Aunque parecía imposible para quienes salieron a la mañana siguiente del paso del huracán Ian por la provincia Pinar del Río y desde la altura de un tanque alcanzaron a ver el pueblo de San Luis, ya hoy son nuevos los aires que respiran esos mismos hombres y mujeres que apostaron por levantar El Corojo con las manos y el corazón.
A los productores de tabaco tapado de esa comunidad, en septiembre de 2022 les llovió, además de un ciclón, el desastre de quedar bajo los escombros todas las casas de cura de la zona, ninguna quedó en pie, y borró así cualquier posibilidad de iniciar una campaña tabacalera este año.
Pero la voluntad se impuso, la unión entre coterráneos y el amor por el cultivo sirvieron para devolver los colores a aquella imagen de campo desecho aplastado por la desesperanza.
Y cómo “lo mal habido se lo lleva el diablo”, ya a estas alturas de 2023 hay quienes aseguran que este será, como hace tiempo, el año de la capa de exportación en San Luis, resultado avalado por el esfuerzo de cada uno de sus guajiros.
EN BUSCA DE ALTERNATIVAS
El municipio deberá acopiar unas 230 o 240 toneladas de tabaco y la aspiración es obtener el 20 por ciento de capa de exportación, equivalente a 39 toneladas, así lo dio a conocer José Ángel Ortega Hernández, director de la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco (ABT) en el territorio.
En este sentido, un total de 172 hectáreas fueron sembradas este año por 105 productores, y hasta el momento recolectan 270 mil cujes. Cerca de 20 tabacaleros ya pasaron por las cámaras de cura, los cuales acopiaron aproximadamente 30 toneladas de la solanácea, refiere Pedro Valdés Díaz, especialista de la ABT.
En las conocidas kalfrizas de El Corojo, en las que antes de Ian existían 32 cámaras de cura controlada y facturaban entre 2 000 y 2 500 cujes cada una, actualmente quedan solo 12 pequeñas con capacidad apenas para 500 por cámara.
Manifestó Ortega Hernández que nunca estas cámaras constituyeron capacidad de cura al productor, porque es este un servicio que brinda la Empresa solo a aquellos tabacos que reúnen las características.
Sin embargo, en la comunidad de Santa María, donde está enclavado el tabaco Virginia, existen otras con mejores condiciones, y debido a la poca cosecha de tabaco rubio de la actual campaña, directivos de ABT decidieron usarlas como alternativa y así curar la variedad Corojo 2020 en los dos lugares.
Esta variedad, la cual llevaba en experimento dos zafras, fue puesta en circulación por primera vez en la totalidad de los productores, y demostró calidad desde el campo. Los conocedores de la hoja resaltan sus colores vivos, la buena grasa, elasticidad y textura.
Según informó Valdés Díaz, visitaron a todos los campesinos en reiteradas ocasiones en busca de mejores niveles de capas de exportación, “se avizora buen porcentaje respecto al año anterior, debido a la ausencia de la mancha verde”.
LOS PRIMEROS PASOS
Entre los mayores conocedores de tabaco tapado de San Luis figura Oscar Iglesias Iglesias (Jimagua), especialista principal de la preindustria, él es de los que confía en la calidad de la campaña 2023. En el intercambio con la prensa no perdió oportunidad para acariciar el tabaco y a cada instante expresar lo óptimo que se veía.
Allí en las cámaras explicó cada uno de los procesos por los que es sometido hasta llegar a los bancos de las escogidas. Expuso que pasados 23 o 24 días, a una temperatura de 35 grados y una humedad relativa al 80 por ciento, la hoja toma los colores adecuados; “la fermentación natural en pilones y el proceso de cura controlada son dos aspectos fundamentales para que la hoja continúe su crecimiento y gane en calidad”, dijo.
Sobre los tres procesos, el de amarillamiento, de desarrollo de color y secado de vena, habló Eduardo Rodríguez Campos, curador en las cámaras, quien comentó que cada cual lleva una humedad determinada y otro tipo de temperatura, “la hoja empieza a amarillar desde los bordes al centro; cuando se visibiliza una hoja madura en el campo es señal para un proceso bueno, porque la mayor concentración de agua está en la vena”.
El Jimagua tomó una hoja en sus manos y mostró los paños parejos de primera, los colores decían que estaba lista para hacer un puro de exportación, “tiene todas las propiedades para ser torcida, para obtener un Robusto o un Cohíba”, expuso, sin embargo, exhibió otra que los diferentes matices eran muestra de la falta de procesamiento.
Así, poco a poco, entre vires de pilones, moja, beneficio y otra serie de manejos, se refirió a las, más o menos, 20 actividades realizadas en torno a la hoja dentro del periodo, mientras, reconoció, al igual que sus compañeros, el esfuerzo primordial de los campesinos por echar andar la presente campaña.
Por su parte, Julio Santana Martínez, director de la V-13-0, explicó que cuando pasa al salón de beneficio, se selecciona por calidades hasta la obtención de 29 capas, “después entra al área de medido y engavillado, unas tienen 40 hojas y otras 50, posterior a eso pasa a los almacenes nuevamente y otra vez son empilonados, le sigue el proceso de fermentación y asentamiento entre los 21 y 30 días, llega a la producción terminada, o sea, la confección de tercios, los cuales están listos para la comercialización”.
UNO DE LOS PROTAGONISTAS
Alexey Concepción Morejón, perteneciente a la CCS Capitán San Luis, es de los campesinos que usaba dos cámaras para curar su cosecha al momento de la visita y también alababa la variedad Corojo 2020 por el hecho de responder muy bien, tanto en el campo como en el secado, “se dilata en el tiempo y espera por el productor. Si hubiésemos sembrado la Criollo 98 o 2010, estos resultados no se tenían, es muy tarde y el tabaco lleva un tiempo, es de invierno en el campo, pero no en el ensarte”.
En el maduradero, construcción diferente a la casa tradicional, por albergar cujes más pequeños, ensartaban su tabaco, después sería llevado a las cámaras y organizado a una medida de seis pulgadas aproximadamente para arrancar con el proceso de quemado y de cura.
Concepción Morejón manifestó que todas las hojas no se traen a curar a las kalfrizas, “la tripa, la sobre tripa o uno y medio, por ejemplo, se ensartan en la casa de tabaco tradicional, luego le sigue el primer ligero, aquí es cuando empiezas a verle en el secado los resultados positivos para la capa.
“No es hasta el segundo ligero que se traslada hacia las cámaras de fermentación, igual que el primer fino, el segundo fino y el gordo, este último con muy buenos resultados para la exportación”, declaró.
Desde el campo viene el tabaco en parihuelas, cada una trae alrededor de 10 cujes de ensarte de estos pequeños, alrededor de 40 mallas son enhebradas, es decir, unas 80 hojas, no pueden ser más, pues según el productor, esto evita las complicaciones dentro de la cámara, por lo que es primordial seguir cada uno de los pasos técnicos como están establecidos.
AMÉN DE LOS ESFUERZOS, AÚN FALTA
A pesar de las atipicidades de este año, cuando solo pudo sembrarse 855 hectáreas, tanto de tabaco de tapado como de sol, regocija la eficacia en el resultado, respaldado por el esfuerzo constante de cada trabajador. Le fue dado al municipio de San Luis la tarea de realizar una campaña y venció a las adversidades con logros satisfactorios.
Queda ahora una gran meta por cumplir para responder a la campaña venidera, que estimó en una primera versión, según informó el director de la Empresa de ABT, la siembra de más de 2 000 hectáreas, y hay que culminar con la construcción de las 195 casas de tabaco propuestas.
Después de Ian, acotó Ortega Hernández, la construcción de las casas de tabaco fue asumida a partir del rescate propio de los campesinos, “el huracán dejó bajo los escombros una cantidad de madera recuperable, a la que se le añadió otro volumen de recursos a los productores de forma equitativa para levantar las necesarias”.
Al cierre de este reporte, el municipio había trabajado en 622 casas desde diferentes fases constructivas, de ellas ya están terminadas 400 y en terminación 40, radican en otras fases poco más de 240.
El directivo aludió el tema de las disímiles maniobras para no contar con pérdidas, ejemplo de ello es la hermandad entre campesinos para resguardar los tabacos de unos en las casas de otros, según las capacidades, tal es el caso del conocido productor Hirochi Robaina, quien dispuso de la ayuda de Osvaldo Fernández para proteger parte de su cosecha, entre otros tantos ejemplos que hablan por sí mismos de la hospitalidad de los pinareños.
De una forma u otra, los 1 300 productores de tabaco de San Luis levantaron su tierra tabacalera, no hubo dudas, después de las tempestades sobrevino la calma para quienes no creyeron en buenos augurios.
Pero como la vista hace fe, este equipo reporteril lo constató, los del terruño miraron afuera y soñaron, tuvieron el coraje de perseguir sus sueños y de hacer realidad la campaña tabacalera, pequeña, pero sin antecedentes.