Cuando finalmente parecía haber rencontrado su camino, el “Nosotros” ha vuelto a desaparecer. Luego de la décima edición, a finales de 2023, con un programa más acertado y amplio que en ocasiones anteriores, del llamado festival de la cultura pinareña no se ha tenido más noticias, solo rumores.
Supuestamente, por estas fechas debió haber tenido lugar, porque en 2023 resultó válida la estrategia de posponerlo de noviembre (su fecha habitual) a diciembre, en busca de una situación económica más favorable para este tipo de proyectos.
Sin embargo, la quietud perpetua de las principales calles de la ciudad, incluso en días tradicionalmente festivos como los que ahora corren, nos propina un golpe de realidad que, no por entendible, deja de ser, cuando menos, inquietante.
A estas alturas, ya lo podemos afirmar categóricamente: No hubo “Nosotros” en 2024, ni explicaciones de su ausencia ni una promesa de no dejarlo morir definitivamente…
¿Es realmente la situación económica la gran culpable? ¿Por qué otras iniciativas han conseguido sobreponerse a las dificultades financieras y el “Nosotros” no?
Desde su surgimiento en 2014, el festival ha sorteado múltiples escollos. En aquel entonces, apareció bajo el amparo de la filial de la Uneac en Vueltabajo y como conmemoración del Día de la Dignidad Pinareña.
El propósito fundamental era enaltecer nuestras más diversas expresiones culturales, las que nos identifican como pinareños, más allá de las manifestaciones artísticas, y en consecuencia, finalmente dotar a la provincia de una fiesta identitaria, como mismo ocurre en otros territorios del país.
En correspondencia con esa noble intención, podemos decir que ha habido ediciones más felices que otras, pero, de manera general, 10 años no han sido suficientes para que el “Nosotros” se establezca como tal y aúne voluntades fuera de las instituciones culturales. Incluso, dentro del sector de la Cultura, no todos miran con buenos ojos la iniciativa.
Y si aún la propuesta no ha calado lo suficiente entre todos los que debieran integrarse en el comité organizador, menos lo ha hecho entre los pinareños. Una parte significativa de la población desconoce de qué se trata, por qué es importante, cómo tener una participación real en el festejo.
Independientemente de la circunstancia económica, ha faltado sensibilidad en torno al “Nosotros”, voluntad de defenderlo. En una provincia de pobre programación cultural, en la que ni siquiera se han retomado los llamados “Carnavales”, al menos debiera apostarse con más determinación por este festival.
Un “Nosotros” bien pensado, verdaderamente enfocado en celebrar lo nuestro, es un golpe contundente a la colonización cultural; una manera efectiva de sobrellevar estos tiempos difíciles, de recordarnos que en medio de todo, también están las cosas que nos despiertan el orgullo por ser pinareños. Ese alimento espiritual, igual importa.
Hay que repensar la iniciativa, adecuarla al momento que vivimos, pero jamás debería desaparecer. Las carencias materiales no nos empobrecen tanto como para dejar de celebrar quiénes somos, nuestras costumbres, tradiciones y la esencia de ser pinareños.