Pasos podálicos secos, pomos de hipoclorito en las entradas sin cambiarse y actualizar su contenido, nasobucos en el cuello para tomar café, para conversar un ratico después del café o fumarse un cigarro unos minutos más tarde. Por otra parte, viajeros y familiares de viajeros entrando y saliendo de las viviendas sin respetar la cuarentena, indolentes recogiendo y repartiendo paquetes llegados del exterior sin esperar que quien los trajo tenga su resultado de PCR del quinto día.
No son todos los ejemplos de violaciones de medidas higiénicas y protocolos que pudiéramos enumerar aquí que contribuyen a que hoy la lucha contra la COVID-19 se haga más engorrosa, como si no fuesen muchos ya los muertos que han llorado las familias cubanas y las personas que quedarán con secuelas por varios años o, quién sabe, por el resto de sus vidas.
Crece el número de menores contagiados, pero también la cantidad de ellos jugando en espacios públicos. Hemos tenido abuelos graves, embarazadas enfermas, y no pocas personas parecen tener reducida al mínimo la percepción del riesgo ante los efectos reales de la pandemia que ha cobrado más de dos millones de vidas en el mundo.
PRINCIPALES INFRACCIONES
Sobre las violaciones en centros laborales y entidades estatales conversamos con el doctor Alejandro Márquez Ferrer, subdirector provincial de Salud Ambiental en Pinar del Río.
“Hay un grupo de inspectores en el municipio y en la provincia que son los que se encargan de fiscalizar el trabajo en las instalaciones de Salud, tanto en los hospitales donde se diagnostican e ingresan casos sospechosos y de alto riesgo como en los centros de aislamiento.
“Además de estos frentes que son a los que les estamos dando un mayor seguimiento a partir de algunas quejas de la población, también visitamos un número grande de centros de trabajo, principalmente los de más riesgo, ya que estos pueden provocarnos un evento por la cantidad de personas que interactúan. Ello incluye las escuelas internas y externas de los municipios que mantienen las clases presenciales”, acotó el doctor.
Al referirse a las principales incidencias detectadas en los lugares explicó:
“Tanto en centros de trabajo como en instituciones hospitalarias y centros de aislamiento, las principales violaciones que se cometen radican en el uso incorrecto o no uso del nasobuco; todavía no hay una cultura de mantener el hipoclorito con su actualización diaria en las entradas; a veces llegamos a los lugares y el paso podálico está seco. Estas son medidas de barreras que evitan la penetración del virus hacia la instalación.
“Aún hay personas que acuden a los centros laborales y escuelas con síntomas, a pesar de todo lo que se ha dicho por los medios. Todo esto ha generado un número de casos y provocado una situación puntual en sus instituciones. Esto ocurre porque falla la pesquisa que está reglamentada a la hora de entrar a la instalación.
“La responsabilidad primera recae en profesores, en los trabajadores y en la propia administración. No tenemos médicos para todas las escuelas ni centros de trabajo y es tarea de la administración tener una persona, dígase de recursos humanos o los que atienden seguridad del trabajo, encargada de hacer una pesquisa diaria a primera hora del día a la totalidad de sus trabajadores. Eso está fallando”.
Asegura el doctor que en muchos de los casos confirmados durante este mes se comprobó que estuvieron trabajando con síntomas en escuelas y en centros laborales: “Y esa constituye una de las mayores negligencias que tenemos en estos momentos”.
Especificó Márquez Ferrer que a pesar de que este rebrote fue originado como punto de partida de la entrada de viajeros al cierre del año, aún persisten indisciplinas en las instituciones que determinan el curso de la epidemia.
“Muchos de los casos que hoy figuran en la lista de confirmados no estarían ahí si se hubiesen evitado un grupo de violaciones y si las personas cumplieran lo que está indicado”.
Un aparte hizo el doctor para referirse a las indisciplinas asociadas a los viajeros:
“Hemos encontrado negligencias relacionadas con ellos. A su arribo se les informan todas las medidas que tienen que cumplir durante su aislamiento y, sin embargo, muchas veces intentan evadir la cuarentena; reciben visitas, otras veces salen a visitar. Algunos no cumplen con el verdadero aislamiento que se les exige por parte de Salud dentro de su vivienda para cuidar a sus familiares. Los hay que se ponen a distribuir paquetes antes de tener el resultado del PCR del quinto día, y ahí es donde se nos complica el escenario. Y un grupo importante ante la aparición de síntomas no se han remitido al médico de la familia”.
NORMAS LEGALES: ¿SUFICIENTES?
La Inspección Sanitaria cuenta con herramientas legales para sancionar a quienes incurren en estas indisciplinas, pero lamentablemente las cuantías que se aplican son irrisorias, más en el contexto actual.
“Por la parte de Salud, lo único que tenemos disponible para este tipo de indisciplinas es el Decreto Ley 272 con una cuantía muy baja que está pendiente de análisis, pensamos que en los próximos meses salga ya actualizado con multas entre 2 000 y 5 000 pesos. Las de ahora son de hasta 150 pesos a personas naturales y hasta 600 a personas jurídicas. Por indisciplinas siempre ponemos el máximo, no se titubea.
“Existen instituciones que disponen de otros decretos y que sí pueden aplicar montos mayores. El recurso que nos queda en este tipo de indisciplinas es la remisión que hacemos a Fiscalía para que sean procesados por propagación de epidemias”.
Entre 75 y 90 decretos por día aplica la Inspección Sanitaria Estatal, “en su mayoría por indisciplinas a lo que llamamos población abierta y en unidades de Comercio por violar el distanciamiento”.
Puntualizó el subdirector provincial de Salud Ambiental que a pesar de que se siguen activando los comités de enfrentamiento a la COVID-19 en instituciones y en las zonas residenciales, “todavía hoy existe falta de enfrentamiento a las indisciplinas en las comunidades y en centros laborales”.
PROMOCIÓN DE SALUD
Señaló que el Departamento para la Educación y Promoción de Salud labora no solo en divulgar todas las medidas que se deben cumplir, sino en la capacitación del personal de las diferentes organizaciones de masas que integran los comités, para que estén actualizados y tengan un conocimiento amplio de cómo combatir la enfermedad.
“No podemos cansarnos de enviar mensajes para elevar la percepción del riesgo, independientemente de que el peso de la ley caiga sobre los infractores; y hay que seguir promoviendo salud para que las personas incrementen su percepción del riesgo ante la enfermedad”.