Fue 2023 uno de los años más exigentes para el movimiento deportivo de Cuba en lo que va de siglo. En medio de un escenario muy complejo para el país, los deportistas compitieron en los V Juegos del Alba, los Centroamericanos y del Caribe en San Salvador, los Panamericanos de Santiago de Chile, y en varios torneos mundiales, clasificatorios a los Juegos Olímpicos de París.
Si bien en lo individual los resultados estuvieron acordes con los pronósticos de los especialistas, el punto más bajo fue el desempeño de los deportes colectivos. En Santiago-2023, al quedarse el voleibol fuera del podio, Cuba no sumó medalla alguna en las seis modalidades colectivas en las que participó, lo que no ocurría desde la edición de Chicago-1959.
Cuatro años antes, en Lima, solo se alcanzó la presea de plata en el voleibol masculino, y el bronce de las chicas del balonmano. Pero la sequía de títulos en el escenario panamericano se extiende hasta la edición de Río-2007.
En lo que va de 2024, esas disciplinas han cambiado y, poco a poco, parece que podemos soñar con regresar a planos estelares, primero en el área, después a nivel continental.
Hoy nos levantamos dueños de la novena posición en el ranking mundial de voleibol, terceros en la Liga de las Naciones, y se avanzó en puestos de clasificación olímpica. Si a la altura de la net llega el boleto parisino, atrás quedaría la ausencia de disciplinas colectivas en Tokio-2020.
En estos primeros meses de 2024, el balonmano se convirtió en mundialista; después de tres lustros, clasificamos a ese mismo nivel en fútbol sala; tras ocho años, el equipo masculino de baloncesto le ganó a Estados Unidos, por primera vez desde 1971, y va con buen paso en las ventanas clasificatorias a la fiba AmeriCup 2025; y la selección nacional de fútbol se mantiene en el nivel A de la Liga de las Naciones de la Concacaf 2024-2025.
Estos resultados no son fruto de la casualidad. Los contratos de deportistas cubanos en el exterior se han convertido en un aliciente, desde que el Inder implementó esa política en septiembre de 2013.
Elevar los niveles de preparación individual, atemperarse a escenarios competitivos de un rigor superior al que exhiben los certámenes domésticos y constituir una fuente de ingresos adicional para el deportista son elementos que han ido creciendo y, en consecuencia, el resultado comienza a mostrarse.
El objetivo es mantenerse en la elite y seguir creciendo en los deportes en los cuales nos hemos superado, pero también lo es trabajar fuerte en los más rezagados y hacerlos competitivos. El rescate de torneos nacionales en las diferentes categorías, siempre será una vía expedita y decisiva de captación de talentos.