera derrota antes las más occidentales, sino que fueron a buscar el desquite, y ya en la penúltima ronda de competencia, cobraron venganza, en gran medida por una buena repartición del balón y un servicio que hizo daño a la recepción vueltabajera, y si a esto le sumas el apoyo delirante de su afición, fueron aspectos claves a tener en cuenta.
Las locales remontaron la diferencia y se llevaron las medallas de oro con nueve victorias, un fracaso, 27 sets a favor y cuatro en contra, y 44 puntos en total. Ahí radicó básicamente la estrecha diferencia para colgarse la corona y de paso la medalla de oro.
Las pinareñas llegaron al segundo escalón del podio, después de muchos años sin una actuación parecida, al mantenerse invictas. El sistema de juego dinámico, el ataque agresivo y con oportunidad hacia las diagonales, y un bloqueo efectivo las llevaron hasta el último minuto a acariciar el cetro.
No obstante, este resultado es una de las mayores alegrías para el apartado femenino, que si bien había alcanzado números de ensueño en las categorías inferiores, debía este salto al más alto nivel de Cuba. Una vez más se pone de manifiesto que cuando existe el trabajo en la base todo se logra. De ahí que más del 70 por ciento de las chicas provienen de la pirámide del alto rendimiento.
Las preseas de bronce corresponden al elenco de Cienfuegos con seis triunfos, cuatro fracasos, 20 parciales a favor y 12 en contra, y 32 puntos.
Los varones decepcionaron
Los hombres de casa no pudieron lucir peor, y del primer lugar alcanzado la pasada edición y ser el mejor equipo del año, pasaron a ser últimos, lugar que se justifica si evaluamos las más de seis ausencias que tuvieron en su nómina.
Ante sus propios seguidores, en la sala polivalente Alejandro Urgellés, la selección de Santiago de Cuba caminó invicta la gran final entre los cuatro que concluyeron a la cabeza en la tabla de posiciones en la ronda eliminatoria.
Los santiagueros perdieron un solo choque en 10 salidas a la cancha, precisamente en el debut, cuando los chicos de la Perla del Sur, los superaron en tie-break. Cuatro jornadas después se adueñaron de la punta, no la perdieron más y sumaron 9-1 en la lid.
Camagüey quedó en el subcampeonato, mientras el tercer lugar correspondió a los villaclareños con 1-2 en la fase decisiva. Detrás acabó Cienfuegos, que no pudo sonreír en la final.
Cerraron la tabla, del quinto al octavo escalón, Mayabeque (3-0), La Habana (2-1), Matanzas (1-2) y Pinar del Río (0-3).