En un mensaje a la LVIII Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el papa Francisco se refirió hoy a la necesidad de regulaciones para que la Inteligencia Artificial (IA) abra oportunidades y se eviten sus peligros.
El Sumo Pontífice renovó en ese documento, divulgado este miércoles por la Oficina de Prensa de la Santa Sede, su llamado a que “la comunidad de las naciones trabaje unida para adoptar un tratado internacional vinculante, que regule el desarrollo y el uso de la Inteligencia Artificial en sus múltiples formas”.
Los sistemas de la IA “también están modificando radicalmente la información y la comunicación y, a través de ellas, algunos de los fundamentos de la convivencia civil, alertó Francisco en ese texto dirigido a la referida celebración, prevista para el 12 de mayo de este año.
En ese mensaje, con el tema Inteligencia Artificial y sabiduría del corazón: para una comunicación plenamente humana, el Papa expresa que esta época “corre el riesgo de ser rica en tecnología y pobre en humanidad”, y añade que “nuestra reflexión sólo puede partir del corazón humano”.
El Obispo de Roma advierte que “el uso mismo de la palabra inteligencia es engañoso”, pues según dice, “las máquinas poseen una capacidad inconmensurablemente mayor que los humanos para almacenar datos y correlacionarlos entre sí, pero corresponde al hombre, y sólo a él, descifrar su significado”.
Los sistemas de Inteligencia Artificial pueden ser instrumentos de contaminación cognitiva, alerta, y se refiere al problema de la desinformación al que nos enfrentamos desde hace años en forma de noticias falsas o fake news, que son perversas “cuando distorsionan la relación con los demás y la realidad”.
Desde la primera ola de IA, de los medios sociales, comprendimos su ambivalencia, y el segundo nivel de Inteligencia Artificial generativa marcó un salto cualitativo indiscutible, por lo cual “es importante tener la capacidad de entender, comprender y regular herramientas, que en manos equivocadas podrían abrir escenarios adversos”, asevera.
En tal sentido, añade, “es necesario actuar preventivamente, proponiendo modelos de regulación ética para frenar las implicaciones nocivas y discriminatorias, socialmente injustas, de los sistemas de IA y contrarrestar su uso en la reducción del pluralismo, polarización de la opinión pública o la construcción de un pensamiento único”.
“El uso de la Inteligencia Artificial podrá contribuir positivamente en el campo de la comunicación si no anula el papel del periodismo sobre el terreno sino que, por el contrario, lo respalda, y si aumenta la profesionalidad de la comunicación, responsabilizando a cada comunicador”, precisó.
“El reto que tenemos ante nosotros es dar un salto cualitativo para estar a la altura de una sociedad compleja, multiétnica, pluralista, multirreligiosa y multicultural” y debe crecer “la alianza entre generaciones, entre quienes tienen memoria del pasado y quienes tienen visión de futuro”, apuntó el Pontífice.
Finalmente, el papa Francisco manifestó en esas reflexiones sobre el tema de la IA que “corresponde al hombre decidir si se convierte en alimento de algoritmos o en cambio sí alimenta su corazón con la libertad, ese corazón sin el cual no creceríamos en sabiduría”.