Todavía están frescas y humeantes las brazadas y pateos de nuestros cuatro nadadores que incursionaron en el Mundial de curso corto (25 metros) de Abu Dhabi, donde certificaron sino el mejor, uno de los mejores rendimientos históricos de un equipo de nuestro país en esas lides.
Hablamos de que además de los récords nacionales de Elisbet Gámez (200 libres), y Andrea Becali (100 y 200 espalda); los varones Luis Vega y Adrián Navarro también átentaron actuaciones en el entorno de lo loable, sobre todo teniendo en cuenta de que en al menos una ocasión todos rompieron alguno de sus registros personales previos.
Rendimientos:
Así tenemos que Andrea Becali, con tan solo 17 años pulverizó marcas en poder de Ana María González y que databan de 2019, para sacudirse de algún sinsabor que pudo haberle dejado su performance en los recién finalizados I Juegos Panamericanos Junior de Cali.
La capitalina fijó el del hectómetro estilo espalda en 1:01.25 minutos; mientras llevó el de los 200 del propio estilo hasta 2:12.01.
En el caso de esta última distancia es válido destacar que le mereció el puesto 16 entre las 28 que tomaron la largada, además de erigirse cuarta en América, solo superada por las fenomenales estadounidenses Isabelle Stadden (2:03.26), y Rhyan White (2:04.08); y la no menos estelar canadiense Kylie Masse (2:04.79).
Si a eso lec sumamos el hecho de que en feudo anual de la también exponente del país de las barras y las estrellas Beata Nelson (2:00.33), Andrea se adjudicó el crono 126 del ranking de la temporada. Lo cual sorprende por su juventud y el notable margen de mejora que posee.
En el hectómetro recaló en la posición número 30 entre medio centenar de ondinas.
También una estrofa de loas merece nuestra principal exponente de esa disciplina, la librista Gámez, quien igualmente se adjudicó la plaza 16 entre 50 contendientes en los 200 metros libres, donde con 1:57.26 impuso nuevo tope doméstico.
Ese crono le merece la posición 61 de este 2021 donde la hongkonesa Siobhan Bernadette Haughey impuso nuevo récord mundial de 1:50.31. ¡Mama mía!
De vuelta a la hija pródica de Baracoa en los 400 libres detuvo los relojes en 4:09.08, para la posición 18 del total de 48 competidoras y el registro 73 de toda la campaña, donde la china Bingje Li (3:55.83) regentea.
Elisbet, a sus 24 años, continúa dando muestras de estar insertándose en un periodo de maestría deportiva, aún cuando sus cronos todavía disten de la élite del orbe.
En el caso de Vega, sus tiempos de 54.46 segundos y 1:57.89 minutos en 100 y 200 metros mariposa, le depararon respectivas ubicaciones 61 y 24. Es válido señalar que Vega sufrió un percance con sus gafas en el hectómetro, lo que lo privó de haber quebrado la cota cimera del patio, pese a su tope personal superado.
Mientras, Navarro comandó su ronda clasificatoria en 400 libres, con 3:58.31, y luego terminó segundo en su heat en 200 libres, con 1:53.99; actuaciones que le colocaron por ese orden en posiciones 52 y 56, si bien el más discreto, también el de menor experiencia competitiva internacional y en la modalidad más cruenta y concurrida de la natación, como lo es el estilo libre.
Connotación:
Teniendo en cuenta lo abrupto de la preparación en las últimas dos campañas producto del azote de la pandemia de Covid-19, de manera colectiva reiteramos que puede considerarse uno de los mejores rendimientos históricos en lides universales de curso corto, sino el mejor.
Es cierto que tanto Elisbet como Andrea y Vega encararon la preparación rumbo a los Juegos Olímpicos de Tokio, pero esta incluso tuvo afectaciones, interrupciones y adecuaciones en su planificación. En el caso de Vega, también pudo elevar su nivel de preparación al ser elegido por la FINA para cursar una beca en Kazán, Rusia, elemento positivo y que habla de su calidad como tritón.
Navarro, en cambio, solo cumplimentó una parte de ese ciclo preparatorio.
Pese a estas cuestiones, el proceso de puesta en forma de nuestros efectivos no fue ni por asomo el mejor, y pese a ello materializaron un cuarteto de rendimientos acreedores de posiciones entre los 25 primeros de sus respectivos eventos, además de dos puntuaciones superiores a 800 puntos, a tenor con la tabla de la Federación Internacional.
Gracias a información aportada por el grupo Seguidores de la natación cubana el de Abu Dabi emergió como el primer campeonato mundial de curso corto donde de conjunto se patentan tres récords nacionales en tres eventos diferentes (200 libres, 100 dorso, y 200 dorso), todos en el sector femenino.
A lo que se añade la ubicación por vez primera entre las 16 mejores de dos ondinas, como fueron los casos de Elisbet Gámez en 200 libre, y Andrea Becali en 200 dorso.
Además, desde la edición de Atenas, Grecia en el año 2000, Cuba no patentaba una escuadra de cuatro o más representantes en un Mundial de la disciplina, lo que habla de que, pese a situaciones de infraestructura bien complejas, falta de piscinas y problemas de calentamiento y recirculación del agua en las existentes, además de en las instalaciones del equipo nacional en el Complejo Baraguá, se ha hecho un trabajo consecuente con la preselección existente mostrando que, tratándose del segundo deporte más aportador de preseas en eventos múltiples después del atletismo, debiéramos potenciar, o al menos intentarlo, amén de las consabidas limitaciones, mucho más.
En primera persona
A propósito de rendimientos y lo acontecido en la capital emiratí la entrenadora principal María Luisa Mojarrieta ofreció imprresiones a CubaSí:
“Los muchachos de a poco se fueron adaptando de forma individual. Si bien es cierto que dentro del grupo estos fueron los que tuvieron un poco más de estabilidad durante su proceso preparatorio, han sido dos años bastante complejos, a los que a la ausencia prácticamente de competencias internacionales, tuvimos que adicionarle varias interrupciones producto de la pandemia
Y luego el hecho de que todos nuestros atletas no asimilaron por igual desde el punto de vista psicológico el estar bajo el régimen de burbuja en el Baraguá.
Los resultados hablan de que la estrategia diseñada nos funcionó, con un trabajo individual tanto para los que asistieron al Mundial, como para los que concursaron en Cali, tomando en cuenta cargas, edades, desarrollo biológico, cantidad de eventos en los que participarían.
Hay errores técnicos y cuestiones disímiles sobre las que tenemos que seguir trabajando de cara al próximo ciclo, que además será más corto, pero creo que esa posibilidad de participación con un equipo más nutrido en los Panamericanos Junior ante la ausencia de Estados Unidos y Canadá, además de patentar la presencia en el Mundial con buenos dividendos, nos pone a pensar en la posibilidad de armar un equipo que pueda insertarse y catalogarse de competitivo en los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe, pensando en nutrirnos de otros atletas que ahora no fueron llamados y que pudieran desempeñar un rol en los relevos, y eventos individuales también.
Tenemos que pensar en mejorar los resultados de Barranquilla donde la posta combinada femenina fue bronce. Tratar de que Elisbet llegue en buena forma, y unir a otras tres mujeres para complementar a ese horcón.
Puede suceder que los que estén hoy, no sean los mismos dentro de dos años, pero la base está, y hay que continuar desarrollándola”.