El ordenamiento monetario en Cuba tendrá efectos a mediano y largo plazos, pero en el corto los impactos positivos sobre la actividad productiva serán mínimos, advirtieron académicos.
Al reflexionar sobre la trascendencia de ese proceso en marcha en el país y que entrará en vigor el 1 de enero, el especialista Ricardo Torres, del Centro de Estudios de la Economía Cubana, afirma que esa previsión deja de lado la posibilidad de que al menos en el primer año se produzcan ganancias apreciables en el poder adquisitivo en los grupos poblacionales.
Las autoridades cubanas decidieron avanzar hacia la unificación monetaria y cambiaria, un proceso complejo que implica modificaciones de amplio alcance en varios aspectos económico-financieros, los cuales también son irremediablemente necesarios para ver sus primeros resultados, agregó Torres.
En declaraciones a Prensa Latina, el economista explicó que dado que la riqueza creada no se modifica en los momentos iniciales, cualquier aumento del poder adquisitivo en un grupo implica una pérdida equivalente en el resto de los actores.
Al respecto, explicó que en última instancia el aumento del consumo real y el nivel de vida dependen de incrementos sostenidos de la productividad, los cuales tienen que ver con medidas de mayor calado.
Torres recordó que el ordenamiento está diseñado con carácter interdisciplinario y transversal, que incluye la unificación monetaria y cambiaria, la eliminación de los subsidios excesivos y gratuidades indebidas, así como la transformación de los ingresos, todo para avanzar en la estrategia económica del país.
En su opinión, lamentablemente, y a pesar de que los documentos políticos fundamentales dictan pautas claras para algunas de estas medidas, su puesta en práctica ha sido lenta y desestructurada, lo que limitó el impacto de aquellas que sí se implementaron.
En definitiva, el nivel de vida de los habitantes de un país depende de la trayectoria de la productividad y esta depende de factores estructurales, por lo que las transformaciones en el sector nominal pueden facilitar otros cambios, pero son generalmente inútiles por sí solos, aseveró Torres. Para el estudioso de la economía cubana, la implementación completa de las provisiones del ordenamiento monetario se justifica con la convicción compartida por amplios sectores del gobierno y académicos, a partir de su impacto en el éxito de otros cambios necesarios en la reforma.
Existen, no obstante, desacuerdos en la secuencia y el alcance de su implementación, pero en cualquier caso será una de las transformaciones más importantes en el entorno económico cubano de los últimos 30 años, auguró el doctor en Ciencias Económicas de la Universidad de La Habana.