Con la premisa de que la agricultura sostenible necesita de semillas de calidad probada para la producción de alimentos, el sistema de la Agricultura, de conjunto con el Instituto Nacional de Investigaciones de Granos, ha introducido la variedad de maíz Esmeralda en Pinar del Río.
Jeider Estrada Mujica, especialista de dicho instituto en la provincia, afirmó que, desde hace meses, ejemplares de esta semilla se sembraron en pequeñas proporciones en la cooperativa de créditos y servicios 26 de Julio, del municipio Consolación del Sur, a cargo del productor José Ángel Ortúzar, para de forma experimental probar la rentabilidad y adaptabilidad de esta especie.
“La Esmeralda, al igual que otras variedades cultivadas en la provincia desde el pasado año, como Dorado y Diamante, presenta un rendimiento de cinco toneladas por hectárea, a razón de una a cuatro mazorcas por planta, números superiores a los obtenidos con otras simientes anteriormente plantadas”, declaró Estrada Mujica.
El especialista también comentó que, como parte de la estrategia de multiplicación de semillas que lleva adelante el instituto en las zonas agrícolas del país, el resultado de la cosecha en la CCS 26 de Julio servirá para hacer extensiva la experiencia a otros campesinos de la provincia, en el intento por potenciar mejores indicadores productivos de este grano cuya utilidad no solo abarca la alimentación humana, sino que constituye sostén para la nutrición animal.
“El objetivo de las investigaciones relacionadas con esta y otras semillas de maíz, es obtener variedades más resistentes a la sequía y las plagas, que una vez germinadas se conviertan en plantas que alcancen un tamaño medio o bajo para evitar la incidencia del viento”, dijo el ingeniero.
Estrada Mujica también destacó el fomento de nuevas prácticas de siembra del maíz en la provincia, con disminución de la distancia entre planta y planta, lo que permite una reducción del espacio vital sin desventajas al desarrollo normal del cultivo, pero con la obtención de mayores volúmenes de cosecha en menos tierra sembrada.
Actualmente otros tres productores de Consolación del Sur y Cortés se suman a estas prácticas con las variedades Esmeralda, Dorado y Diamante; con la intención de expandir su cultivo y contribuir con sus producciones a la sustitución de importaciones, que en el caso del maíz asciende a 900 toneladas anuales para alimentación animal.
Desde el pasado año, varias provincias del país, entre ellas Camagüey y Las Tunas, incursionan en el cultivo de estas variedades una práctica que se extiende al occidente cubano en la búsqueda continua de la seguridad alimentaria como única alternativa ante los retos actuales.