Onelio Nemesio Roque Peña es uno de tantos combatientes de la Revolución cubana. Proveniente del oriente del país llegó a Pinar del Río con el objetivo y la misión de defender a la isla de los ataques mercenarios de Playa Girón.
Tras repelerla, decidió quedarse en la provincia, y permaneció durante seis décadas en el consejo popular de Pilotos, en el municipio de Consolación del Sur.
Tras la orden de fundar un batallón de obstáculos en Pinar del Río, Onelio llega a estos lares, en ese momento como ingeniero tras vencer los respectivos cursos soviéticos aprobados por el ejército.
Fue entonces cuando en 1962 le asignan la misión de permanecer en Consolación del Sur como jefe de Plana Mayor del batallón.
“Después de eso me quedé de jefe del batallón de zapadores, fui director del tecnológico de Puerta de Golpe cuando la enseñanza era militar y jefe de obstáculos y de ingenieros del pueblo”.
Girón…
“Ya era militar de pura cepa y pertenecía a la columna número Uno. En ese momento muchos de nosotros estábamos de profesores de pelotones de milicias y al darse la alarma de combate nos movilizamos rápidamente.
“Por supuesto, en aquel momento decisivo no se podía vacilar, y por tal motivo también nos llevamos a los pelotones que estábamos preparando.
“Cuando llegamos al central, ya el Comandante en Jefe estaba allí comandando la operación. Fue él personalmente quien asignó las misiones. Fue él quien nos dio la misión que acataríamos: ‘Hay que entrar en combate ya’, esas fueron sus palabras”.
¿Cómo fueron esas horas para usted, para sus tropas?
“Nosotros estuvimos esos días allí enfrentando la agresión mercenaria. Una vez que logramos repelerla y vencer, nos quedamos hasta el día 29 para desfilar con la clase obrera ese primero de mayo.
“Nosotros queríamos desfilar y celebrar el triunfo y la primera derrota del imperialismo en América Latina, enarbolando la bandera del socialismo bien alto.
“Pero fueron horas muy duras. Tanto en las que combatíamos como en las que la incertidumbre nos golpeaba sobre la situación de nuestros compañeros. Particularmente tuve muchos sentimientos encontrados, pues a mi mente acudían a ratos pensamientos tristes por los compañeros que cayeron y aquellos que dieron su vida por esta Revolución.
“Pero recapacitaba, pues en la guerra no se puede estar triste, no hay tiempo para pensar en esas cosas. Hay que combatir y echar pa´ lante como decimos los cubanos”.
Hay quienes todavía aseguran que ustedes vejaban a los prisioneros…
“Recuerdo que, a pesar de las mentiras del gobierno de Estados Unidos, fuimos muy humanos con los prisioneros. A ninguno se le dio un golpe ni se molestó siquiera de palabra. Eran seres humanos como nosotros, lo que con una mentalidad trastornada y una ideología imperialista, expansionista y mercenaria.
“La Revolución cubana y nuestros hombres son muy generosos y respetuosos, recordemos que somos un pueblo de paz. Somos un país que lo damos todo por los hermanos, pero una cosa sí está clara: quien se meta con nuestro modo de vida e ideales, queda. Ponle el cuño”.
¿Se considera usted un héroe?
“Eso nunca me ha pasado por la cabeza. No me considero héroe ni mucho menos. Me considero solamente revolucionario, comunista, hombre de principios. Defensor de una ideología y un modo de vida que hay y habrá que defender hasta los últimos momentos, hasta el cansancio, hasta que la muerte nos llegue al lecho o nos sorprenda trabajando por la Patria”.
Pinar del Río…
“Me siento pinareño, y si tengo que llevarme algo conmigo hacia otras vidas, pues me lo llevo todo, ya que los mejores días de mi vida han transcurrido en esta provincia”.
¿Qué significa para usted la Revolución? ¿Qué significa Fidel?
“Nosotros éramos pobres, no teníamos tierras y vivíamos en las faldas de una loma en una casita de guano con piso de tierra. Vivíamos como animales, casi sin condiciones.
“Pero en mi interior sabía que todo el movimiento que gestaba Fidel Castro y su gente nos iba a dar la libertad, nos traería bienestar y nos daría nuevas luces y oportunidades de crecimiento personal y laboral. “Para mí significan todo. Yo le debo todo a esta Revolución y a Fidel. Les debo mi vida entera”.