Antaño resultaba muy frecuente apreciar en campos de la más occidental de las provincias cubanas, Pinar del Río, parte de su tronco abultado repleto de agua y tirado por bueyes para trasladar y abastecer de ese importante recurso a moradas de campesinos, pero por suerte para la llamada palma barrigona, las medidas de preservación implementadas, frenaron la sobreexplotación de la planta, considerada un tesoro botánico.
Esbelta y con su protuberancia en su tronco, embellece entornos rurales de Vueltabajo, provincia llamada Catedral Natural de Cuba, por el encanto de sus paisajes y la riqueza de sus ecosistemas.
La desmedida explotación de la Colpothrinax wrightii endémica de este territorio, hizo menguar el número de ejemplares, pues los campesinos convertían su tronco en horcones para casas, en abrevaderos para los animales, pilones para moler café, mientras sus hojas resultaban ideales entonces para techar, lo cual podía desencadenar la muerte del árbol, en tanto sus frutos eran empleados como alimento para cerdos.
De acuerdo con EcuRed, se cultiva en suelos ferralíticos rojos, arcillosos, utilizando ejemplares tanto jóvenes como adultos y añade que en su etapa juvenil, presenta una corteza de color pardo oscuro, muy rugosa y con grietas longitudinales, la cual se va desprendiendo para dar lugar a
la superficie lisa que presentan los abultados troncos.
Según expertos, se adapta bien a los cultivos en climas tropicales y templados pero no se ve mucho, pues sus semillas son difíciles de conseguir, en tanto llama la atención su lento crecimiento al principio, pero bastante rápido una vez que se ha establecido la planta, hasta los 25 centímetros (10 pulgadas) al año.
Presente en áreas protegidas, donde es prohibida su tala, en el joven Jardín Botánico de Pinar del Río y en otros sitios de la zona oeste, incluida la Isla de la Juventud, imprime prestancia al entorno.
En el lugar nombrado parador internacional Las Barrigonas existe una buena representación de esos ejemplares y los turistas que arriban a Pinar del Río suelen detener la marcha, para admirarlas más de cerca, a la par que disfrutan de las ofertas del centro gastronómico radicado allí, de su coctelería y de la sencillez y buen gusto de la instalación al estilo campestre, que recién reabrió sus puertas.
Cerrado temporalmente a causa de la COVID-19, su colectivo empleó ese tiempo en imprimirle una mejor estética y mayor confort, de cara a facilitarle al visitante una agradable estancia, a tono con el donaire que en su exterior le regalan las barrigonas.