Quizás la imagen más conocida de Giraldo González Arango no es la de una de sus jugadas espectaculares sino la del momento en que saludó con un choque de manos a Agustín Marquetti, tras el jonrón decisivo del slugger habanero frente a Rogelio García para decidir la XXV Serie Nacional entre Vegueros e Industriales, el 19 de enero de 1986.
Entonces fue criticado por unos y alabado por otros tras el gesto frente a su contrario, pero quedó en la memoria colectiva como alguien capaz de respetar y reconocer al rival, como un caballero dentro del terreno.
Después de aquel desenlace y del segundo lugar para el equipo vueltabajero en el que militaba como torpedero regular, “la aspiradora pinareña”, como también se le llamó, le quedaron muchas otras oportunidades en series nacionales e internacionales para demostrar que con el guante en la mano era insustituible.
Tal era su destreza en el campo corto que llevó a que el inmortal Bobby Salamanca lo bautizara como “Maravilla” y no era para menos porque los batazos a los que él le llegaba con elegancia y maestría otros de su posición no los alcanzaban.
Tuvo la oportunidad de brillar en su combinación alrededor del segundo saco, sobre todo con otro insustituible, Alfonso Urquiola, y todavía en algún que otro reportaje que muestra la televisión cubana o de los videos que pueden encontrarse en YouTube se le puede encontrar realizando electrizantes dobles matanzas o jugadas espectaculares.
Si vamos a los fríos números, en las 15 series nacionales en las que participó jugó 11 812.1 entradas, realizó 2 113 outs y 4 721 asistencias con solo 261 errores para un sobresaliente .963 de promedio de fildeo. Además, participó en 767 jugadas de doble matanza y en dos triple plays.
Los que tuvimos la suerte de verle jugar recordaremos por siempre al talentoso y pimentoso pelotero que tanta gloria le dio a Pinar del Río y a Cuba, porque en la arena internacional también sobresalió.
Cuando en 1993, ya con 35 años, dijo adiós al juego activo pasó a entrenar a niños y jóvenes, además de prestar colaboración en otros países. De esa etapa, de sus conocimientos, tomaron nota decenas de muchachos de los que algunos llegaron a planos estelares.
La Serie Nacional 52 le vio enfrentar la responsabilidad de dirigir a un Pinar del Río con algunas figuras y muchas fisuras, y pese a ello lo llevó a clasificar para la segunda fase y finalmente quedar en el octavo puesto. Tras ese resultado, lo sustituyeron al frente de los Vegueros de una forma que le marcó y marcó a los seguidores de la pelota en Vueltabajo.
Sus amigos, ahora consternados por su inesperada partida hacia la eternidad, víctima este 28 de agosto de la COVID-19, lo tendrán como ejemplo de persona sencilla y honorable que en cierta ocasión, al preguntársele sobre su gesto ante el batazo de Marquetti expresó: “Siempre lo admiré. Desde aquel jonrón contra los norteamericanos en Nicaragua, él era un símbolo para mí, y aquel día pensé que si íbamos a perder, que fuera él quien lo decidiera. Y así fue, cuando vi ese jonrón, dentro de mi tristeza sentí un consuelo, porque Marquetti era el más indicado para decidir el partido. Entonces me emocioné y lo saludé».
Ahora toca a los que estamos acá conmocionados pensar siempre que aunque Giraldo se fue físicamente nos queda la maravilla.
Hola queridos hermanos guerrilleros. Cuanta emocion siento ahora que tengo la oportunidad de enviarles un caluroso saludo desde la distancia. Recuerdo la epoca en que fui el corresponsal regional de Guerrillero en Bahia Honda por los anos 70. Tuve la honra de sustituir a los experimentados periodistas Gilberto Gonzales Carid y a Alberto Costa Bomnin. Fueron dias tan hermosos para mi, que la nostalgia que siento hoy es muy contagiosa……
No olvido a todos los prefesionales que en esos tiempos que me ensenaron periodismo y cultura, entre otros: Graupera, Naya, Perdomo,Fico,Vinas Alfonso, etc. Muchas gracias por darme esta oportunidad de expresar mis sentimientos. Abrazos!