Cada primero de junio se celebra a nivel mundial el Día Internacional de la Infancia, pero en Cuba se festeja el tercer domingo de julio, y a pesar de la distancia de esta celebración y de la pandemia, no lo obviaremos, porque la Revolución trabaja para los niños que son el futuro y la esperanza del mundo, les garantiza desarrollo, protección y participación de la población más joven en las diferentes actividades sociales y gozan de respaldo legal a través del Código de la Familia.
Nuestra infancia está protegida, vacunas mediante, contra 13 enfermedades y se le asegura acceso a la cultura y a la educación de forma gratuita a través de todos los medios e instituciones dedicadas a este fin.
Para que también la infancia crezca llena de sabiduría, la sección dedica esta sencilla fantasía: Una parte del agua estaba aburrida en el inmenso mar y se puso caprichosa, entonces quiso conocer mundos, le pidió al astro rey y al fuego que la calentara para subir al cielo. –¿Podrían ayudarme a subir bien alto?, dijo.
El sol y el fuego aceptaron complacerla y con su calor, la volvió más ligera que el aire, transformándola en un sutil vapor. El vapor subió más y más en el cielo, voló muy alto, hasta los estratos más ligeros y fríos del aire. Entonces las partículas de vapor, heladas por el frío, se vieron obligadas a juntarse, pero se volvieron muy pesadas, más pesadas que el aire y entonces cayó en forma de lluvia.
Esa parte del agua quiso separarse de la gran masa, pero la tierra estaba sedienta y seca y de inmediato la absorbió como lluvia y por eso estuvo durante mucho tiempo prisionera en el manto acuífero esperando ser utilizada por los hombres para su beneficio, así surgió el ciclo que la transforma en los tres estados: líquido, gaseoso y sólido. ¿Qué te parece?