A 15 meses después, estamos pasando por un mal momento: la COVID-19 nos ha golpeado bruscamente; más otros “virus” circunstanciales han perjudicado a los cubanos en lo físico biológico y espiritual, pero siempre hay un plan B.
Revisando la memoria, de lo que hemos leído, conocimos que en los orígenes de la humanidad han existido otros momentos inseguros, incluyendo los reales, fabulados, imaginarios, ficticios y apasionados, como lo “real maravilloso” y recordando una novela brasileña Todo vale.
Cuando llegamos a la encrucijada de decidir entre morir o vivir, la ciencia cubana se engrandeció como todo lo que ha hecho el país en su historia, de no dejarse vencer por enemigo poderoso que pueda parecer y ya tenemos la respuesta: nosotros vamos a sobrevivir y estamos ganando.
La ciencia y la creatividad de la innovación tecnológica no creen en milagros, sino en los resultados surgidos de la inteligencia y la dedicación humana, a pesar de las limitaciones materiales, los recursos financieros y las asechanzas de las fieras.
Por eso pensé, esto a título personal, porque es demasiado fabulado, si Noé en el pasaje bíblico salvó a la especie de su tiempo, nosotros los cubanos los haremos con una jeringuilla… es más, lo estamos haciendo.
A Noé dicen que Dios le pidió salvar a su pueblo del diluvio; a la Ciencia cubana, el Partido y el Gobierno le pidió que salvará a su pueblo y los pueblos pobres de otras partes, pero a falta de una nave, lo hiciera en una jeringuilla.
Como estábamos acostumbrados a los diluvios, llevamos más de 60 años contra la tormenta; preparados para enfrentar las ventiscas y borrascas, nos atrincheramos en las mentes más fluidas y creadoras, que es lo que tenemos, mientras la parte material y monetaria comenzamos a inventarla.
Pensamos que si igual al Noe de los judeocristianos, existe igualmente en el Corán el de los musulmanes, y hasta lo tiene la mitología caldea Atrahasis, los materialistas podíamos tener nuestra tabla de salvación.
Y en la búsqueda de una, encontramos cinco: Soberana 01, Soberana 02, Abdala, Soberana Plus y Mambisa, por vía nasal y única en el mundo. Con ellas salvamos a Cuba y no se trata de una aspiración, ya llevamos semanas navegando.
Los estudios de candidatos vacunales están en camino, van en distintas fases, pero todos triunfando; nuestros organismos de control y certificación están entusiasmados, porque el principal colaborar es el propio pueblo, que puso el cuerpo a disposición de los estudios, que primero seleccionó a los voluntarios, lógicamente en la medida que exigía la investigación, pero felizmente ya involucramos hasta a los niños, porque está probada su seguridad y eficacia.
Y hay un secreto, a nivel mundial “se están desarrollando alrededor de 200 vacunas contra el COVID‑19, y 23 de ellas han avanzado a ensayos clínicos de fase tres (hasta finales de marzo de 2021). Aunque ningún otro país latinoamericano ha desarrollado una vacuna propia, dos de los 23 ensayos de fase tres actualmente en curso son cubanos: Soberana 02 y Abdala. Además, otras tres posibles vacunas cubanas están en fases anteriores de ensayo: Soberana 01, Soberana Plus y Mambisa…”
El secreto se parece al Arca de Noé, en nuestro barco jeringuilla van todos los que habitan en nuestra tierra, de Guantánamo a Sandino: los buenos y nobles, pero también se montan las “fieras” que reniegan de la propia vacuna, pero cuando les toca, van silenciosos al policlínico o al vacunatorio y se la ponen. No sé a quienes agradecerán, porque por la televisión veo a los agradecidos decir Gracias Fidel, Gracias Raúl, Gracias Díaz-Canel.
La vida es así en nuestra “tierra prohibida”, a la que algunos no les permiten visitar ni como turistas, a la que le niegan los medicamentos, la comida, las materiales primas, el petróleo, el dinero de circulación mundial, pero no le pueden negar la inteligencia, el deseo de hacer, la esperanza, las ansías de vivir y con mucho de valor, altruismo, patriotismo, decisión y unidad fabricamos nuestra arca que en un futuro lejano también navegará a llevar solidaridad a otros puertos del mundo.